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Cipotazo a los barranquilleros por el predial, ya es tradición imperecedera.
Por: Ricardo Buitrago C.
La alharaca por el ya
consuetudinario abuso de sucesivas e intercaladas -en sus periodos de manejo-
administraciones distritales de aplicar injustificados y absurdos avalúos a la
propiedad raíz buscando satisfacer su, también histórico, apetito distrital de
resolver déficits mediante tasas impositivas a la propiedad urbana, vía
impuesto predial, está nuevamente a la orden del día.
Esa nefanda tradición nació a
comienzos de 2013. En ese año los propietarios de vivienda barranquilleros
empezaron a ser golpeados cuando la administración realizó a través del IGAC,
una actualización catastral que aumentó considerablemente la base gravable de
sus inmuebles y como les dio resultado la convirtieron en repetitiva.
En ese momento escribí una
columna en El Heraldo, la que me permito transcribir, pues la forma como el
distrito le pone la soga al cuello a los propietarios de vivienda, familiar,
sigue vigente.
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