domingo, 1 de agosto de 2021

Deudas por más de $ 1,1 billones enredan futuro de los Almacenes La 14

No es fácil mantenerse en el mercado muchos años.

Son muchas las dificultades que se presentan, pero así es el negocio.

La vida no es fácil ni para los seres humanos, ni para las empresas.

La situación actual de los Almacenes La 14 no es tan buena ahora.

Está en dificultades y son muchísimos los colombianos que están apostándole a la compañía. Orando para que sus tropiezos puedan ser superados.

La familia Cardona, que es la propietaria de la empresa tiene problemas con otras empresas que tiene…

Parte de la historia está aquí en el RadaR…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

Deudas por más de $ 1,1 billones enredan futuro de los Almacenes La 14

El incierto futuro de la emblemática cadena de Almacenes La 14, agobiada por un nivel de endeudamiento cercano a los 1,15 billones de pesos, no es el único problema con el que está lidiando por estos días la familia Cardona, propietaria de esta compañía con cerca de seis décadas de operaciones en el comercio minorista del país.

Calima Desarrollos Inmobiliarios S. A., también propiedad de la familia de origen caldense, pero con arraigo en el Valle del Cauca, no escapó a la crisis que enfrentan sus inversionistas y capotea sus propios líos, derivados de alguna manera, de su empresa ‘hermana’ del sector comercio a la que le sirve de fiador en cinco créditos bancarios por cerca de 262.000 millones de pesos que completaban 90 días en mora, según consta en un informe de su revisor fiscal.

Almacenes La 14 fue admitida a proceso de reestructuración empresarial el pasado 21 de enero, y solo 20 días después, la Superintendencia de Sociedades le daba el visto bueno a la inmobiliaria de los Cardona, que había hecho esa misma solicitud el 18 de diciembre del 2020, procesos que se llevan en paralelo por solicitud de los dueños y dada la alta interdependencia de las dos firmas. 

Sin embargo, la semana pasada trascendió que los accionistas de la cadena de almacenes solicitaron a la Supersociedades su liquidación, ante la imposibilidad de hallar una salida viable que les permitiera continuar con el negocio.

De inmediato, las alarmas del Gobierno se encendieron, pues esto implicaría dejar sin trabajo a más de 2.500 empleados directos de la compañía (hay otros 3.000 indirectos, la mayoría habitantes del suroccidente colombiano, región que fue duramente golpeada por el reciente paro nacional y los bloqueos derivados de este, dejando en evidencia una grave crisis social en esa zona del país).

Fuentes allegadas al proceso señalan que el elevado endeudamiento de la compañía, así como el hecho de que sus propietarios dejaron pasar mucho tiempo para ponerle freno a su crisis, han dificultado la búsqueda de un plan de salvamento que le devuelva la viabilidad a este negocio.

Plan de salvamento

El lunes las directivas de Almacenes La 14 se reunieron en la Casa de Nariño con Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo de la Presidencia; Ximena Lombana, ministra de Comercio Industria y Turismo; Juan Pablo Liévano, superintendente de Sociedades; Felipe Negret, promotor en el proceso de reestructuración de la compañía y María Fernanda Santa, secretaria de Desarrollo de la Alcaldía de Cali, tuvieron un primer acercamiento para analizar la situación y mirar alternativas de solución.

Dichos encuentros se han mantenido a lo largo de los últimos días sin que hasta el cierre de esta edición haya habido humo blanco al respecto.

De manera oficial solo se conoce que las directivas de la compañía no solo están comprometidas a hallar esas salidas y trabajar en estas sino que también están en conversaciones con Bancóldex para tramitar un crédito que les provea liquidez para mantener la operación de los almacenes, según lo dijo el martes Luis Eduardo Pérez, gerente general de La 14, luego de la reunión sostenida en el Palacio Presidencial.

Una liquidación, bajo la actual coyuntura de crisis económica y social, no le sirve ni le conviene a casi nadie 

Pero ¿qué ha obstaculizado la pronta solución de la crisis de los tradicionales almacenes caleños? Quienes siguen de cerca el proceso coinciden en que su elevado endeudamiento y el hecho de que muchas de estas están atrasadas en sus pagos.

