Al leer este texto que
nos envían los amigos del Banco Mundial, siente uno que hay respiro. Estamos
hablando de Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, que se publicaron
el 14 de este mes, y que les pasamos con gusto para que las analicen.
Digo que eso permite un
respiro, porque se escuchaban y leíamos muchas noticias preocupantes. Crisis
en Europa, Japón, Brasil, Venezuela, Turquía… y la pregunta era: “¿No
saldremos de ésta?”.
Se están decantando las
cosas y las circunstancias nos permiten continuar soñando.
Aunque, son sueños,
porque todavía hay muchos riesgos que se deben atender y los líderes mundiales
lo tienen claro.
Nada es perfecto.
RADAR,luisemilioradaconrado
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Economías en desarrollo necesitan sólidos planes de acción para mantener el crecimiento
14 de
enero de 2014 – Cinco años después del inicio de
la crisis financiera mundial, la economía internacional muestra señales de
recuperación este año, impulsada por la mejoría de las economías de ingresos
altos, indica el último informe Perspectivas económicas mundiales del
Banco Mundial publicado este 14 de enero de 2014.
También
se está consolidando el crecimiento de los países en desarrollo, gracias en
parte a la recuperación de las economías avanzadas y al aún sólido crecimiento
de China, si bien ahora algo más moderado.
Sin
embargo, las perspectivas de desarrollo para 2014 son sensibles a la
disminución del estímulo monetario en Estados Unidos, que comenzó a principios
de este mes, y a los cambios estructurales que se llevan a cabo en la economía
de China.
El informe proyecta que el crecimiento en los países en desarrollo,
aunque más lento de lo esperado, repunte de 4,8% en 2013 a 5,3% este año, 5,5%
en 2015 y 5,7% en 2016. Aunque estas tasas son unos 2,2 puntos porcentuales
inferiores al nivel que tenían en el período de auge que precedió a la crisis
de 2003-07, no hay motivos para preocuparse por este ritmo algo menor. Casi
toda esta diferencia refleja un enfriamiento de la acelerada e insostenible
actividad económica previa a la crisis y muy poco se debe a un menor potencial
de crecimiento en las naciones en desarrollo. Además, incluso este crecimiento
más lento representa una mejora sustancial (60%) respecto de los años ochenta y
comienzos de los noventa.
Se espera
que la expansión del producto interno bruto (PIB) mundial se consolide en 3,2%
este año (de 2,4% en 2013), estabilizándose en 3,4% y 3,5% en 2015 y 2016, respetivamente.
Gran parte de la aceleración inicial reflejaría un mayor crecimiento en las
economías de ingresos altos.
En el
caso de los países de ingresos altos, el freno al crecimiento que representan
las políticas inciertas y la consolidación fiscal se aflojará y ayudará a
impulsar el crecimiento económico de 1,3% en 2013 a 2,2% este año, para luego
estabilizarse en 2,4% tanto en 2015 como en 2016. Entre estas economías, la
recuperación está más avanzada en Estados Unidos, donde el PIB ha estado expandiéndose
durante 10 trimestres consecutivos. Las proyecciones indican que la economía de
Estados Unidos se ampliará en 2,8% este año (de 1,8% en 2013), afirmándose en
2,9% y 3,0% en 2015 y 2016, respectivamente. Luego de dos años de contracción,
se prevé que el crecimiento en la zona del euro será de 1,1% este año y de 1,4%
y 1,5% en 2015 y 2016, respectivamente.
“Los
indicadores económicos mundiales muestran mejoras. Pero no es necesario ser
particularmente inteligente para percibir los peligros que acechan. La zona del
euro salió de la recesión, pero los ingresos per cápita siguen cayendo en
muchos países. Esperamos que el crecimiento de los países en desarrollo supere
el 5% en 2014 y que incluso sea mucho mejor en algunos como Angola (8%), China
(7,7%) e India (6,2%). Pero es importante evitar el estancamiento en materia de
políticas públicas, para que estos indicios no sean más que promesas vanas”, señaló Kaushik Basu,
vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial.
