jueves, 22 de agosto de 2013

Economía y sociedad: los retos que se nos vienen, por Jairo Parada

Economía y sociedad: los retos que se nos vienen


En la medida en que avanzamos hacia la culminación del 2013, es claro que el escenario económico, político y social del país empieza a complicarse no solo para el gobierno sino para los mismos ciudadanos. Es obvio que nuestros gobernantes tratan de inspirarnos optimismo y ello es válido. Sin embargo, se hace necesario examinar con cuidado las tendencias que enfrentamos.
En la esfera económica parece evidente que, si tenemos mucha suerte y no hay sorpresas, escasamente llegaremos a un 4% de crecimiento en el PIB, siendo observables los signos de desaceleración en la esfera industrial e incluso en el ámbito comercial.

 
Las épocas de auge parecen haber pasado, aunque algunos sectores siguen eufóricos en algunas ciudades, por ejemplo, en el área de la construcción de bodegas y vivienda tanto popular como de altos estratos. Pero, sin duda, sin los estímulos oficiales ello no estuviera pasando. Hay que prepararse para un periodo de actividad económica más lento, y ello supone que es posible que incluso se pueda modificar la tendencia descendente de la tasa de desempleo.
La informalidad sigue afectando a las dos terceras partes de los colombianos y aunque el gobierno reclama la creación de empleos en su trienio transcurrido, la verdad es que el empleo de calidad ha crecido muy poco. Parece que el gobierno ha declarado un receso en la firma de nuevos TLC, los cuales parece que todavía no han dejado los frutos mágicos que se esperaban. La experiencia y la lógica indican que son procesos de largo plazo.
Lo que de verdad preocupa en el escenario venidero es la intensificación de las luchas sociales. Parece evidente que los gobiernos que pretenden ser más democráticos tropiezan con la exacerbación de las demandas populares, sectores que se llenan de más ilusiones de conseguir resultados, que con gobiernos duros y autoritarios.

 
Estas confrontaciones sociales, con los sectores obreros y campesinos, además de los transportadores y cafeteros, harán más difícil la coyuntura política. El gobierno se verá en escenarios cada vez más difíciles, los cuales se complicarán con el tema de la reelección. Con una maquinaria económica a baja velocidad, y una agudización de lo social, la coyuntura se reflejará en toda su complejidad, ante un gabinete que se ve muy lejano de las regiones y aspiraciones populares.
Otras fuerzas distintas a las oficiales tratarán de llenar estos espacios. Es posible que el deterioro de la seguridad ciudadana ya empiece a afectar la dinámica inversionista ante la impotencia del estado en las regiones. La Costa es un buen ejemplo de ello. Otro factor que puede estar afectando la percepción de los ciudadanos es la resiliencia de la corrupción en la esfera de lo público.
Adjudicaciones de licitaciones sin fondos, tira y jala en las licitaciones de chance, indican lo complejo de las fuerzas subterráneas que se mueven.
El anuncio de la venta de Isagen no termina de convencer a los colombianos que las finanzas públicas anden boyantes como lo sostiene el ministro de Hacienda. La infraestructura para los TLC camina muy lentamente y en el ambiente se siente más lleno de retórica que realidades. El proceso de paz, su concreción o posible fracaso, puede dinamizar la coyuntura económica y política en forma muy compleja y generar nuevos escenarios. Sin duda, el 2014 promete ser muy interesante.

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