lunes, 9 de enero de 2023

2023. Por Julio César Henriquez

Buena pregunta:

“¿Seguiremos viendo pasar los días y cambiando el almanaque, sin producir las soluciones que espera la gente?

Y vienen más:

“¿Será posible provocar la ruptura con la mediocridad y el rescate de nuestros valores republicanos? ¿Estarán rostros diferentes de protagonistas con nuevos nombres interpretando iguales personajes?”

Sin embargo, esas respuestas no las tendremos fácilmente.

Todos quisiéramos que las cosas cambiaran para bien, pero somos nosotros mismos los que no le apostamos a ese cambio.

Como dice: “La historia que quiere la gente es un tiempo de esperanza en el que la conciencia social trasformadora sea el epicentro de la renovada cultura política. Que los espacios propicios para el reencuentro, la paz, la reconciliación, el perdón, la prosperidad, el bienestar, la salud, la justicia social, la equidad y principalmente el amor, sean los signos de los tiempos que debamos aprender a interpretar”.

No la tendremos fácil…

®luisemilioradaconrado

@radareconomico1

https://radareconomicointernacional.blogspot.com/

2023

El Imán de la historia propone observar el fin o la continuidad de la guerra, la superación o la prolongación de la pandemia, al auge de la economía global o una nueva crisis con un nombre parecido y diferente a la vez a las del pasado cercano, elecciones nacionales, regionales y locales, con candidatos repetidos y sin ideas claras prometiendo solucionar los problemas de las comunidades, pero repitiendo al final de su período la misma dinámica de la insatisfacción y en el peor de los casos, encendiendo la mecha de la indignación. Por JULIO CÉSAR HENRIQUEZ 

El tiempo es una invención magnética de la historia queriendo ser contada.  Para algunos los ciclos del relato combinan la visión de quien lo narra con la intención de lo que se registra. Por muy científico, técnico y serio que sea el cronista, si intenta describir sucesos, las palabras no siempre son suficientes ante el poder incontenible de la realidad.

Algunos se apegan a la verdad como el máximo definidor de la historia. Otros la tuercen y alteran hasta que se olvide aquello que intentan ocultar. Unos cuentan lo más destacable, lo que les interesa o inventan personajes, hechos o comportamientos intentando magnificar la acción de personas, para convertirlas en próceres, héroes o mitos sujetos de culto, fanatismos o supersticiones. 

La noción del tiempo concebida por la mente es tan compleja como el magnetismo para la física y la condición humana para las ciencias que se ocupan del ser. Eso vuelve más atractiva la predicción o el pronóstico que la versión precisa de lo que ocurrió.

Anticiparse al futuro y prever lo que sucederá entretiene, fascina y enloquece a la gente que siempre quiere conocer al ganador antes de la competición. Si un gurú con hálito de profeta, vidente, adivino y hasta charlatán, lleno de la gracia y la elocuencia moldeada por los astros, ofrece consultas gratis, provoca una romería inusitada en cualquier pueblo del mundo.

Decía Víctor Hugo que el resultado de la revolución política era una revolución literaria. Se preguntaba con su acostumbrada profundidad filosófica si ¿Acaso el siglo que ha sido tan grandioso cómo para tener su Carlomagno es demasiado pequeño para tener su Shakespeare? Un año de grandes cambios políticos provocará 365 días de creación literaria, narraciones y relatos, confundidos entre la imaginación y la información. 

El Imán de la historia propone observar el fin o la continuidad de la guerra, la superación o la prolongación de la pandemia, al auge de la economía global o una nueva crisis con un nombre parecido y diferente a la vez a las del pasado cercano, elecciones nacionales, regionales y locales, con candidatos repetidos y sin ideas claras prometiendo solucionar los problemas de las comunidades, pero repitiendo al final de su período la misma dinámica de la insatisfacción y en el peor de los casos, encendiendo la mecha de la indignación.

¿Seguiremos viendo pasar los días y cambiando el almanaque, sin producir las soluciones que espera la gente? ¿Será posible provocar la ruptura con la mediocridad y el rescate de nuestros valores republicanos? ¿Estarán rostros diferentes de protagonistas con nuevos nombres interpretando iguales personajes? La historia que quiere la gente es un tiempo de esperanza en el que la conciencia social trasformadora sea el epicentro de la renovada cultura política. Que los espacios propicios para el reencuentro, la paz, la reconciliación, el perdón, la prosperidad, el bienestar, la salud, la justicia social, la equidad y principalmente el amor, sean los signos de los tiempos que debamos aprender a interpretar.

Que el tiempo y el imán de 2023 narren tu mejor historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario