martes, 28 de septiembre de 2021

A DESPOLITIZAR UNIATLÁNTICO Por Cecilia López

Como si fuera tan fácil.

Aunque la apuesta vale la pena.

No se justifica que unos miserables se hayan tomado la Universidad del Atlántico desde hace tantos años y que los atlanticenses lo hayamos permitido.

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

A DESPOLITIZAR UNIATLÁNTICO

Por Cecilia López

No se trata ya de alcanzar el objetivo obvio de cualquier universidad que es la excelencia académica para sectores que no pueden acceder a la educación privada. Esa que es la esencia de una universidad de esa naturaleza, pasa al último plano porque se trata ahora de ubicar cuotas sin beneficio de inventario para tener más poder político.

La universidad del Atlántico tiene una larga historia gracias a la cual se han formado muchos profesionales no solo de este departamento sino de la Región Caribe. Sin embargo, hace también mucho tiempo se ha convertido en una acumulación de problemas que la han llevado a perder ese liderazgo que debería ser el resultado de ser el principal centro oficial de educación superior de este departamento. Se ha escrito mucho sobre sus males, que han ocasionado sucesivas crisis hasta el punto de que la reorientación de su manejo, para que cumpla con los estándares educativos que debería, constituye un reto de grandes proporciones. 

Para no entrar en todos los conflictos que deben manejarse de manera distinta a la forma como se han tratado de resolver hasta ahora, es fundamental concentrarse en uno de los más graves: su altísima politización. UniAtlántico ha caído en las manos y peor aún en las ambiciones del grupo político más poderoso de esta parte del país. Y desde ese momento toda la acumulación de conflictos de distinto origen que se han desarrollado dentro de esta institución, adquiere un carácter distinto. 

No se trata ya de alcanzar el objetivo obvio de cualquier universidad que es la excelencia académica para sectores que no pueden acceder a la educación privada. Esa que es la esencia de una universidad de esa naturaleza, pasa al último plano porque se trata ahora de ubicar cuotas sin beneficio de inventario para tener más poder político. Es esta una posible explicación de la rotación permanente de rectores encargados que han demostrado que su objetivo no ha sido rescatar el nivel académico ni la gobernabilidad de esta universidad. 

Pero más que repetir lo que se ha dicho hasta el cansancio, el punto central es aprovechar la elección de nuevo rector o rectora para que toda la ciudadanía, no solo la clase media y pobre, exija que esa nueva rectoría salga de las garras de estos políticos que tienen acabada esta universidad. Si, es verdad que en ella no se educan los sectores de altos ingresos, pero esa realidad no los libera de su responsabilidad con el resto de la población que no tiene voz.

La primera cualidad que debe demostrar quien asuma esa responsabilidad es que tenga una formación humanista para que comprenda el objetivo prioritario cuando se trata de formar a la juventud. Dada la situación actual de este centro, debe tener una gran capacidad para manejar conflictos, conocer las características de la población que va a acudir a ese centro, la voluntad de elevar ese nivel académico, experiencia en el sector público y tener liderazgo regional. Pero, sobre todo, independencia de esos sectores políticos que han acabado con UniAtlantico. En estos momentos es fundamental que esta sociedad barranquillera tan poco crítica, asuma una posición frente a ese nombramiento. Entre otras, porque será allí donde se formará una gran parte de sus trabajadores. ¿Será mucho pedir? De pronto se debe empezar por renovar ese Consejo Directivo que muchos cuestionan porque de allí, de su politiquería, salen muchos de los problemas actuales.

cecilia@cecilialopez.com

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