Es más, pienso que
nos habíamos demorado para enfrentar esta emergencia.
Una emergencia que se ha
convertido en una Pandemia y que está estremeciendo a la economía mundial.
Desde la misma
Organización Mundial de la Salud (OMS), nos llegaron los avisos.
Casi todos los
gobiernos se han unido.
Sin embargo, todavía
hay ciudadanos en Barranquilla, Colombia y el mundo que no han entendido la
emergencia.
En estaderos
barranquilleros se tomaba cerveza este domingo, como si nada estuviera pasando.
Una paciente sale
molesta de una emergencia sabiendo que tiene el virus y no le importó infectar
a los demás… en fin.
Antonio Paneque, de
la ACN, la Agencia Cubana de Noticias, nos comparte esta situación.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pandemia
de coronavirus estremece la economía mundial
ANTONIO PANEQUE
BRIZUELA | FOTO: RTVES
17 MARZO 2020
El nuevo coronavirus
(COVID-19) constituye ya una pandemia, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), y acumula graves daños contra la economía mundial que se extienden
por todo el planeta.
Desde su aparición en
China a fines de 2019, la humanidad enfrenta esa especie de debacle sanitaria
de cifras tan volátiles que resultan imposibles de seguir con exactitud,
mientras la economía se enlentece y marcha hacia una recesión y las bolsas se
derrumban de forma estrepitosa.
La OMS estima en 4
mil 200 la cifra de muertos, entre 120 mil contagiados, de 114 Estados (14 de
ellos latinoamericanos y caribeños), al tiempo que la Conferencia de la ONU sobre
Comercio y Desarrollo
(Unctad) y la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) describen
secuelas catastróficas.
De acuerdo con un
estudio de la Unctad, las secuelas del nuevo coronavirus disminuirán este año
el crecimiento global hasta menos del
2,5 por ciento, en medio de un escenario a la baja con un déficit de dos billones de dólares en el ingreso global.
2,5 por ciento, en medio de un escenario a la baja con un déficit de dos billones de dólares en el ingreso global.
La tendencia a
disminuir la producción fabril de naciones afectadas por el virus como China,
Estados Unidos, Alemania, Japón, Corea del Sur o Italia, con la consiguiente
reducción en el gasto de combustibles, deprime también la extracción y ventas
de petróleo y agrava la actual guerra entre los grandes productores.
Por eso es coherente
que la Unctad sitúe en ese entorno de reducción de crecimiento a los países
exportadores del crudo entre las economías más afectadas, junto a otras
generadoras de productos básicos, todos los cuales podrían perder un punto
porcentual de incremento económico.
Los precios del
barril de petróleo Brent, el referente en Europa, cayeron hasta los 35,58
dólares, después de cerrar el martes en 34,88 dólares; en tanto el otro líder
principal del mercado de crudos, el West Texas estadounidense, retrocedió hasta
los 33,20 dólares frente a los 35,88 dólares de ese martes.
Y en ese escenario
energético también sobresale China, omnipresente en casi todas las carreteras
mercantiles internacionales y en especial la energética, por ser el territorio
mayor importador de combustible y un gran comprador de materias primas.
También, acorde con
las fuentes, sufrirán un impacto estimado entre un 0,7 y 0,9 por ciento de
desaceleración los Estados asociados a los conmocionados por el coronavirus,
como Canadá, México y la región centroamericana, insertados en cadenas internacionales
de Asia oriental y meridional.
El nerviosismo y la
pérdida de confianza de consumidores e inversores figuran entre los signos más
inmediatos de propagación de esas reducciones comparativas con las cifras
iniciales de los pronosticadores para 2020, cuyas diferencias sobrepasan
límites calculados en billones de dólares.
Del mismo modo, a
causa del COVID-19 sufriría serios daños la inversión extranjera directa, con
una disminución entre un cinco y un
15 por ciento, y, en caso de que la epidemia se extienda durante todo el año, llegaría a sus niveles más bajos desde la crisis financiera de 2008.
15 por ciento, y, en caso de que la epidemia se extienda durante todo el año, llegaría a sus niveles más bajos desde la crisis financiera de 2008.
Las industrias
automotriz, de aviación y de energía aparecen entre las más afectadas en
materia inversionista, mientras los países de mayor impacto negativo serán los
que como China recibieron los primeros golpes de la actual pandemia, cuyas
interrupciones de suministros afectarán, además, a las economías de otros con
demanda de ellos.
Una importante área
diezmada por el virus es la exportación mundial, que solo en febrero último
bajó en 50 mil millones de dólares, lo cual produjo una contracción del dos por
ciento en la producción manufacturera.
Ello afecta de manera
especial al gigante asiático, mayor exportador del mundo y su segunda economía
con el 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), eslabón imprescindible
en la cadena global y gran suministrador de rubros como teléfonos celulares,
componentes de autos y equipos médicos.
Pero tampoco se
salvan de las secuelas de la pandemia las economías de la Unión Europea,
Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, que figuran en el grupo de las más
impactadas por el brote de la enfermedad.
Otra fuente que
acredita el estancamiento es la OCDE, al advertir sobre una reducción de la
mitad del crecimiento mundial; mientras el Instituto de Finanzas
Internacionales (IIF) considera que el COVID-19 solo permitirá un punto
porcentual de crecimiento global en 2020, la cifra más baja en una década.
Ese exiguo avance
causado sobre todo por las caídas que sufrirían China, Estados Unidos,
Alemania, Japón y otros mercados emergentes, contrastaría con el aumento de 2,6
por ciento registrado el pasado 2019.
En el caso de China,
nación bien conocida como “la gran fábrica del mundo”, el PIB solo crecería un
cuatro por ciento, casi dos puntos porcentuales menos que el pronóstico
anterior, en tanto Estados Unidos se expandiría un 1,3 por ciento, por debajo
de los dos puntos calculados antes, lo cual estremece la producción universal y
repercute en la oferta y la demanda.
En todo caso, según
entidades como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, de todos
modos el crecimiento global se ralentecerá por los efectos del Covid-19 en las
cadenas mundiales de producción y, por extensión, en la distribución y el consumo.
El Banco Asiático de
Desarrollo, por su parte, pronostica que, de continuar al actual ritmo la
propagación de la enfermedad, la economía global perderá unos 347 mil millones
de dólares, equivalentes a entre una y cuatro décimas del PIB global.
Las bolsas del
Sudeste asiático, por cierto, se desploman por estos días de forma vertiginosa
igual que en otras regiones del mundo, incluidas Wall Street, Europa y América
Latina, ante el impacto del COVID-19, mientras expertos en el tema ubican ya
esta crisis bursátil entre las peores en la historia de la economía mundial.
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