EL TRANCÓN DE LAS REGALÍAS
Amylkar D. Acosta M[1]
¡Víspera
de mucho y día de nada!
EL TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS
En momentos en
que se debatía en el Congreso de la República la Ley 1530 de 2012, que reglamenta el
Acto legislativo 05 de 2011 a
través del cual se modificó el régimen de regalías, para presionar su
aprobación el Director del DNP Mauricio Santamaría manifestó que se encontraban
“listos” 200 proyectos para ser financiados con los recursos de los fondos del
SGR[2]. Pero,
a estas alturas del año no hay un solo proyecto aprobado para ser financiado
con tales recursos. Como lo afirmó el Presidente de la ANDI Luis Carlos
Villegas, estamos ya “a mitad del año, en materia de gasto de regalías no se ve
en las regiones ningún programa…Pasamos
de las piscinas de olas a la nada”[3]. Y
esa es la gran verdad, los grandes anuncios del Gobierno de untar la mermelada
en toda la tostada nacional se quedan en sólo eso, anuncios; lo que nadie sabía
es que la mermelada era de-mora.
Víspera de mucho y día de nada!
Las quejas y los reclamos no se han hecho
esperar por parte de gobernadores y alcaldes de todo el país, porque ello tiene
frenada la inversión regional y prácticamente esta va a pasar en blanco en el
primero de sus cuatro años de gobierno. Los recursos del Sistema General de
Regalías (SGR) correspondientes a los fondos de Compensación regional, Ciencia
y tecnología, así como los del Fondo de
Desarrollo Regional, más aquellos correspondientes a la Participación
directa de los municipios y departamentos productores, que sumados ascienden a
$6 billones, siguen congelados en los bancos. El Director de Planeación se lava
las manos diciendo que “el Gobierno ha cumplido la tarea de poner a funcionar a
lo ancho y largo del país los Órganos Colegiados de Administración y Decisión,
OCAD, locales y departamentales, que son los que aprueban los proyectos de
inversión”[4]. Y
es que en la práctica los OCAD, denominados por el Gobierno como los triángulos
de buen gobierno, se han convertido en el triángulo de las Bermudas.
CUNDE
EL DESCONCIERTO Y LA
INCONFORMIDAD
Los OCAD, que tienen cuatro niveles (uno
nacional, otro departamental, otro municipal y otro para las ciudades rivereñas
del Río Magdalena) han resultado hasta ahora inoperantes, lerdos y lentos en su
funcionamiento, pese a su pesada nómina de más de 100 funcionarios de apoyo con
los que cuenta y nada que arrancan. Primero, se demoró la integración de los
mismos, luego se tardó en convocarlos para su instalación y aún no operan. La
desesperada Gobernadora del Huila Cielo González se tuvo que quejar ante el
Gobierno central, que es quien tiene la
sartén por el mango[5],
por el aplazamiento en cuatro oportunidades la instalación del OCAD en su
Departamento, por considerarlo una burla para su región. En su orden el OCAD nacional dispone de más de $800.000
millones para financiar proyectos en Ciencia y Tecnología, el regional a su
turno cuenta con alrededor de $2.2 billones, el departamental $3 billones, pero
hasta ahora no se ha girado un solo peso.
Según el Director de Planeación “ahora sólo
falta que las regiones cumplan su parte presentando proyectos para su
aprobación”[6],
sólo eso. Entre tanto, como lo afirma el Alcalde de Yopal Wilman Celemín,
“hemos perdido siete meses y nada que llegan los dineros, y mientras tanto el Gobierno sigue sacando decretos y
reglamentaciones”[7].
Ya habíamos llamado la atención sobre el exceso de trámites, la complejidad del
nuevo SGR, verdaderamente laberíntico, que dificultaría el flujo de los
recursos de los fondos creados[8].
Dicho y hecho, en días pasados daba cuenta la prensa de la alerta que se había
disparado en el alto gobierno por la proliferación de “oficinas de asesoría” a
la caza de alcaldes incautos o despistados dizque para ayudarles a gestionar el
giro de los recursos atrapados en el SGR. En las regiones, especialmente
aquellas que fueron despojadas de sus regalías
directas hay un gran malestar y una gran inconformidad con el Gobierno
central, pues todas ellas tienen la percepción de que él les puso conejo, que
les dijo que podían estar tranquilos, pues una vez aprobada la reforma las
regalías que le quitaban a las regiones volverían a ellas a través de otro
mecanismo más eficiente y transparente, pero el Gobierno terminó quedándose con ellas.
Y es más, como lo sostuvo recientemente el
Gobernador de Bolivar Juan Carlos Gossaín, “cada vez que se trata de pedir
recursos del Presupuesto General de la Nación (PGN) para algún proyecto, le piden a uno
que lo gestione a través del SGR y nadie
sabe qué están haciendo con los recursos del Gobierno central”[9].