Solo con siete entidades del sector financiero las obligaciones bordean los 381.000 millones de pesos, y si bien este es un monto considerable, no es lo más relevante.

“Hay otros pasivos más pesados que hacen calificar el negocio como no viable”, dice una fuente consultada cercana al proceso que pidió mantener su nombre en reserva.

Sostiene que la dificultad para encontrar salidas “está en que los estados financieros demuestran que el negocio no es suficiente para cubrir pasivos. Es cierto que tiene cerca de 1,36 billones de pesos en activos, pero muchos de esos no tienen capacidad de asumir pérdidas y el tamaño de los pasivos es bastante alto y vencido”.

Para Gustavo Cuberos Gómez, abogado y profesor universitario de Insolvencia, este es un problema económico dentro de un marco jurídico, luego si se arregla el tema económico lo demás es más fácil, pero es necesario que exista voluntad de todas las partes, propietarios, bancos, acreedores, Gobierno y empleados, para salvar la compañía.

“Tienen que darse el lapo, porque una liquidación, bajo la actual coyuntura de crisis económica y social, no le sirve ni le conviene a casi nadie, salvo a aquellos que tienen unas garantías muy particulares”, sostiene el jurista.

Origen del declive

Lo que muchos no alcanzan a comprender es por qué una empresa de estas calidades y cualidades, y con una tradición comercial de décadas, llega a esta situación tan compleja.

Lo que ven algunos analistas consultados es que varios factores confluyeron para que se diera esta circunstancia, como el rápido crecimiento que traía, el haber incursionado en el negocios de los centros comerciales, la fuerte competencia reinante en el comercio minorista, con la incursión de nuevos jugadores, como las tiendas de bajo costo; la llegada de la pandemia del coronavirus y, por si fuera poco, los efectos adversos del paro nacional, los bloqueos y hechos vandálicos que actuaron casi como una estocada final. 

Lo que muestran los balances de los últimos tres años reportados a la Supersociedades es que mientras los ingresos operacionales cayeron 30,7 por ciento entre 2018 y el año pasado, los pasivos crecieron 13,9 por ciento en el mismo periodo. Su patrimonio se redujo, no obstante, cerca del 49 por ciento.

“Este debe ser un acuerdo tripartito: los dueños, los bancos y los proveedores… y si se le suma trabajadores y el Gobierno la empresa sale adelante porque sale. Si ya no se puede hacer un gana gana, toca un pierde pierde, perdamos todos un poquito, pero no todo, porque un escenario de liquidación es muy terrible para una región tan golpeada por la crisis”, dice Cuberos Gómez.

El problema se agravaría si la inmobiliaria, que depende bastante de Almacenes La 14, tampoco encuentra solución a su crisis. Frente a esto, el experto en insolvencia explica que el decreto 1749 de 2011 regula la insolvencia de Grupos, por lo que habría que determinar si se da o no la figura; si hay o no operaciones cruzadas; si ambas o todas cumplen los supuestos de admisibilidad y en este caso, de liquidación.

Advierte, no obstante, que “se respeta la individualidad jurídica y patrimonial, pero es posible que una arrastre a la otra o que se presente efecto dominó, a veces por la estructura de vinculación, a veces por negocios compartidos y a veces por simple efecto reputacional, pero no necesariamente”.


Los valores que hicieron grande a la compañía

La 14 abrió sus puertas al público por primera vez hace casi seis décadas bajo el nombre de La Gran Cacharrería, en la calle 14 del centro de Cali, de donde luego tomaría su nombre.

Hasta hoy es la cadena de almacenes más grandes del suroccidente colombiano, que poco a poco se fue extendiendo por otras ciudades del territorio colombiano generando más de 16.000 empleos ,entre directos e indirectos, en sus cerca de 30 locales, en su mejor época.

Desde hace cerca de 20 años empezó a perfilar su futuro con alcance nacional, pero conservando su origen familiar.

Su impulsor, Jaime Cardona, hijo de Abel Cardona, fundador, tenía una convicción: nunca perder los valores, entre los que se destacaban la rectitud y la honradez, así como trabajar día a día en un gran servicio al cliente, lo que con el tiempo caló en el corazón de los vallecaucanos.

 

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