¿Será que tendremos que soportar racionamiento de energía?
Me gustaría
mucho que Amylkar Acosta se equivoque.
Y él lo
explica en este escrito.
®luisemilioradaconrado
@radareconomico1
https://radareconomicointernacional.blogspot.com
EL RIESGO INMANENTE DE RACIONAMIENTO DE ENERGÍA
Amylkar D. Acosta M
A riesgo de asumir el papel de Casandra, me atrevo a plantear que si bien es cierto no hay razones objetivas para afirmar que estamos ad portas de un riesgo inminente de racionamiento del servicio de energía, como aconteció hace ya 30 años, si estamos en presencia de un riesgo sistémico inmanente de racionamiento. Me explico.
Es indubitable que en las últimas tres
décadas se ha construido un sistema eléctrico sólido, que ha ganado en
eficiencia, que cuenta con una matriz mucho más robusta y diversificada, amén
de una regulación avanzada y moderna, producto de las lecciones aprendidas que
quedaron compendiadas en las leyes 142 y 143 de 1994. Ello le ha permitido al
sistema sortear con éxito recurrentes fenómenos de El Niño, que, como el de
2016 llevó al límite la capacidad de las hidroeléctricas del país, sin que
este se apagara. Le ha valido, además, el reconocimiento a su matriz
energética del Consejo Mundial de Energía y al desempeño de su arquitectura por
parte del Foro económico mundial.
Colombia se ufana de tener una matriz
limpia, dado que su capacidad instalada de generación (18.851.84 MW) es
predominantemente hídrica (66%), pero este que es un atributo que se pondera
en su justa dimensión, constituye a su vez en el talón de Aquiles del sistema
eléctrico, tornándola muy vulnerable frente a los embates del Cambio
climático, tanto más en cuanto que su fenómeno extremo de El Niño, que se
alterna con el de La Niña, con su sequía y baja pluviosidad, son cada vez más
frecuentes, intensos y duraderos.
La exposición es mayor habida cuenta
que entre los embalses que sirven a las hidroeléctricas en el país sólo uno de
ellos, El Peñol, tiene capacidad de regulación anual, mientras el 80% de
ellos no supera los tres meses. Venimos de un fenómeno de La Niña que ha
durado tres años, por ello resulta aventurado vaticinar la intensidad y duración
de El Niño que se avecina.
A esta circunstancia, ya de por sí preocupante se le viene a añadir el atraso de la ejecución de los proyectos contemplados en el Plan de expansión eléctrica. Como lo afirma Camilo Marulanda, “el mercado colombiano de energía esperaba en el período 2018 – 2021 el ingreso de más de 4.000 MW de capacidad, representados en HIDROITUANGO (2.400 MW) y los proyectos eólicos de La Guajira (2.000 MW). De esta capacidad sólo han entrado en funcionamiento 600 MW de HIDROITUANGO”. A estos atrasos de la expansión de la capacidad de generación se suman los atrasos en varios proyectos clave de trasmisión.
La Ministra de Minas y Energía le da un
parte de tranquilidad del país afirmando que “las reservas hídricas del país
están por encima de los últimos 20 años” cuando al corte del 16 de mayo
reportaron un nivel de sólo 58.25% (10.621 GWH) y los aportes hídricos de
54.83% (283.80 GWH). Bajo esa falsa premisa arguye la Ministra que “no
tenemos en este momento una alerta de racionamiento…Quien esté mandando ese
mensaje está generando pánico”. Contra toda evidencia, le apuesta a la
hidrología y sostiene que “Colombia tiene unas reservas hídricas suficientes
para afrontar un eventual fenómeno de El Niño en la segunda mitad del año”.
Alejandro Lucio, Gerente de Óptima Consultores y ex presidente de Derivex, experto como el que más en el tema, conceptúa que “las cuentas están muy apretadas. Si me pregunta hoy y El Niño fuera en el segundo semestre y durara un par de meses, pues tenemos con qué aguantar porque el embalse tiene un buen nivel a pesar de que ha venido disminuyendo rápidamente. Pero si hablamos de un Niño que se prolonga, las cuentas están muy justas y yo no descartaría un racionamiento”
Esta estrechez de la oferta de energía
ya le está pasando la cuenta de cobro a los usuarios. Como lo afirma Sandra “la
señal de precios muestra claramente que en la actualidad hay una escasez
inminente y creciente en el balance eléctrico”. Este descalce entre la
oferta limitada una demanda de energía creciente, que pasó de un crecimiento
del 3.34% en 2022 al 5.24% actual, viene presionando al alza los precios de la
energía en Bolsa y estos, a su vez, presionan al alza también las tarifas que
paga el usuario final.
Es de anotar que el precio de la
energía, ya sea en Bolsa o en los contratos bilaterales entre comercializadores
y generadores impacta el cargo por generación de la fórmula tarifaria. Ahora
bien, cuanto mayor exposición en Bolsa tiene el comercializador mayor es la
volatilidad del precio.
Finalmente, sin alarmismos, pero consciente del riesgo inmanente del Sistema y del sentido de la oportunidad para actuar diligentemente con miras a minimizarlo, me permito sugerir al Ministerio de Minas y Energía que, con el propósito de alejar el fantasma del racionamiento de energía y conjurar dicho riesgo, reactive y convoque a la mayor brevedad la Comisión Asesora de Coordinación y Seguimiento a la Situación energética del país (CACSSE), integrado, además del Ministerio que lo preside, por ISA, la CREG, la UPME y el Consejo Nacional de Operaciones (CON), una especie de Puesto de mando unificado (PMU) del sector energético. La situación actual lo amerita.
Cota, mayo 20 de 2023
www.amylkaracosta.net
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