Informe sobre Desarrollo Humano 2011:
Sostenibilidad y equidad:
un
mejor futuro para todos
Principales mensajes
El punto de partida del
Informe es que el destacado progreso en desarrollo humano que ha documentado el
IDH en las últimas décadas no puede continuar sin que se tomen medidas decididas
para reducir los riesgos medioambientales y la desigualdad.
El IDH 2011 identifica los
caminos que tienen que seguir las personas, las comunidades, los países y la
comunidad internacional para promover la sostenibilidad medioambiental y la
equidad, y lograr que se refuercen mutuamente.
1) Muchas personas
desfavorecidas soportan una doble carga de privaciones. Son más
vulnerables ante los efectos más generalizados de la degradación medioambiental
debido a que sufren tensiones más graves y cuentan con menos medios para
superarlas. Además, tienen que hacer frente a las amenazas que sufren sobre su
entorno más próximo, desde la polución del aire en el interior de las viviendas
hasta el agua no potable y los saneamientos inadecuados. Las previsiones
sugieren que si no conseguimos reducir los graves peligros medioambientales
y se permite que las desigualdades sociales sigan haciéndose cada vez más
profundas, todo ello podría derivar en una ralentización del progreso sostenido
experimentado en las últimas décadas por la mayoría de los pobres del mundo e,
incluso, revertir la convergencia global del desarrollo humano.
2) Las enormes
disparidades de poder promueven además estos patrones. A nivel nacional, los
nuevos análisis muestran cómo los desequilibrios de poder y las desigualdades de
género están estrechamente vinculadas a los impedimentos para acceder a una
mejor calida del agua y los saneamientos, a la degradación de las tierras y a
las muertes causadas por la polución del aire, tanto de entornos interiores como
en exteriores, amplificando así los efectos asociados a las disparidades de
ingresos.
Las desigualdades de
género también interactúan, y empeoran, los resultados medioambientales.
A nivel global, los acuerdos de gobernanza a menudo suelen debilitar las voces
de muchos países en desarrollo y excluyen a los grupos marginados.
3) Las negativas relaciones
entre desigualdad e insostenibilidad también dejan de todas formas margen para
lograr sinergias positivas. El crecimiento basado en los combustibles fósiles no
es un requisito indispensable para lograr una vida mejor, según se ha definido
el desarrollo humano en sus términos más amplios. Las inversiones que mejoran
la equidad relacionadas con el acceso a energías renovables, agua y
saneamientos, junto con la salud reproductiva, podrían ayudar a avanzar
tanto en la sostenibilidad como en el desarrollo humano.
También se pueden mejorar
los resultados implementando procesos democráticos y de rendición de cuentas
más sólidos, lo que se puede lograr en parte a través de la ayuda ofrecida
para lograr una sociedad civil y unos medios de comunicación más activos. Los
casos de éxito se basan en la gestión de la comunidad, las instituciones
inclusivas que prestan una especial atención a los grupos desfavorecidos, y los
enfoques transversales que coordinan presupuestos y mecanismos entre las
distintas agencias gubernamentales y los socios de desarrollo.
4) Más allá de los
Objetivos del Milenio, el mundo necesita un marco de desarrollo posterior a 2015
que refleje equidad y sostenibilidad. Así, Río+20 presenta una oportunidad
inigualable para alcanzar un entendimiento compartido sobre qué camino tomar
para seguir adelante. Demostramos que los enfoques que integran la equidad
tanto en las políticas como en los programas, y empoderan a las personas
para que sean impulsoras del cambio en el terreno jurídico y político,
poseen un enorme potencial.
- La integración sistemática de los efectos distributivos de las políticas económicas sostenibles, así como las políticas en general, es fundamental para incorporar características progresivas al diseño de programas;
- El derecho a tener un medio ambiente limpio y seguro puede empoderar a grupos y personas para tomar medidas que protejan su entorno más próximo; y
- Los mecanismos de empoderamiento que hacen que los políticos rindan cuentas y posibiliten la participación en procesos deliberativos, a todos los niveles.
5) La financiación
necesaria para el desarrollo incluyendo la protección medioambiental y social,
será mucho mayor en las próximas décadas que el volumen actual de ayudas
oficiales al desarrollo. Por ejemplo, invertir en fuentes de energía
de bajas emisiones de dióxido de carbono es sólo un 1,6% en
la estimación más baja de necesidades, frente al
aproximadamente 11% que suponen los fondos destinados a la adaptación y la
mitigación del cambio climático. La financiación proveniente del sector privado
es indispensable, pero tiene que estar apoyada y acompañada por una inversión
pública proactiva. Eliminar la brecha de financiación requiere un pensamiento
innovador.
Una de las principales
fuentes de financiación innovadora sería un nuevo impuesto aplicable a las
transacciones monetarias. Por primera vez desde la crisis financiera global de
2008, se dan las condiciones adecuadas para implantar esta recaudación. Incluso
una pequeña tasa generaría ingresos sustanciales; nuestras estimaciones más
actualizadas indican que un impuesto de tan solo el 0,005% gravado al comercio
monetario, que cada vez cuenta con más apoyos en todo el mundo, podría recaudar
cerca de 40.000 millones de US$ al año, una ayuda sustancial a los 130.000
millones de US$ que los países de la OCDE destinan anualmente a la ayuda oficial
al desarrollo.
Además de plantear nuevas fuentes de
financiación para hacer frente de forma equitativa a las acuciantes amenazas
medioambientales, el Informe aboga por llevar a cabo reformas globales que
promocionen la equidad y el empoderamiento.
Es necesario canalizar los flujos
financieros hacia los desafíos críticos de la insostenibilidad y la desigualdad,
y no exacerbar las disparidades existentes. Unos criterios explícitos,
complementados por las reformas en la gobernanza global, garantizarían una mayor
representación.
Entre otros, se incluirían mecanismos para ofrecer fondos
destinados a la promoción de energías seguras y limpias para todos; la
mitigación del cambio climático; la innovación y la adaptación tecnológica; el
acceso a agua potable y saneamiento básico; y garantías de protección social
para las comunidades y las personas pobres.
Vea y descargue el
Informe en www.pnud.org.co
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