jueves, 20 de octubre de 2022

FÓSILES: LA ÑAPA DE DIOS. Por RICARDO PLATA CEPEDA

Cosmogonía: Relato mítico relativo a los orígenes del mundo.

Vamos a leer a Ricardo Plata Cepeda

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FÓSILES: LA ÑAPA DE DIOS

Aunque la ciencia y la economía capitalista, estimulada por la iniciativa privada, tuvieron mucho que ver en esos y otros logros de los últimos siglos, el distintivo de esta etapa de la civilización es su intensidad en el uso de diversas forma de energía, en especial la eléctrica, barata, abundante y confiable suministrada en su mayor parte por combustibles fósiles. Por RICARDO PLATA CEPEDA

Ñapa: Añadidura, especialmente la que se da como propina o regalo. Cosmogonía: Relato mítico relativo a los orígenes del mundo.

Según la cosmogonía judeocristiana, Dios hizo el día y la noche, el cielo y el mar, la tierra y los árboles, el sol y la luna, los peces y las aves en los primeros cinco días de la creación. El sexto día creó al ser humano, macho y hembra, y les dijo “sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla”. Y el séptimo día supuestamente descansó. Pero no, lo dedicó a esconder bajo el suelo una ñapa para cuando el hombre pudiese multiplicarse y henchir la Tierra: unas baterías que concentrarían la energía solar recibida por los árboles y algas primigenias compactadas a presión extrema durante millones de años. Y las hizo de tres clases para que tuvieran muchos usos: sólidas, líquidas y gaseosas y las llamó carbón, petróleo y gas.

Y así fue. Nuestra especie surgió en la esquina noreste de África hace 200 mil años. En el año 1.800 de nuestra era llegamos a ser 1.000 millones de congéneres. 

Llegó también el momento de desenterrar el regalo de Dios para poder seguir cultivando, alimentando, resguardando, educando, empleando y transportando una población creciente que 200 años después llegó a 7.000 millones de personas. Siete veces más, en tan sólo esta última milésima parte de nuestra existencia, al tiempo que mejorábamos como nunca el bienestar social y material de un porcentaje cada vez mayor de la población. A nivel global en ese mismo lapso la vida esperada al nacer aumentó en un 40%, la pobreza extrema se redujo del 85% al 9% y el porcentaje de adultos analfabetas de 90% a 15%. Aunque la ciencia y la economía capitalista, estimulada por la iniciativa privada, tuvieron mucho que ver en esos y otros logros de los últimos siglos, el distintivo de esta etapa de la civilización es su intensidad en el uso de diversas formas de energía, en especial la eléctrica, barata, abundante y confiable suministrada en su mayor parte por combustibles fósiles. Y, sí, la combustión de éstos ha incrementado la presencia de CO2 en la atmósfera generando un calentamiento planetario, leve comparado con los de otras eras geológicas a las cuales sobrevivimos con muchas menos herramientas que hoy. Esa mayor temperatura induce cambios climáticos que han incitado a muchos a demonizar los combustibles fósiles, sin los cuales, paradójicamente, la mayoría de ellos no existirían, o no tendrían el nivel de bienestar que les permite su activismo.

La vida requiere energía y la materia inerte es energía concentrada demostró Einstein. La intermitencia de las energías solar y eólica, con las noches y nubes y calmas del viento, exige contar con un alto porcentaje de carga base confiable propia de los combustibles fósiles, las grandes hidroeléctricas y las centrales atómicas, estas dos últimas sin emitir gases de efecto invernadero. Las opciones para la sostenibilidad existen sin el falso dilema de renunciar al bienestar que muchos han alcanzado.

P.D.- Inanes los acuerdos para bajar tarifas en la región Caribe. 

Rsilver2@aol.com

1 comentario:

  1. Gracias compañero Rada por tan importante análisis,en tema de actualidad

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