Y efectivamente… Tal como lo dijo
Alfredo, era pobre loco.
No sabía a quién estaba
asesinando.
Alfredo era buen amigo de Rafa,
mi querido hermano menor, médico, quien murió hace un año, exactamente, este 28
de agosto. Y el Rafi me lo dijo varias veces: “Alfredo era grande y con un gran
talante, pero era calmado, no le gustaban las armas, era buen ser humano”.
Y así lo conocimos.
Raúl y su hermana Magda, nos
veíamos mucho. Él en su vida periodística y ella en una de las empresas más
importantes de Barranquilla.
Dolió mucho esa muerte… Y nos
sigue doliendo. ¿Se pueden imaginar el dolor de la familia…?
Lo vamos a recordar siempre…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pd: vamos a leer a Verano
“Hey, loco, no
dispares”
Por Eduardo Verano de la Rosa
“Hey, loco, no dispares”. Estas
fueron las últimas palabras de mi amigo Alfredo Correa de Andréis antes de que
un hombre perturbado le quitara la vida por orden de agentes del Estado por el
simple hecho de ser un educador humanista. Eso era ante todo: humanista. Frente
a la agresión y la muerte, su respuesta siempre fue el verbo y la palabra
amable y generosa. Amó la paz.
Me conmovió mucho saber que su
asesinato fuera el resultado de políticas de exterminio por ser diferente, por
ser justo, por defender los derechos humanos. Todo esto fue contra un
intelectual comprometido con la noble causa de regionalizar el poder político
en todo el país para que se enriquezca y fortalezca la paz con el fin de que no
se siga diciendo que existe más territorio que Estado.
Ese viernes 17 de septiembre de
2004 no se puede borrar de la memoria regional y nacional. Su ausencia no podrá
ser llenada por nadie. Todo ser humano es único e irremplazable.
La vida de los seres humanos en
un Estado de Derecho tiene que ser protegida por el derecho y las autoridades.
Nadie puede ser puesto por fuera de su protección. Y lo hicieron. Los agentes
del Estado lo excluyeron de esas garantías. Fue un homo sacer, figura jurídica
arcaica que permitía que cualquiera le diera muerte a un ser humano que se ha
declarado por fuera de la protección del derecho.
En forma fraudulenta y en
colusión entre autoridades del Ejecutivo, la Fiscalía y el poder judicial, le
privaron de la libertad bajo la falsa imputación de ser ideólogo y dirigente de
un grupo alzado en armas. Al caerse los cargos por la defensa del jurista
Antonio Nieto Güette, recobró la libertad. Mas ya agentes del Estado lo habían
señalado como un homo sacer, como se ha condenado y se sigue condenando a
muchas personas en nuestra sociedad.
No logramos detener este espiral
de muerte y destruirla con la cultura de paz y garantías de seguridad. Reitero,
mi amigo fue liberado antes de ser asesinado, se le había señalado como un homo
sacer.
Está prohibido en nuestra
tradición cristiana. Jahvé/Jeová no permitió que Caín fuera declarado homo
sacer, independiente de su condena por matar a su hermano Abel, la expulsión
del paraíso no fue acompañada por la orden de no reconocer la protección del
derecho. Jahvé/Jeová condenó a que se le diera a Caín muerte por el crimen de
Abel. Es que el Estado no podía ni puede ni debe legalmente declarar homo sacer
a persona alguna en la sociedad democrática contemporánea.
Está muy bien que las autoridades
estatales les pidan perdón a los familiares de Alfredo Correa de Andréis, pero
… ¿su vida?, ¿su valor que es inestimable?, ¿quién responde por ella? Nadie.
Esto carece de perdón. El único que podía ofrecer el perdón no está entre
nosotros. No podemos perdonar por él, sería privarle de su humanidad.
Es triste, pero en esto no vale
nada que las autoridades estatales pidan perdón. Es correcto pedirlo, pero
concederlo no es posible. Está ausente quien puede otorgarlo, menos cuando el
perdón se deriva de un largo y tortuoso proceso judicial al que fueron
sometidos los familiares. Como lo dice Miguel Hernández: “No perdono a la
muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra y a la
nada”, en fin, no más homo sacer ni políticas de intolerancia y exterminio.