Y me gusta porque es un ciudadano que se puso los zapatos de una empresa a la que hace poco tiempo criticaba: Electricaribe.
Al pasar de crítico a mediador, le está haciendo un gran favor a la comunidad colombiana.
El ex ministro entendió, después de pasar por el cargo del ministerio, que la culpa no es de la empresa privada, sino que son las circunstancias las que han atentado contra un servicio que quisiéramos tener optimizado.
No es Electricaribe, es el gobierno, el ministerio, la comunidad que no paga las facturas, los tramposos que les encanta robar energía, los gobernadores, alcaldes, personeros... que no acompañan el proceso. Los políticos que usan la situación para armar sus campañas, los periodistas que azuzan. El marañero atrevido. Las autoridades... El caos lo que estamos generando todos.
Cuando un ciudadano deja de pagar la energía, atenta con su comunidad. Si del total de los habitantes, solamente paga el 27%... ese 73% será el resposable de los tropiezos, paros, atropellos de la policía y de las muertes que se presenten.
A ese grupo irresponsable es el que hay que señalar. No busquemos más...
Me imagino... pero sólo me imagino ¿cómo nos iría si Electricaribe no existiera?
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
¿INTERVENCIÓN PARA QUÉ?
Amylkar D. Acosta M[1]
“Es
mejor encender una vela que maldecir la obscuridad”
Confucio
Para nadie es un secreto que la situación
planteada en la región Caribe en relación al suministro de energía eléctrica
amerita una acción contundente por parte del Gobierno y así lo entendí al
asumir la Cartera de Minas, Energía e Hidrocarburos. Una y otra vez se ha
solicitado la intervención de la empresa operadora del servicio,
ELECTRICARIBE, como la solución. Sin embargo, es evidente que la intervención
es una salida por la puerta falsa, evasiva, demagógica. Quienes la están
promoviendo y amenazan con un Paro cívico en La Guajira si no se da dicha intervención
sólo aspiran a montarse en la cresta de la ola de la inconformidad con
ELECTRICARIBE y capitalizarla políticamente.
Si el ábrete sésamo para la solución de la
problemática de la prestación del servicio de energía en la región fuera la intervención
esta hace rato se habría dado. De acuerdo con la consultoría que para el efecto
adelantó la experta Carmenza Chahín (Alternativas para garantizar la
sostenibilidad de la prestación del servicio eléctrico en la Costa Caribe)
el nudo gordiano no es administrativo, sin que ello quiera decir que
no hay problemas administrativos, sino operativo y este a su vez se debe al
rezago histórico en inversiones que han debido hacerse y por distintas razones
(que están documentadas en el trabajo realizado) no se hicieron en su momento.
Si se quiere, entonces, superar los
problemas estructurales del Sistema energético en la región Caribe lo que hay
es que ejecutar las inversiones requeridas y es eso lo que se busca con el Plan
de choque que nosotros pusimos en marcha a través de las resoluciones 9
0506 y 9 0604 de 2014 del MME y las resoluciones 079 y 093 de 2014 de la CREG.
Mediante estos actos administrativos lo que se busca es anticipar la ejecución
de los proyectos que se necesitan, mediante convocatorias express, para darle
mayor firmeza y confiabilidad a la prestación del servicio, reduciendo
las restricciones y las pérdidas.
Claro que, a la par de la ejecución de
estas obras que por más de US $600 millones de inversión están en marcha (entre
ellas el anillo Riohacha - Cuestecitas - Maicao - Riohacha), además de las
pusimos en operación recientemente (entre ellas las subestaciones de Rotiné en
el Municipio del Atlántico, otra en Bonda (Santa Marta) y otra en Uribia (La
guajira), amén de las de La sierpe en La Mojana y la del Aeropuerto de Santa
Marta), además de los proyectos que fueron adjudicados en los últimos días (La
línea Bolivar - Cartagena, la que unirá a Chinú - Montería - Urabá), la
Superintendencia ha venido ocupándose de aquello que es de su competencia, esto
es lo que hace relación a la gestión administrativa de la empresa, la
prestación del servicio por parte de esta y la atención de las quejas y reclamos
por parte de los usuarios. Ello sin hacer mención del Plan Piloto que
dejamos en proceso de estructuración, tendiente a alcanzar la más amplia
cobertura en la prestación del servicio de energía eléctrica en toda la región
Caribe, el mejoramiento en la calidad del mismo, su normalización y de contera
el alivio tarifario para los estratos de menores ingresos, empezando por la
revisión del consumo básico de subsistencia.
La intervención que se plantea a qué se
reduce, simple y llanamente a remover la administración actual y designar en su
lugar un gerente interventor por parte de la Superintendencia de Servicios
públicos. Pero la fiebre no está en las sábanas; el interventor puede ser
Mandrake, pero sin que se resuelvan los problemas estructurales ya mencionados,
por muy buena voluntad que tenga (nos recuerda Oscar Wilde que de buenas
intenciones está empedrado el camino hacia el infierno) con ello no va a
mejorar la calidad en la prestación del servicio, que es de lo que se
trata. Eso es tanto como cambiarle conductor a un chócoro que se vara cada
rato, como si su pericia pudiera suplir la reparación del motor del
vehículo, que es el que no funciona.
Es bueno mirarse en el espejo de EMCALI,
cuánto duró la intervención de esta empresa por parte de la Superintendencia y
al final nos encontramos con que la misma después de esa larga intervención,
que duró más de trece años, no salió mejor que cuando estuvo peor. Luego
la intervención que se reclama no pasa de ser un espejismo. Lo advertimos, con
el fin de que no se creen falsas ilusiones con la intervención que se reclama,
en el sentido que basta con la intervención para que en una santiamén se
resuelvan todos los problemas que por años ha venido arrastrando ELECTRICARIBE.
No nos llamemos a engaños; conocido el diagnóstico, a la hora de recetar nos
tenemos que cuidar de confundir la inocuidad del placebo con la eficacia del
medicamento prescrito.
Riohacha, septiembre 18 de 2014
www.amylkaracosta.net
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