¿Qué hacemos con el Puerto?
¿Por qué la naturaleza nos golpea?
¿Por qué el gobierno colombiano ha demorado
tanto para que el Puerto de Barranquilla sea eficiente?
¿Qué responsabilidad tienen los gobiernos de
Barranquilla y del Atlántico, en torno a esa situación?
Hay tantos interrogantes…
Lo duro es que el desarrollo de la ciudad no
avanzará hasta que solucionemos este tropiezo.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pd: leamos al editorialista
Sigue el calvario del puerto. Editorial de El
Heraldo
Menos de un mes después de que finalizaran
los últimos trabajos de dragado del canal de acceso, el calado autorizado para
la entrada de buques se ha reducido a ocho metros. ¿Para cuándo una draga
permanente?
Menos de un mes después de que finalizaran
los últimos trabajos de dragado en el canal de acceso al puerto de Barranquilla
han vuelto los problemas con la sedimentación.
Dicho dragado –que se realizó bajo la figura
jurídica de urgencia manifiesta debido a la dramática situación en que se
encontraba el brazo fluvial– dejó una profundidad que permitía la entrada de
barcos de hasta 12 metros de calado. Sin embargo, el alivio duró poco: ayer, la
Capitanía de Puerto de Barranquilla, de acuerdo con los análisis realizados por
el Comité de Seguridad Náutica para el Río Magdalena redujo esa cifra a ocho
metros.
Según el reporte, tal restricción ha
obedecido a la creación de un banco de arena provocado por las precipitaciones
en el interior del país, que han arrastrado una importante cantidad de
sedimentos hacia la desembocadura del río.
Para hoy está prevista una reunión del
gobernador Verano con Cormagdalena, Asoportuaria, Seguridad Náutica, Invías y
la Cámara de Infraestructura, en la que se decidirán los pasos a seguir. En
concreto, si es necesaria otra declaratoria de urgencia manifiesta para
realizar por vía rápida un nuevo trabajo de limpieza. O si, como ya estaba
previsto, se espera hasta julio para contratar mediante procedimiento ordinario
un dragado de seis meses de duración hasta que salga la licitación de la nueva
APP del Río.
Más allá de lo que pueda suceder en las
próximas horas, lo que se pone de manifiesto, una vez más, es la necesidad de
buscar una solución de fondo, definitiva e inmediata al problema de la
inestabilidad del canal de acceso al puerto.
Seguramente, el Gobierno nacional replicará
que todos los males acabarán cuando se ejecute el proyecto de recuperación de
la navegabilidad del Magdalena. Por supuesto que ese ambicioso proyecto, si se
lleva a cabo, traerá numerosos beneficios a nuestro puerto local; pero la
reciente experiencia de la caducidad del contrato con Navelena no invita a la
tranquilidad.
Lo que necesitan el sector portuario y, por
extensión, los barranquilleros es que se garantice de una vez por todas la
estabilidad en el canal de acceso, para evitar que los buques con destino a
nuestra ciudad deban ser desviados a otros puertos de la Costa, como sucedió
con uno el pasado domingo.
En recientes foros y encuentros, dirigentes
portuarios y cívicos han reclamado algo tan elemental como la presencia
permanente de una draga, que realice labores de mantenimiento cada vez que se
presenten sedimentaciones. ¿Por qué es tan difícil satisfacer este
requerimiento?
El puerto de Barranquilla merece mucha más
atención oficial si lo que se pretende es convertir a nuestra ciudad en un
punto neurálgico del futuro sistema de transporte del país.
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