miércoles, 17 de julio de 2013

Barranquilla permeada por poderes en la sombra, por Ricardo Buitrago

Generalmente, trato de ser muy objetivo en el manejo periodístico.
Obviamente, como ser humano, tengo muchas falencias, y creo que es algo normal. La perfección no existe. Ni quiero ser perfecto, ni más faltaba.
En muchos temas, evito repetir lo que han dicho los demás... Trato de ir a la fuente. A veces no es fácil… Pero insistiendo se va lograndopuede. 

Esta mañana conversé con Ricardo Buitrago, sobre su columna NO publicada por El Heraldo. Y en cualquier momento les comentaré.

Ahora nos preocupa lo que está ocurriendo en la Universidad Autónoma del Caribe. En el RADAR hemos escrito algo, pero no lo suficiente.
Muchos dejamos que eso ocurriera y callamos… La columna de Buitrago, en su Blog, nos recuerda eso.

Vamos a leerla…

RADAR,luisemilioradaconrado
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316 617 3355 

Por Ricardo Buitrago
Los escándalos delincuenciales, de corrupción, de transgresiones de la ley, y de permeabilización de la justicia que han venido sucediendo en Barranquilla son síntoma inequívoco de la degradación social a la que la ciudad ha estado sometida bajo la mirada pasiva, cobarde, interesada y cómplice de diferentes estamentos que sabedores de los orígenes del problema han actuado como el paciente que conociendo la gravedad de la enfermedad que lo aqueja, esconde el diagnóstico como si con ello el mal fuera a atenuarse o a desaparecer.
Casos recientes han demostrado, y todos lo sabemos, que el accionar de la ciudad esta permeado por truculentos personajes que, cual hábiles titiriteros, actúan en y desde la sombra.
 
Ahora revive un nuevo escándalo en torno a la Universidad Autónoma del Caribe y nuevamente nos declaramos hipócritamente sorprendidos. Como si no hubiéramos estado cobardemente silentes y complacientes sobre el vox-populi accionar de la rectora, hoy acusada de homicidio, a la que se le celebraban banalidades y excentricidades y de la que muchos recibían dádivas que llegaron al entorno mediático. 

La ciudad ha resuelto seguir pasiva llegando a preocupantes extremos rayanos en la inmoralidad de que para subsanar las molestias y escándalos públicos que originan las transgresiones, en emblemáticas instituciones, se opte por el camino de taparlos concertando con los transgresores ignorando, además, la interceptaciones de conversaciones privadas con las que se ejerce chantaje mediático que pretende acallar voces y acciones.
 
Barranquilla está así porque poco a poco se quedó sin elite. Sin quien quiera fijar derroteros, sin quien fije pautas, sin quien adopte posiciones trascendentales en defensa de la institucionalidad, la moral y la ley. Las elites, las buenas elites, porque perversa las hay, son parte fundamental para un correcto funcionamiento de la sociedad, para el establecimiento de un norte, para el trazado de una ruta. Y las nuestras se durmieron, se perdieron o se corrompieron.
 
Si las élites de la ciudad no reaccionan y retoman su función de encausar a la  sociedad, determinando patrones de conducta, buscando salidas en la crisis, mirando más allá del horizonte que limita a las gentes del común, estaremos inmersos y en manos de los transgresores de la moral y la ley. ¡Podrán ocultar el origen de la podredumbre, pero no su hedor pestilente!

  Ricardo Buitrago C

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