Es bueno ser optimistas. Y eso permite
que los sueños se vuelvan una realidad. Parece que ese contagio le sirve a las
economías. Y cuando uno escucha, lo que nos afirma Miguel Savastano, del Fondo
Monetario Internacional, cuando se refiere a Colombia, pues, nos sentimos
tranquilos. Él es un venezolano que tiene un excelente concepto de la economía colombiana, de los ministros de hacienda que hemos tenido en Colombia y pondera lo que se hace en la nación.
Sin embargo, González, dice que las cosas
no están tan buenas… Son conceptos que nos sirven para hacer comparaciones: 1. mal la industria. 2. mal la minería...
Leámoslo.
RADAR,luisemilioradaconrado
radareconomico1
Economía gelatinosa: crecimiento con una frágil estructura productiva
- Lunes, 23 Diciembre 2013
Las cifras divulgadas por el DANE han dado pie a reacciones excesivamente optimistas. No hay que olvidar que la economía colombiana tiene muchas debilidades y que los excedentes -sin precedentes en la historia- no se están utilizando como es debido.
Crecimiento del PIB con una estructura económica frágil
El crecimiento del PIB el último año (tercer trimestre 2013 con respecto al tercer trimestre 2012) fue de 5,1 por ciento.
El gobierno está muy satisfecho con estos resultados. Pero este
crecimiento corresponde a una estructura económica que es muy frágil,
por ello se deben tomar con cautela y sin excesivo optimismo.
La actividad cafetera se revitalizó con un avance de un 41.6%. Foto: Café de Colombia |
El comportamiento de los diversos sectores fue muy desigual:
1. Dinámica negativa de la industria. La industria
sigue teniendo una dinámica negativa, en su conjunto presentó un
decrecimientodel 1,0 por ciento durante este período. El comportamiento
más negativo fue en del sector de productos metalúrgicos básicos que
cayó 10,6 por ciento; el de equipos de transporte con un 10,2 por
ciento, y el de prendas de vestir con el 5,1 por ciento. La actividad
manufacturera no sale de su crisis.
2. El sector que más creció fue el de la construcción, con el 21,3 por ciento, y se convirtió en la verdadera locomotora de la economía. En las estadísticas del DANE este sector incluye dos grupos: las obras civiles y las edificaciones y sus tasas de crecimiento fueron del 18, 6 y el 24,8 por ciento, respectivamente. Estas actividades se conocen como “no transables”, porque no se pueden intercambiar en el mercado internacional. Tienen la ventaja de que la revaluación del peso no las afecta tanto como a los otros sectores, que sí son golpeados por las importaciones. Las obras civiles son impulsadas por el gobierno a través de la inversión pública. Este crecimiento corresponde a una estructura económica que es muy frágil, por ello se deben tomar con cautela y sin excesivo optimismo.
3. La minería estuvo mal. El carbón cayó 5,5 por ciento y los minerales metálicos el 17,1 por ciento, mientras que el petróleo aumentó 10, 3 por ciento.
4. A los intermediarios financieros les sigue yendo bien, con una tasa de crecimiento de 8 por ciento.
5. El comercio tuvo un crecimiento de 4.3 por ciento.
6. La agricultura creció en promedio el 6,6 por
ciento, sobre todo por la dinámica que tuvo el café (41,6 por ciento).
La recuperación de la actividad cafetera es relevante y ha logrado
compensar, así sea parcialmente, el efecto negativo que tiene la
revaluación de la tasa de cambio.
Estas tendencias corresponden a las de una economía que se ha ido
“re-primarizando” café, petróleo...), con un sector de la construcción
que tiene un buen dinamismo. Ninguno de estos indicadores permite pensar
que se esté consiguiendo una mayor competitividad. Tampoco hay indicios
de que el país avance hacia la modernidad.