El
informe insta a las naciones en desarrollo a implementar reformas estructurales
que ayuden a fortalecer la capacidad de sus economías si desean recuperar las
tasas de crecimiento de antes de la crisis. Además, plantea algunas medidas
normativas que las autoridades pueden poner en marcha para dar paso a un
círculo virtuoso de mayor inversión, incluida inversión extranjera, y
crecimiento del producto a mediano plazo.
Los
indicadores económicos mundiales muestran mejoras. Pero no es necesario ser
particularmente inteligente para percibir los peligros que acechan. La zona del
euro salió de la recesión, pero los ingresos per cápita siguen cayendo en
muchos países. Esperamos que el crecimiento de los países en desarrollo supere
el 5% en 2014 y que incluso sea mucho mejor en algunos como Angola (8%), China
(7,7%) e India (6,2%). Pero es importante evitar el estancamiento en materia de
políticas públicas, para que estos indicios no sean más que promesas vanas.
Kaushik Basu
Vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial
Vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial
Aspectos regionales destacados:
El
crecimiento en Asia oriental y el Pacífico se redujo por tercer año consecutivo
a aproximadamente 7,2% en 2013, como reflejo del menor crecimiento de
Indonesia, Malasia y Tailandia, donde la actividad se vio afectada por los
débiles ingresos por concepto de productos básicos y los ajustes normativos
realizados para abordar el sobrecalentamiento interno. Las vulnerabilidades
internas generadas durante los años de las políticas expansionistas siguen
actuando como amortiguador para la región. Se prevé que el PIB de China se mantendrá
inalterado en 7,7% en 2014, disminuyendo a 7,5% en los próximos dos años como
resultado del desapalancamiento y la menor dependencia de la inversión inducida
por políticas. La región es vulnerable a los riesgos de un despliegue
descontrolado de la inversión china y el brusco endurecimiento de las
condiciones financieras mundiales. Los exportadores de productos básicos
también son vulnerables a caídas más agudas de las esperadas en los precios de
los productos básicos.
El
crecimiento de las naciones en desarrollo de Europa y Asia central
se fortaleció en 2013 para llegar a una cifra estimada de 3,4%, estimulado por
la mejora de las exportaciones hacia las economías de ingresos altos de Europa
y la solidez permanente de los países exportadores de energía de Asia central.
Dado sus fuertes lazos comerciales y financieros con Europa de ingresos altos,
la recuperación favorecerá en especial a todo a las economías de Europa central
y oriental. No obstante, el impulso del crecimiento generado por el aumento de
las exportaciones se verá contrarrestado en parte por una menor demanda interna
a causa de la actual restructuración del sector bancario, las condiciones
financieras internacionales más difíciles y una consolidación fiscal en marcha
o planificada en varios países. La combinación de estos factores mantendrá el
crecimiento estable en torno al 3,5% en 2014, aumentando gradualmente a 3,7% y
3,8% en 2015 y 2016, respectivamente.
Los
riesgos incluyen un nuevo debilitamiento en la zona del euro o Rusia, ajustes
desordenados ante condiciones financieras mundiales más restrictivas y caídas
abruptas adicionales en los precios de los productos básicos.
La
desaceleración del comercio mundial, las condiciones financieras más difíciles
y los mercados de productos básicos menos favorables en 2013, han dejado a
muchos países de América Latina y el Caribe luchando con un crecimiento
relativamente débil. La demanda interna se ha moderado notoriamente en Brasil,
aunque la actividad está comenzando a recuperarse en México y las exportaciones
se están recuperando en América Central, en parte gracias a la ampliación del
Canal de Panamá. Se prevé que el crecimiento regional repuntará de 2,9% en
2014, a 3,1% en 2015, antes de acelerarse a 3,7% en 2016. El fuerte aumento de
las exportaciones junto con el incremento estable del consumo deberían impulsar
el crecimiento de Brasil a 3,7% en 2016. Dependiendo de la recuperación de
Estados Unidos, se espera que México crezca un 3,4% en 2014, acelerándose a
4,2% en 2016. Los riesgos de deterioro de la situación en la región incluyen un
alza descontrolada de las tasas de interés mundial y una disminución brusca,
prolongada y profunda de los precios de los productos básicos.
Las
economías en desarrollo en Oriente Medio y Norte de África siguen
deprimidas. La crisis política de Egipto, el punto muerto en que se encuentra
Túnez y la escalada de la guerra civil en Siria –con sus efectos indirectos en
las naciones vecinas del Líbano y Jordania– han debilitado la actividad en los
países importadores de petróleo. Al mismo tiempo, las dificultades en materia
de seguridad, las huelgas, los problemas con la infraestructura y, en el caso
de Irán, las sanciones internacionales, han afectado negativamente a los países
exportadores de petróleo. El crecimiento regional, que se contrajo en 0,1% en
2013, debería mantenerse deprimido con perspectivas plagadas de incertidumbre.
Se proyecta un crecimiento agregado de 2,8% en la región en 2014,
consolidándose en 3,3% en 2015 y en 3,6% en 2016, bastante por debajo de su
potencial.
El
crecimiento en Asia meridional se expandió en un modesto 4,6% en
2013, lo cual refleja la debilidad de India en medio de alta inflación y
déficit en cuenta corriente y fiscal. En el último tiempo, las exportaciones
regionales han mejorado gracias al fortalecimiento en la demanda externa y la
previa depreciación de la rupia india. Se prevé que el crecimiento regional
mejorará para llegar a 5,7% en 2014 y 6,7% en 2016, liderado principalmente por
el repunte en la demanda de importaciones de las economías de ingresos altos y
la inversión regional. Sin embargo, la proyectada recuperación dependerá de la
estabilidad macroeconómica, reformas sostenidas a las políticas públicas y al
avance en la reducción de las restricciones por el lado de la oferta. Se estima
que el crecimiento de India aumente a más de 6% en el ejercicio económico de
2014-15, llegando a 7,1% en 2016-17. Los principales riesgos que enfrenta este
panorama es que las reformas fiscales y normativas se desvíen de sus objetivos,
además de las incertidumbres relacionadas con las elecciones en Afganistán,
Bangladesh e India, la consolidación de las expectativas inflacionarias y un
ajuste descontrolado de los flujos de capital en respuesta a la política de
reducción de Estados Unidos.
El crecimiento económico repuntó en África al
sur del Sahara en 2013, apoyado por fuertes inversiones basadas en
recursos. El crecimiento del PIB real se fortaleció a una cifra estimada de
4,7% para la región. Sin incluir a Sudáfrica, el crecimiento promedio del resto
de la región fue de 6,0%. La recuperación durante la primera mitad de 2013 fue
débil entre los exportadores de petróleo (Angola, Gabón y Nigeria),en tanto que
el producto industrial de Sudáfrica se contrajo durante el tercer trimestre. La
sólida demanda interna, los flujos de IED relativamente flexibles y la
reducción de la inflación deberían sustentar un crecimiento regional de
aproximadamente 5,3% en 2014, 5,4% en 2015 y consolidarse en 5,5% en 2016. La
región es relativamente inmune al aumento en las tasas de interés mundial, pero
no así a bajas más agudas de lo proyectado en los precios de los productos
básicos y a riesgos internos relacionados con eventos climáticos extremos que
afecten las cosechas locales y los precios de los alimentos, conflictos
políticos, problemas de seguridad en el norte de Nigeria y ataques de piratas
en el golfo de Guinea que podrían aumentar los costos de los fletes marítimos y
perturbar el comercio regional.
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