domingo, 17 de julio de 2022

Sinfonía del retiro. Por Ramiro Bejarano Guzmán

Más de Ecopetrol.

Pena debe darles a estos muchachos de la Junta Directiva de Ecopetrol, de exponerse a las críticas de los colombianos.

Apostarle a quedarse por un rato como directivos, siendo que el nuevo gobierno puede sacarlos a “patadas” de la junta, si se lo propone.

Son gente inteligente, pero se les “chispotea”, como decía el Chavo del Ocho.

El poder es una vaina jodida.

Pero es muy bueno saberlo manejar.

¿Qué diría Fabio, si existiera?

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Sinfonía del retiro

Por Ramiro Bejarano Guzmán

Es deplorable, por decir lo menos, la forma lánguida e indigna como Duque y su gobierno han venido enfrentando su despedida del poder. Parece que todavía no han entendido que perdieron las elecciones y tienen que irse, pues están entregados a la tarea de controvertir al gobierno entrante por todo y por nada. A ello se suma el no disimulado esfuerzo de planear y ejecutar maniobras indelicadas que les permitan seguir gozando de las canonjías de las que hoy disfrutan.

La operación de tomarse por asalto durante todo el gobierno de Petro la Junta Directiva de Ecopetrol constituye el más grande abuso de que se tenga memoria. Detrás de esta “jugadita” se busca perpetuar como directivo de Ecopetrol a Luigi Echeverri, íntimo amigo de Duque, de precaria figuración e ingrata recordación. 

El asunto es grotesco. Como lo es también que, salvo Juan Emilio Posada, los demás miembros de la actual Junta Directiva no hubieren tenido la decencia de renunciar y dejar en libertad a la asamblea de designar sus reemplazos. Debieron haber dimitido todos, sin excepción, pero para eso hace falta carácter y dignidad; prefirieron someterse al escarnio de atornillarse a unos oficios que han deshonrado. Como la vieja anécdota de Miguel Antonio Caro, les va a ir como a los perros en misa, con la diferencia de que estos sí tuvieron el decoro de saberse retirar de la iglesia donde no son bienvenidos.

Esa es la marca de este gobierno y del Centro Democrático. Los lagartazos y oportunistas miembros de la Junta Directiva de Ecopetrol no son los únicos avivatos, pues pululan los funcionarios que se comportan de la misma manera. Hoy se sabe que un superintendente anda desempolvando viejas fotos juveniles de paseos o encuentros ocasionales con Verónica, la cónyuge de Petro, para rogar que lo dejen en la oficina que con su llegada reciente perdió el norte.

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