¿Por qué se han expandido tanto?
¿Qué deben hacer las personas honorables para evitar que esa plaga no les contamine?
La misma comunidad debería blindarse.
Para mí, ahí tiene que haber algo sicológico... Los corruptos deben tener tendencias perversas, egoístas y se quieren simplemente ellos mismos.
Me gusta el dicho de Margarita: "Lo educado no quita ´lo chunchurria´".
Y lo dice porque, lo triste, es que quienes más están "atracando" a la sociedad, son los más educados... ¡Qué triste realidad!
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Lo educado no quita ‘lo chunchurria’
por
Al
parecer la educación no está formando mejores personas, solo gente que
se sabe muy bien el discurso de la rentabilidad y el mercado global.
Margarita Orozco
Nunca me canso de citar en mis clases esas palabras tan bellas del polaco Ryszard Kapuscinski: “No hay periodismo posible al margen de los seres humanos (…) para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buen hombre o buena mujer. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades y sus tragedias”.
Si el autor estuviera vivo, le diría que no
debería haber profesión al margen de las buenas personas, y que la
educación en Colombia (no sólo la que se imparte en la escuela), tendría
que estar comprometida con una real transformación de los individuos
hasta que estos entiendan que la sociedad es un entramado complejo de
seres humanos y no de meros objetos.
De lo contrario, seguiremos haciendo
producción en masa de guaches ilustrados, individuos manipuladores y
utilitaristas que saben de muchas cosas, pero que son incapaces de
reconocer a los demás como gente con los mismos derechos.
Porque algo tiene que estar funcionando mal
en el ciclo educativo cuando vemos que los grandes corruptos en este
país han pasado por colegios y universidades de élite. Al parecer, no
bastó el esfuerzo de las instituciones que les dieron los diplomas y
tampoco el de sus familias que les brindaron acceso a bibliotecas,
viajes, aprendizaje de otros idiomas e interrelación con otras culturas,
lo cual no caló lo suficiente para entender que ni “la corrupción es
inherente al ser humano”, ni el mal que se le hace a otras personas sale
con el jabón del baño al día siguiente.
Algo nos falta por aprender para que haya
gente con formación doctoral diciendo que le importa un carajo que haya
pobres en el país. Para que algunas de nuestras empresas tengan jefes de
personal muy eruditos en hacer contratos en detrimento de los
trabajadores. Para que existan abogados expertos en triquiñuelas
jurídicas y saquen beneficios particulares. Para tener un sistema de
salud en el que no es poco frecuente dar con médicos incapaces de
comprender el dolor de sus pacientes.
Y así vamos normalizando la existencia de
jefes con muchos títulos que gritan a sus empleados hasta enfermarlos de
los nervios. Justificamos la aparición en público de poetas estudiados
que hacen comentarios sexistas, y de afamados escritores misóginos,
envidiosos y elitistas. Nos encontramos en la cotidianidad con rectores
que vociferan borrachos porque no los dejan subir al avión y con
académicos que mueven fichas políticas para tirarse en la carrera de sus
compañeros. Con unos ingenieros sin escrúpulos que cambian el beneficio
económico por la seguridad de la gente y con especialistas que cobran
en dos empresas el tiempo completo y trabajan sólo para una, o para
ninguna.
Al parecer la educación no está formando
mejores personas, sólo gente que se sabe muy bien el discurso de la
rentabilidad y el mercado global. Profesionales muy bien adiestrados en
el arte de hacer dinero, pero poco educados para ser ciudadanos y para
entender la vida como una forma de organización social y política dentro
de la cual se tiene una inmensa responsabilidad.
Por eso lo educados no les quita a muchos lo
‘chunchurrias’ porque estamos frente a la tiranía de una sociedad en la
que el éxito de una persona no está determinado por los parámetros
éticos bajo los cuales se rige, sino de la renta obtenida, así sea a
costillas de la dignidad humana.
En Twitter: @morozcoa
margaraorozco@yahoo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario