Por eso registro este articulo del abogado y columnista Ricardo Buitrago, preocupado como muchos, por lo que está pasando en la ciudad.
Me gustan los negocios y el desarrollo, pero deben hacerse ordenadamente...
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Por: Ricardo Buitrago C.
“Más rápido se coge al mentiroso que al cojo”
dice el refrán” y para develar una falacia encubierta, aparentemente sin razón, bajo la investidura
eclesiástica que ostenta su autor parodio la famosa canción, La gota fría, del
maestro Emiliano Zuleta.
Traigo con ello un recado pero,
no grosero, ni para Lorenzo Miguel, como reza la pieza musical, sino respetuoso
y para el reverendo Hermano Lasallista Ramón Gómez Zapata pues como dice la
letra de la composición “me trato de embustero y más embustero resultó siendo
él” y su superior jerárquico, agrego yo, el rector, Federman Salgado.
Me acusaron los mentados Hermanos
Cristianos de asumir una actitud “tendenciosa y contraria a la verdad” cuando
salieron a desmentir ante la prensa, -no entiendo el afán de ocultar el
ejercicio de un derecho, si es sano- el
contenido de mi artículo “Colegio Biffi: de institución educativa a absurdo complejo habitacional” en el que manifesté mi preocupación por un proyecto –que
reafirmo existe- de un desarrollo habitacional compuesto por 2.700 apartamentos
en el terreno en donde funciona el colegio Biffi en Barranquilla.
No cuestioné en el artículo, ni
lo hago ahora, el derecho que tiene la comunidad Lasallista de enajenar bajo
cualquier figura -por metro cuadrado de tierra o de apartamento- un bien, que
forma parte de su patrimonio, si no existiere ninguna restricción legal al
efecto.
¿Cuál es el afán entonces de
ocultar una realidad que, como proyecto, mantiene vigencia?
“Eso será realidad solo si Planeación
Distrital aprueba el proyecto” me dijo el jerarca de esa dependencia. Y esa
afirmación es tan cierta como que de ella se deriva: la existencia del propósito,
que se están haciendo trámites, que están en su derecho, y que la
administración tiene la obligación de estudiarlo y pronunciarse.
¿Cómo pueden ocultar, reverendos
hermanos, la realización de una licitación privada, para su diseño, a la que
invitaron a prestigiosos constructores de la ciudad y en la que varios, en su
derecho, participaron?
¿Acaso importantes profesionales
como un respetable, avezado, experto en la materia, como quiera que fue curador,
no están prestando su concurso en los trámites pertinentes?
Ahora sí dejemos a la mentira quieta
y volvamos al fondo del problema, que fue lo que se pretendió tratar en el artículo.
¿Se imaginan como sería el
hormiguero vehicular por las ya colmatadas, dos únicas vías de acceso a esa
zona habitacional, cuasi comercial y tránsito hacia la inevitable conurbación
con Puerto Colombia si ese desarrollo habitacional se lleva a cabo? ¡El caos
total!
En consulta al articulado del POT
encuentro que en el ítem correspondiente a EDIFICABIIDAD - DENSIDADES
URBANÍSTICAS, el área del colegio, se cataloga como “Zona especial” lo que hace
suponer estaría sujeto a determinación Distrital y es allí en donde pretendo
prender alarmas.
Esa densificación habitacional se
constituiría en una tugurización del sector sin soluciones previsibles para
atenuar el tráfico vehicular que se generaría –estimado en 8500 vehículos- pues
dar continuidad a las carreras 54, 55, y 56 seria paños de agua tibia ya que
una calle más arriba se toparían con complejos habitacionales existentes.
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