La CEPAL está llamando la atención sobre
lo que va a ocurrir en 2023. Año complicado, de acuerdo a lo que se ha ido
analizando por parte de los estudiosos.
Como saben, la CEPAL es la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Y es una de las cinco comisiones
regionales de las Naciones Unidas. Se fundó en 1948 para contribuir al
desarrollo económico y social sustentable de los países de la región. La Sede
de la CEPAL está ubicada en Santiago de Chile.
Y esta vez se refiere a unas tareas que
están pendientes: Es fundamental dinamizar la inversión y la productividad para
atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la
informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y
mitigación del cambio climático.
Y la entidad plantea que se pongan en
prácticas políticas públicas innovadoras en varios aspectos: en la parte
productiva, financiera, comercial, social y que se agudice la economía del
cuidado, para evitar una nueva década perdida como la observada durante el
período 2014-2023.
Los gobiernos y sus ciudadanos debemos
estar atentos para no equivocarnos. La ALERTA y las alarmas están activadas.
®luisemilioradaconrado
@radareconomico1
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En su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América
Latina y el Caribe, la CEPAL proyecta que el crecimiento regional del próximo
año será una tercera parte de la tasa esperada para 2022.
En un contexto de incertidumbres externas y restricciones internas, los
países de América Latina y el Caribe crecerán un 3,7% en 2022, poco más de la
mitad de la tasa del 6,7% registrada en 2021. Se estima que en 2023 se
profundice la desaceleración del crecimiento económico y se alcance una tasa
del 1,3%.
De acuerdo con el Balance Preliminar de las Economías de América Latina
y el Caribe 2022, dado a conocer por el
Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), José Manuel Salazar-Xirinachs, las respuestas de política monetaria
adoptadas a nivel mundial en 2022, en un contexto de aumento en la inflación
global, han provocado incrementos en la volatilidad financiera y en los niveles
de aversión al riesgo y, por tanto, han inducido menores flujos de capital
hacia economías emergentes, incluyendo las economías de la región. Pero la
reducción que se espera en la inflación global para 2023 tenderá a moderar los
incrementos de las tasas de política monetaria de los principales bancos
centrales, añade el organismo.
Según el documento, luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado, reflejando, por una parte, el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.
El informe destaca que el proceso de recuperación de los mercados
laborales que se ha experimentado en el primer semestre de 2022 no ha permitido
eliminar las tradicionales brechas entre hombres y mujeres que exhiben
indicadores como la tasa de participación laboral y la tasa de desocupación.
Durante 2022, se han observado tanto un aumento de la informalidad y como una
caída en los salarios reales.
En al ámbito fiscal, si bien se observa una reducción del déficit
primario, los niveles de endeudamiento continúan siendo altos, por lo que cabe
esperar que el espacio fiscal siga condicionando la trayectoria del gasto
público. El riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las
monedas y el mayor riesgo soberano dificultarían el financiamiento de las
operaciones de los gobiernos en 2023.
Un elemento que destaca el informe es que los cambios registrados en la trayectoria de la inflación regional en el segundo semestre de 2022, aunados a la desaceleración de la actividad económica que se espera se prolongue para el próximo año, reducirán las presiones de las autoridades monetarias de América Latina y el Caribe para continuar aumentando las tasas de política monetaria.
La CEPAL señala que la coyuntura impone desafíos al manejo
macroeconómico. En materia fiscal hay que evitar ajustes prematuros del gasto y
ampliar el espacio fiscal a través de la reducción de la evasión y elusión,
revisión de los gastos tributarios, reformas que aumenten la recaudación y
progresividad de la estructura tributaria, y el apoyo multilateral a través de
la movilización de la liquidez global. Además, es necesario avanzar en mejoras
en la eficiencia y eficacia del gasto público para potenciar la política
fiscal.
En lo monetario-financiero es importante diversificar la caja de herramientas para enfrentar la coyuntura, y junto con la tasa de política monetaria deben usarse instrumentos macroprudenciales y de regulación que ayuden a manejar la demanda agregada minimizando los efectos sobre el crecimiento y la inversión.
Finalmente, el Balance Preliminar 2022 plantea que es fundamental dinamizar la inversión y la productividad para atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático. Para ello son necesarias políticas públicas innovadoras en lo productivo, financiero, comercial, social y en la economía del cuidado, para evitar una nueva década perdida como la observada durante el período 2014-2023.
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