De acuerdo a los analistas y quienes
manejan encuestas y debates: Hillary se ganó el primer debate. Y dejó a Trump
colgado de la brocha.
Vamos a leer lo que dicen los colegas de Ripe/Expansión
(edición de María Camila Suárez Peña), porque de estos debates saldrá el
personaje que mandará en Estados Unidos por todos estos años.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Hillary Clinton
gana el primer debate frente a Donald Trump
Ella iba vestida de rojo
intenso y él lucía una corbata azul. Casi como si se hubieran cambiado los
roles y Hillary Clinton estuviera defendiendo la bandera republicana mientras
Donald Trump se pasaba al lado demócrata.
Fue en lo único en lo que los dos
candidatos a la presidencia de Estados Unidos se salieron ligeramente del
guión. Durante los noventa minutos que duró el debate, ambos siguieron a
rajatabla el papel que les ha definido durante toda la campaña. Solo que uno lo
leyó mejor.
Según el consenso de las encuestas
publicadas, Hillary Clinton ganó el primer debate que se celebra entre los dos
aspirantes a la Casa Blanca. Consiguió el hito con su papel de política
aplicada, sin resultar ni demasiado fría ni demasiado distante, dos barreras
con las que la ex secretaria de Estado siempre se ha visto obligada a lidiar.
Quedó patente que Clinton se había preparado el debate a conciencia y en todo
momento se mostró confiada y segura, sonriente pero sin llegar a reír, relajada
pero no prepotente, capacitada pero no soberbia, defendiendo pero también
atacando.
Donald Trump hizo de sí mismo, sin matices.
"Tengo temperamento de ganador", dijo. Sin embargo, al magnate
inmobiliario no le bastó su espontaneidad y verborrea para conducir el debate a
su favor. Mantuvo un discurso inconexo y en ocasiones errático, y se vio
noqueado por Clinton en dos ocasiones.
Primero, cuando la demócrata le instó a que
publicara su declaración de impuestos, como han hecho todos los candidatos que
han querido optar a la Casa Blanca. Clinton insinuó que, tal vez, el informe
muestra que Trump no paga impuestos, un escenario que el republicano no negó.
Su otro gran traspié tuvo que ver con las
incoherencias cuando trató de explicar su empecinamiento en que Barack Obama no
nació en Estados Unidos y cuando negó que hubiera apoyado la guerra de Irak,
una tesis que le enfrentó con el propio moderador del debate, el periodista de
la NBC Lester Holt.
Clinton, por su parte, asumió con resignación y humor los continuos ataques de un Trump que interrumpía constantemente y que cometió el error de criticar la preparación de su rival y su experiencia política, ataques que Clinton aprovechó para mostrarse en su papel de estadista y marcar distancias con su adversario.
Los noventa minutos que duró el debate
celebrado en la Universidad Hofstra de Nueva York se hicieron cortos. El tema
de la inmigración se tocó por encima y ni siquiera se habló del muro que Trump
pretende construir en la frontera con México. Tampoco sobre la supuesta mala
salud de Clinton y su episodio de neumonía.
Pese a que la demócrata resultó ganadora,
no ofreció ninguna novedad, como tampoco lo hizo Trump, por lo que es difícil
que el debate cambie el curso de la campaña de manera definitiva. Puede que
Clinton haya acabado de convencer a muchos de sus ya previstos votantes, pero
aún hay millones de indecisos incapaces todavía de vislumbrar quién será el
próximo inquilino de la Casa Blanca.
Para
contactar al autor de esta nota:
Ripe/Expansión.
Editor
de esta nota: María Camila Suárez Peña. msuarez@larepublica.com.co
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