viernes, 12 de febrero de 2021

Democracia, libertades, Impuestos y Meritocracia Por: Jairo Parada

Jairo Parada nos dio a conocer algunas verdades y situaciones que salieron de la Unidad de Inteligencia de la Revista The Economist.

Hoy sólo el 8,4% de los habitantes del mundo viven en democracias plenas y como era de esperarse, Colombia, de 115 países, ocupa el puesto 46, con una calificación de 7.04.

La igualdad en la sociedad no es genuina. No importa cuánto te esfuerces, si vienes de abajo, no vas a poder llegar arriba.

Pero en Colombia estamos aún peor, dice Parada.

Ni meritocracia hay…

Si continúas leyendo te sigues entristeciendo…

Sin embargo, la lucha debe continuar. Y también debe seguir leyendo para que sepas lo que está ocurriendo.

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

Democracia, libertades, Impuestos y Meritocracia

Por: Jairo Parada

La Unidad de Inteligencia de la Revista The Economist acaba de sacar su Índice Global de la Democracia de 2020, el cual va de 0 a 10, basado en el proceso electoral de los países y su pluralismo político, funcionamiento del Gobierno, la participación política y las libertades civiles. 

El Informe mide el impacto del Covid-19 en la democracia y la libertad en el mundo, encontrándose un retroceso en todos los continentes.

Hoy sólo el 8,4% de los habitantes del mundo viven en democracias plenas, el 45% tiene una democracia con serias fallas, el 15% vive en regímenes híbridos y el 35,6% bajo gobiernos autoritarios.

Como era de esperarse, Colombia, de 115 países, ocupa el puesto 46, con una calificación de 7.04.

En notas de colegio sería como un 3,5.

No es el peor, pero sin duda mediocre.

El único logro es que estamos en el grupo de Estados Unidos, quien sacó el puesto 25, con 7.92.

Como siempre, los países escandinavos e Islandia, con Canadá, sacaron los primeros puestos y casi 10 en puntaje.

En Colombia siempre estamos en rankings mediocres excepto en desplazados y homicidios políticos, donde batimos el record mundial. 

El día a día de los colombianos transcurre en medio de un acoso noticioso de muertos por Covid, fallidas vacunas, asesinato de líderes sociales y excombatientes de Farc, y la pérdida del control territorial en muchos departamentos a manos de grupos armados ilegales.

Un gobierno que se presumía fuerte en seguridad, ha resultado un fracaso en este frente, a pesar de sus cambios maquillados de ministros de Defensa. La crisis económica es profunda y el desempleo es elevado, poniendo la supuesta reactivación en peligro y la corrupción sigue rampante.

En el Hay Festival de Cartagena, Sandra Borda, analizó las difíciles condiciones de nuestra democracia, donde se asombraba ella que reclamáramos la vigencia de la Constitución del 91, ante los avances del autoritarismo y el control estatal de todos los organismos del Estado.

¿Tan poco hemos logrado en 30 años de la Constitución?

Ya el Uribismo-Duquismo controla la Fiscalía, la Contraloría, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo, desvaneciéndose las esperanzas de una justicia eficiente frente a los corruptos enquistados en el poder.

La tapa de la caja fueron los nombramientos de dos hijos de ministros en la Junta Directiva del Banco de la Republica, gozando ahora el gobierno del control hegemónico del Banco de la República.

Aunque siempre esa junta ha estado controlada por economistas neoliberales y neoclásicos, por lo menos se respetaba la trayectoria académica y profesional. Ahora, solo basta tener los títulos formales y ser hijo de Ministra o de Ex Ministro.

En el Hay Festival de Cartagena Piketty insistió en sus tesis distribucionistas que de seguro no serán acogidas por la Comisión de Neoliberales que trabaja en la nueva Reforma Tributaria.

Ya se sabe que le van a caminar al IVA en toda la canasta familiar y a perseguir a los pensionados que reciban más de dos salarios mínimos de pensión.

Muy interesante fue la presentación de Michael Sandel, cuyo libro “La Tiranía del Mérito”, de venta en las librerías de la ciudad, desenmascara las ilusiones de la meritocracia como mecanismo de igualdad en la sociedad capitalista moderna. La meritocracia genera ese culto individualista donde la gente “logra lo que se merece”, según sus esfuerzos. Supone que las oportunidades son iguales, pero que la gente no sabe aprovecharlas. Ignora el papel que juegan las conexiones y el background social del calificado profesional. En Estados Unidos y Europa la movilidad vertical viene cayendo. Si logras estudiar en las universidades de élite y perteneces a la misma, no tienes problemas. Se crea así una nueva respetable aristocracia.

La igualdad en la sociedad no es genuina. No importa cuánto te esfuerces, si vienes de abajo, no vas a poder llegar arriba.

Pero en Colombia estamos aún peor.

Ni meritocracia hay.

Hay que pertenecer a las élites y también al grupo político en el poder, para defender el actual régimen de cosas.

Acá se impone el clientelismo y la mermelada. El modelo se replica a nivel territorial.

En Charlandia, es clave contar con la bendición del gamonal mayor para conseguir un contrato en la Alcaldía o Gobernación. Si piensas diferente, no importa tu preparación, eres excluido.

En nuestro terruño eso de meritocracia, aun con sus graves fallas, es un sueño. 

Por eso, andamos mal en el Índice Global, mediocridad total.

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