Variación porcentual anual del PIB
Tercer trimestre 2012 - tercer trimestre 2013
Tercer trimestre 2012 - tercer trimestre 2013
Fuente: Dane
Fitch y el manejo de las reservas internacionales
La agencia Fitch Ratings subió la calificación de Colombia de “BBB menos” a “BBB”. Una de las razones que tuvo Fitch
para aumentar la calificación fue el manejo de las reservas
internacionales del país que, a su juicio, es muy bueno. En la jerarquía
de Fitch, Colombia queda a la par de Brasil, pero detrás de Perú, México y Chile.
Para Fitch no importa que la economía se esté
“re-primarizando”. Tampoco le da suficiente relevancia a la caída de la
dinámica industrial, ni a la ausencia de infraestructura y de
carreteras. En la lógica de Fitch estos asuntos estructurales
son secundarios. En cambio, felicita la forma como el Banco de la
República está administrando los US$42 mil millones de reservas, una
cifra sin precedentes.
Estas tendencias corresponden a las de una economía que se ha ido “re-primarizando” café, petróleo...), con un sector de la construcción que tiene un buen dinamismo.
La mayor parte de estos recursos (el 87 por ciento) están en bonos del Tesoro de Estados Unidos, con una rentabilidad bajísima (0,25 por ciento por año). La caída en el rendimiento de las reservas se está reflejando en las pérdidas del Banco de la República, cercanas a los $1,2 billones (a septiembre del 2013). Una parte de este faltante se financia con recursos del presupuesto. Dicho de otra manera, los excedentes de la economía colombiana están generando pérdidas, en lugar de contribuir al desarrollo y a la modernización de la infraestructura y del aparato productivo del país. Este mal manejo de la bonanza no se discute, y una razón poderosísima para no hacerlo es la satisfacción de las grandes calificadoras de riesgo con este estado de cosas.
El sector de la construcción creció en un 21.3%. Foto: DaniBlanchette |
La pregunta de fondo es por el nivel óptimo de las reservas. De acuerdo con el Banco de la República:
“Para determinar si las reservas internacionales son suficientes para
prevenir y enfrentar choques externos, se utilizan varios indicadores.
Los más importantes son la razón entre reservas internacionales y
agregados monetarios y el cociente entre reservas y el pago de la deuda
externa durante los siguientes doce meses”.
El problema con estos indicadores es que nadie puede decir con
certeza cuál es la relación óptima entre reservas y agregados
monetarios ni entre reservas y pago de la deuda. Desde el punto de vista
lógico, los componentes de ambas relaciones se implican mutuamente, y
como no son independientes los movimientos del uno inciden en el
comportamiento del otro. No existe un ancla y, sobre todo, nunca se
podrá definir un criterio claro para decir en qué momento la relación
deja de ser aceptable. Las comparaciones entre países apenas son guías
imprecisas.
En gracia de la discusión, se puede decir que Colombia tiene un exceso
de reservas de US$10 mil millones y que estos recursos se pueden
utilizar en la consolidación de la infraestructura, en el apoyo a
sectores que contribuyan a la modernización del país y al
fortalecimiento de la capacidad industrial.
La economía colombiana podría ser más sólida si una parte de las
reservas se utilizara para estimular dinámicas endógenas con
proyecciones de largo plazo (vías, infraestructura portuaria,
construcción y arreglo de escuelas, acceso universal al agua potable,
ampliación de sistemas de riesgo, modernización del catastro,
recuperación de ríos y conservación de cuencas, etc.). Las necesidades
son numerosas y, obviamente, es indispensable jerarquizar. Pero, de
todas maneras, es inaceptable que los excedentes estén produciendo
pérdidas.
La Fundación Razón pública es una organización independiente y sin ánimo de lucro constituída por analistas colombianos
Carrera 11 No. 92 -20 Of. 301. Telefax: (57 + 1) 744 9099. Bogotá - Colombia
* Cofundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga click en este enlace.
jorgeivangonzalez@telmex.net.co
No hay comentarios:
Publicar un comentario