Esto ya lo habíamos anticipado, cuando denunciamos que el SGR es el truco del
cual se ha valido el Gobierno Central para liberar recursos del PGN, que de
otra manera habría tenido que comprometer para financiar muchos de los
proyectos de impacto regional[10]. Esta
es una forma sutil, pero muy efectiva, de seguir concentrando y centralizando
los mayores recursos fiscales por parte de la Nación. Ya pudimos ver
con qué grado de discrecionalidad y liberalidad el Presidente Santos
comprometió recursos del orden de $10 billones de los $12 billones que cuesta
el megaproyecto Autopistas de la
Montaña en Antioquia, que ahora fue bautizada para tales
efectos como “Autopistas para la prosperidad”, sin que tuviera que pasar
siquiera por el Congreso de la
República y sin respaldo en el Plan General de Desarrollo. Ya
lo había aconsejado previamente, con mucha perspicacia, el ex ministro de
Hacienda Rudolf Hommes al referirse a esta iniciativa: “hay que aprovechar el
aumento en los recaudos fiscales y el
espacio que dejan las mayores regalías, para concretar una idea que
beneficiaría, más que a un Departamento, a la economía colombiana”[11].
EL
DIABLO ROJO
El ex
presidente Cesar Gaviria clama y reclama del Gobierno “que las regalías lleguen
a las regiones…Si el Gobierno no asume una actitud muy activa, no se van a
invertir las regalías en un buen rato, y eso
va a terminar haciéndole daño al Presidente”[12].
Y no es para menos, dado que es inadmisible que mientras los recursos siguen
embolatados en los vericuetos del SGR, gobernadores y alcaldes andan saltando
matones, pasando el Niágara en bicicleta. Y lo más grave es que no es por falta
de recursos, por que los recursos están allí; lo admite el propio Ministro de
Hacienda Juan Carlos Echeverri cuando afirma sin rodeos que “la plata está disponible y no se ejecuta,
estamos llenos de procedimientos, de procesos, de trabas”[13]. Por
lo demás, la falla del Gobierno en su capacidad de ejecución no se limita a los
recursos provenientes de las regalías; recientemente denunciaba el Presidente
Ejecutivo de la
Cámara Colombiana de la Construcción Juan
Martín Caicedo Ferrer que la ejecución del presupuesto del INVÍAS “a julio del
presente año, era sólo de 26.5%”[14].
Por Dios, en el INVÍAS, la entidad responsable de la infraestructura vial del
país, que es en donde el país acusa sus
mayores falencias en materia de competitividad! El Ministro Echeverry, muy
dado a utilizar ciertas metáforas dijo que "hay sitios donde necesitamos
diablo rojo para destapar la tubería de trabas y trabas"[15];
pues que empiece por el SGR, no hay más tiempo qué perder, pues al paso que
vamos la ejecución de estos recursos al finalizar el año va a ser muy pobre.
LA
CAMISA DE
FUERZA
Pero, me temo
que esta parsimonia exasperante en la ejecución del gasto sea deliberada y que
responde a una política fiscal contraccionista, que de mantenerse puede
acentuar la desaceleración del crecimiento de la economía que ya es ostensible[16].
Al fin y al cabo, el Acto Legislativo 05 de 2011 es hermano siamés del Acto
Legislativo 03 de 2011 mediante el cual se estableció la sostenibilidad fiscal como principio constitucional y
desarrollado a través de Ley 1473 de 2011, de la Regla fiscal. Y esta no es
otra cosa que una camisa de fuerza para cuerdos, que le establece un techo al
gasto público a través del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), el cual lo
expide el Consejo de Política Fiscal (CONFIS). No se contentan, entonces, con
forzar un ahorro en el Fondos de Ahorro y Estabilización (FAE) y el Fondo de
Pensiones Territoriales (FONPET), que hacen parte del SGR, del orden de $3.1
billones para el 2012, sino que los $6
billones disponibles para inversión se gastarán a cuentagotas. De lo que se
trata, entonces, es de que el Ministro de Hacienda le quite el freno de mano al
gasto y le ponga el acelerador a fondo a la inversión, medida esta que por lo
demás contribuiría a contrarrestar la caída del crecimiento a través de una
política fiscal más proactiva y contracíclica.
Bogotá, agosto 16 de 2012
www.amylkaracosta.net
[1] Ex presidente del Congreso de la República
[3] La
República. Julio, 23 de 2012
[4] La
República. Julio, 28 de 2012
[6] Semana. Agosto 13 de 2012
[7] Idem
[8] Amylkar D. Acosta M. Cunde el desconcierto. Abril, 5 de 2012
[9] La gran Noticia. Agosto, 3 de 2012
[11] El Tiempo. Febrero, 9 de 2012
[12] El Tiempo. Agosto, 11 de 2012
[13] El Tiempo. Entrevista con Yamid. Julio, 28 de 2012
[14] El Tiempo. Agosto, 8 de 2012
[15] Ibid
[16] Amylkar D. Acosta M. La mala hora. Julio, 7 de 2012/ Los malos
presagios. Julio, 24 de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario