jueves, 12 de octubre de 2017

MOMENTO DE OPORTUNIDADES. La recuperación mundial sigue su curso, dice Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional



Hoy en las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, la directora-gerente del primero de los organismos, Christine Lagarde,  recalcó que la recuperación de la actividad económica a escala mundial continúa…

La francesa siempre ha sido crítica y no regala puntos, pero sí tiene claro que las perspectivas de base se están despejando poco a poco y que hay una reactivación notable de la inversión, el comercio internacional y la producción industrial, junto con un afianzamiento de la confianza.

El RADAR está contando esta historia y lo estamos haciendo con el patrocinio de Serfinansa, Gases del Caribe y la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla.

Algo que da confianza y lo resalta el Fondo Monetario Internacional: “Los riesgos a corto plazo están equilibrados, en términos generales, pero se inclinan a la baja a mediano plazo a causa de, por ejemplo, las tensiones financieras, la incertidumbre en torno a la dirección de la regulación financiera, el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y la preocupación que suscitan las prácticas comerciales restrictivas”.

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MOMENTO DE OPORTUNIDADES. La recuperación mundial sigue su curso, dice Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional

La recuperación mundial sigue su curso.
Aunque aún no ha llegado a término, la mejora de la coyuntura ofrece una oportunidad para abordar retos críticos para las políticas a fin de conjurar los riesgos a la baja a mediano plazo, reponer los márgenes de protección y estimular el producto potencial.
 
Los países deberían emprender reformas debidamente estructuradas para aumentar la productividad, afianzar la gobernanza y mitigar la incertidumbre en torno a las políticas y los riesgos futuros.

Las reformas también deben apuntar a aprovechar los beneficios de la tecnología y la integración económicas y a distribuirlos ampliamente.

Para superar los obstáculos que enfrenta la economía mundial, sigue siendo necesaria la cooperación y la acción mancomunada de todos los países miembros.
 
El FMI colaborará a través del asesoramiento y el fortalecimiento de las capacidades adaptados a las circunstancias de cada uno, y está preparado para brindar asistencia financiera en respaldo de los programas de ajuste.

La recuperación de la actividad económica a escala mundial continúa…

Las perspectivas de base se están despejando poco a poco, con una reactivación notable de la inversión, el comercio internacional y la producción industrial, junto con un afianzamiento de la confianza.

Los riesgos a corto plazo están equilibrados, en términos generales, pero se inclinan a la baja a mediano plazo a causa de, por ejemplo, las tensiones financieras, la incertidumbre en torno a la dirección de la regulación financiera, el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y la preocupación que suscitan las prácticas comerciales restrictivas.
Además, aun siendo necesaria para apuntalar el crecimiento y devolver la inflación a los niveles fijados como meta, la orientación continuamente acomodaticia de la política monetaria ha promovido la acumulación de algunos riesgos para la estabilidad financiera. El escaso crecimiento de la productividad continúa acotando las perspectivas de crecimiento a más largo plazo.

En las economías avanzadas (EA), las brechas del producto se están estrechando y las presiones deflacionarias se están debilitando, pero la inflación aún está por debajo de las metas. Asimismo, el crecimiento es demasiado bajo en muchas EA y sigue dependiendo del apoyo de las políticas macroeconómicas. En las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), el crecimiento está aumentando en general gracias a que la demanda externa se está recuperando, la situación se estabiliza gradualmente en los grandes exportadores de materias primas, y otros se benefician de políticas macroeconómicas propicias.
Pero en muchos casos las perspectivas siguen siendo modestas y los exportadores de materias primas —especialmente combustibles— siguen enfrentados a un panorama difícil. Entre los riesgos a mediano plazo cabe mencionar la posibilidad de que los flujos de capital cambien de sentido y los crecientes focos de vulnerabilidad relacionados con la expansión del crédito y la debilidad de los balances.
 
… y ofrece una oportunidad para políticas que refuercen la resiliencia y estimulen el crecimiento a mediano plazo, además de superar los retos que plantean la tecnología y la integración.

Esta alentadora reactivación de la actividad mundial representa una oportunidad para abordar retos críticos para las políticas y alejar los riesgos a la baja —entre otras cosas, creando márgenes de protección adecuados— y para aprovechar al máximo los rendimientos de las reformas estructurales a fin de incrementar el producto potencial. La aceleración del crecimiento cíclico promueve la eficacia de reformas estructurales como la liberalización de los mercados de los productos, la protección laboral y las prestaciones por desempleo, y al mismo tiempo abre un margen para poner en práctica políticas que fomenten la participación en la fuerza laboral y el aumento de la productividad, sobre todo en las EA.

Esto puede mejorar las perspectivas a mediano plazo, empañadas aún por el envejecimiento de la población, el elevado nivel de la deuda pública y privada, la aguda incertidumbre que rodea la situación económica y las políticas, y la debilidad de la gobernanza.
La vigorización del crecimiento también crea espacio para implementar políticas que distribuyan más ampliamente los beneficios del avance tecnológico y la integración económica internacional.
Como lo resaltó la AMP de la primavera pasada, el progreso de la tecnología ha respaldado la integración comercial y financiera, que mejoró los niveles de vida a escala mundial, aceleró la transferencia de conocimientos y creó oportunidades de inversión. Sin embargo, estos cambios estructurales también se tradujeron en desplazamientos en el mercado laboral, una agudización de la desigualdad y una erosión de la cohesión social primordialmente en las economías avanzadas. La ausencia de políticas claras que sirvan de solución ha socavado la confianza en las instituciones en un momento en que se necesitan estructuras sólidas y confiables.
 


Políticas y prioridades

Apoyar la recuperación y aprovechar la oportunidad para afianzar las perspectivas de crecimiento.

Para apoyar la recuperación es necesario ajustar las políticas en función de la evolución del entorno macroeconómico y las distintas posiciones de los países dentro del ciclo. En las economías avanzadas, la política monetaria debería trazar una trayectoria acomodaticia en vista de los bajos niveles de inflación y la capacidad ociosa que aún existe en la mayoría de los países. Si dispone de margen de acción, la política fiscal debería contribuir a apuntalar el crecimiento. Si ese margen está mediano plazo y mitigar los desequilibrios externos excesivos limitado por la necesidad de evitar una dinámica de endeudamiento posiblemente desestabilizante, la reactivación ofrece una oportunidad para reponer los mecanismos de amortiguamiento; ahora bien, las políticas deberían estar calibradas para apoyar en la medida de lo posible el crecimiento y la igualdad social. Las políticas estructurales — que son más potentes durante la fase ascendente del ciclo económico— son vitales para dar rienda suelta al aumento de la productividad y despejar las perspectivas de crecimiento. En numerosos países, la reducción de las barreras en los mercados del trabajo y de los productos ayudará a asignar los recursos con más eficiencia.

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