Totalmente
de acuerdo.
Ni
es estructural, ni es financiera.
La
jugada está en la tecnología.
Lo
que ha pasado aquí es que muchos no entendemos ese mundo tecnológico.
Hay
gente que va siempre adelante.
Sin
embargo, nos debemos acoplar a los nuevos tiempos.
Se
requiere, obviamente, profesores que nos enseñen…
Leamos
el editorial del diario La República este 2 de octubre de 2018.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
La Reforma en Colombia.
La nueva reforma tributaria debe tener
componentes mucho más tecnológicos que antes cuando primaba más lo estructural
o financiero
EditorialLR
A dos meses de haber empezado la
administración de Iván Duque, aún no se conoce un articulado oficial de lo que
será la nueva reforma tributaria; lo que sí se sabe a ciencia cierta es que no
llevará el “apellido” de estructural, como todas las anteriores, ni será
netamente enfocada en lo financiero, es decir dejará el tufillo alcabalero que
siempre ha caracterizado a todas estas modificaciones de los impuestos en
Colombia, pues nadie puede olvidar que las reformas impositivas llegan cada 20
meses de la mano de quien esté al frente de la cartera de Hacienda.
Es un hecho que la versión tributaria de
Alberto Carrasquilla cumplirá la promesa de campaña de Duque de bajarle los
impuestos a las empresas para hacerlas más competitivas y que los pocos
impuestos que se reajusten ampliarán la base tributaria, combatirán la
informalidad, pero ante todo, se manejarán incentivos que reduzcan la evasión.
Si esos preceptos se respetan y se arma un buen articulado, no habría problema
con el trámite en el Congreso.
El punto ahora es que los técnicos de Hacienda
con la asesoría de la Dian, no debe caer en las discusiones populistas frente
al IVA, pues está demostrado que ampliarlo es una buena fórmula coherente desde
lo técnico, no solo para crecer los ingresos estatales, sino para ser mucho más
equitativos, especialmente en lo que tiene que ver con generalizarlos a varios
productos de la canasta familiar, pues lo que sucede en la actualidad es que
las exenciones de IVA a varios productos de primera necesidad perjudican a las
familias de bajos ingresos y excusan de mayores pagos a las de más ingresos. El
sistema financiero ya ha dado señales que está preparado para devolver el IVA
ampliado a los más necesitados.
Quienes están en la tarea de estructurar o
configurar la reforma tributaria deben empezar por llamarla así, a secas:
reforma tributaria, sin usar eufemismos como Ley de Financiamiento, pues este
nombre desvirtúa lo que es en realidad, como es que habrá nuevos impuestos, más
justos para todos; no podemos seguir exigiendo grandes obras de
infraestructura, mayores programas de inversión social si el Estado no cuenta
con los recursos suficientes. Pero todo quedará igual o peor si el Gobierno
Nacional no incursiona en el mundo digital, tecnológico o de Cuarta Revolución
Industrial con esta nueva reforma.
El presidente Duque habló durante la campaña
de dinamizar la factura electrónica para evitar que muchas empresas sigan
evadiendo impuestos, lo cual es un gran comienzo para llevar la administración
de impuestos a otro nivel de desarrollo. La Dian no puede seguir con software
in house obsoleto, debe aceptar que la era del Muisca ya pasó y que debe
adoptar archivos en la nube, big data, blockchain y todos los desarrollos
tecnológicos que están a la mano en un mundo globalizado.
El presidente Duque ha demostrado que quiere ser disruptivo durante su mandato
y para ello debe llevar el cobro de impuestos en Colombia al siglo XXI. La Dian
ya se le ha quitado a los políticos que aún se resisten a perder sus cuotas en
las regiones y en la administración central, ahora debe darse el salto y llevar
esta entidad a la tecnología de punta. No pude ser que muchas empresas de
servicios sepan más de sus clientes que la Dian de sus contribuyentes. La
verdadera reforma tributaria no debe ser estructural, ni financiera, debe ser
tecnológica.
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