Hace buenísima la de la Refinería y la aplaudimos todos los colombianos.
Pero malísima la de parar el desarrollo de la región Caribe impidiendo que exista una regla inteligente en el manejo de los sectores gasífero y petrolero.
La fórmula del gas está enredando a Colombia...
Vamos a leer a César Lorduy, que siempre ha estado muy atento a este sector.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
¡No vemos la
tormenta!
Por: César Lorduy
Al final de la novela de José
Saramago Ensayo sobre la ceguera se lee: “Quieres que te diga lo que estoy
pensando, Dime, Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos,
Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven”.
La novela describe el caos
producido por una “ceguera blanca” repentina que se convierte en plaga,
totalmente inexplicable, incurable y contagiosa, en una ciudad en la que sus
habitantes lo único que logran ver es un infinito manto lechoso.
Ese manto lechoso no ha
cubierto todavía por completo a los habitantes del Caribe, pero todo indica que
esa plaga comenzó y que no nos ha permitido ver, en su plena dimensión, la
gravedad por la que atraviesa nuestra región por causa de los mayores costos
del gas natural y el que se viene de la energía y frente a un eventual
racionamiento de gas.
El origen de este probable
racionamiento radica en que muchos de los contratos de corto plazo que
garantizan el suministro de gas para que la Costa pueda atender sus
necesidades, sin incluir a las térmicas, no se han podido renovar. Si eso no
ocurre, la industria, el comercio y los usuarios residenciales se verán
expuestos a cortes por falta de dicho combustible.
Nos amenazan con grandes
efectos sobre el precio porque no hay gas en La Guajira, y argumentan que el
poco que existe tiene un mayor valor. Entonces uno no entiende, ni puede
aceptar, que gran parte de ese gas acabe vendido al interior del país. Lo
anterior ha generado en estos momentos un déficit de gas para la Costa de,
aproximadamente, 36 millones de pies cúbicos diarios (MPCD), pero lo paradójico
es que más del doble de esa cantidad le ha sido vendido en estos días a
térmicas del interior.
Las térmicas han disparado las
necesidades de gas, a pesar de que algunas inicialmente estaban obligadas a
generar con diésel, pero lo hacen porque pagar el gas a USD10/MBTU o por más,
aunque siempre por debajo del costo del diésel, es relativamente más económico
para ellas, pero es un imposible para la industria pagar el gas en esos mismos
rangos de precios, y en consecuencia no puede ser elemento de referencia.
Con diésel o con gas, pero más
con diésel, lo cierto es que los costos variables de las térmicas se siguen
incrementando, causándoles una insuficiencia financiera que ya se hizo presente
en Termocandelaria y la obligó a cesar sus operaciones de generación. Ojalá
esto no cause un efecto dominó.
La ceguera de la que habla
Saramago se quiere hacer presente para que no veamos la gravedad de estar ad
portas de un racionamiento de gas en la Costa, con grandes efectos negativos
para la industria y los demás sectores productivos, a lo que hay que sumarle el
mayor costo de la energía, originado por la escasez de la misma y el juego de
los precios de esta.
Por eso sería oportuno revisar
lo que Hernán Martínez hizo, como ministro de Minas, cuando le tocó intervenir
adecuadamente el mercado, evitando que se racionara energía eléctrica, no se
racionó gas y tampoco hubo especulación de precios del gas ni de la energía.
Nota: En función de consolidar
un proyecto caribe más allá de Barranquilla y del Atlántico, los invito a votar
masivamente mañana por Álex Char para la Alcaldía, y por Eduardo Verano para la
Gobernación.
@clorduy
clorduym@gmail.com
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