lunes, 29 de junio de 2015

“La última tributaria ha hecho un enorme daño”, sostiene Óscar Iván Zuluaga

Para mí Zuluaga, fue un buen ministro de hacienda. En términos generales, Colombia ha tenido profesionales bien preparados en esa posición. Eso ha sido clave para el desarrollo de la nación.  


Yo que he estado en las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en muchas oportunidades, he presenciado cómo distinguen a los ministros de hacienda de Colombia por su desempeño.

Óscar Iván Zuluaga, ha sido empresario y político. Fue candidato a la presidencia y logró emocionarse con el triunfo, porque en la contienda anterior le ganó al presidente Juan Manuel Santos en la primera vuelta; ahora se sentó con los colegas de La República y se expresa libremente en esta entrevista que les quiero presentar.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Viernes, Junio 26, 2015
“La última tributaria ha hecho un enorme daño”, sostiene Óscar Iván Zuluaga

A Óscar Iván Zuluaga (1959) le tocó como ministro de Hacienda lidiar la crisis económica mundial de 2008, una de las más duras de la historia reciente, tan dura que algunos países no han podido salir de la crítica situación. Su periodo en la cartera abarcó desde el 8 de marzo de 2007 hasta el 6 de agosto de 2010.
Su discurso económico no deja de ser crítico, pero con un tono responsable donde deja entrever que primero está el futuro del país que las posiciones partidistas. Cree que el Ministerio de Hacienda, en esta coyuntura, debe dedicarse más a lo micro que a lo macro, una asignatura ya aprobada.
¿Cómo ve la economía? 
Es un momento de quiebre complejo para la economía  ¿por qué? Veníamos de un buen ritmo de crecimiento. Con el cambio de los precios del petróleo, el país quedó dependiendo de sí mismo, uno diría: ya se acabó la fiesta y tiene que depender más de sí mismo. Hoy las condiciones son adversas para poder impulsar un crecimiento económico que genere optimismo. ¿Por qué son adversas? Primero porque el país tiene problemas serios de competitividad, está perdiendo terreno frente a otros. Dos, porque el país ha avanzado muy poco en materia de productividad, lo que es una gran debilidad para poder crecer a tasas mucho más fuertes dependiendo de sí mismo. Tres, la última reforma tributaria le ha hecho un enorme daño al país, porque el costo efectivo de la tributación ha crecido de manera exagerada y desproporcionada, lo que desestimula la inversión. Y si algo recuperó Colombia en los últimos diez años fue haber hecho de la inversión una variable que generara dinámica. Esa falta de estímulo a la inversión se va a ir reflejando cada año y está generando desconfianza, zozobra y se ha traducido en un mayor pesimismo, no solo por las condiciones externas, sino por los problemas que ya evidencia la economía.
 
¿Cuánto vamos a crecer? 
Muy difícil prever que ante un ciclo externo cambiante pueda la economía crecer a tasas razonables y por eso se habla de pronósticos de 3%. Algunos incluso hablan de menos de 2%. Eso sería una tragedia, un país con estos niveles de pobreza necesita avanzar mucho más.

Un crecimiento de 3% es bueno si se mira la región... 
Ese es el problema. Cuando yo estaba en el Ministerio de Hacienda nos preguntábamos ¿cuándo Colombia podrá crecer a 4%? Y durante los dos gobiernos de Uribe se demostró que con recuperar la inversión, generar confianza, seguridad, el país podría crecer sin mucha dificultad a niveles de 4%. La economía en condiciones, no muy dramáticas, podría crecer potencialmente a 4,5%. Somos el país que más posibilidades tiene de un crecimiento potencial mayor, porque tuvo décadas donde represó las posibilidades de un mayor crecimiento.
¿Por qué estábamos reprimidos? 
Es un país que entra a la globalización tarde, que perdió la década del noventa con atrasos sustanciales frente a otros y cuando empieza en 2000 a recuperarse, encontró posibilidades de tener un crecimiento potencial mucho mayor. Es un país que tiene la tercera población de América Latina y el puesto 25 en todo el mundo. Tiene 27 ciudades con más de 150.000 habitantes. Esas son posibilidades de expansión, tal como se demostró entre 2002 y 2010 cuando se sentaron bases muy importantes para que el país pudiera crecer a tasas mayores. 
¿Cómo ve la próxima década? 
El problema es que el crecimiento no está anclado a la productividad y eso hace que seamos vulnerables. Si no hay una orientación de política de mejora sustancial de la productividad, el país no va a tener un crecimiento como se necesita y si no hay un crecimiento económico impulsado por la productividad, el país no va a mejorar en competitividad, entonces seguirá siendo importador y va a perder su frontera agrícola. El país no va a aprovechar lo más importante que es su recurso humano porque seguimos siendo un país joven, pero somos jóvenes hoy, no lo vamos a ser en 20 o 30 años.
 
¿Le preocupa el relevo generacional? 
Cuando se mira la historia económica, encuentra que ha habido relevos generacionales y los países han invertido en promedio 30 años para formar una generación. Hay 12 millones de colombianos entre 14 y 25 años, más de 50% por debajo de los 24 años, es un llamado a que si no hacemos algo con la educación, en el largo plazo nos derrota la informalidad. El país necesita concentrar acciones de política ambiciosas en la mejora de la productividad, que es lo único que puede transformar.

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