lunes, 9 de agosto de 2021

COLOMBIA, LA DESIGUAL. Por Ricardo Plata Cepeda

Pena debería darles a los gobernantes colombianos por mantener esa desigualdad que nos caracteriza como país.

Lo triste es que los ciudadanos del interior consideran que eso es lo que nos merecemos los costeños.

¿Lo podremos arreglar alguna vez?

Pienso que si…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1 

COLOMBIA, LA DESIGUAL

Las políticas públicas de todos los gobiernos del último siglo, que favorecen industrias del interior versus exportaciones e insumos del agro caribeño y, peor aún, las inversiones públicas que se concentran sin pudor en el interior del país amplían y perpetúan esas desigualdades regionales. Así, en lugar de acercarnos, cada vez nos alejamos más del país igualitario que esos mismos gobiernos centrales por ignorancia o hipocresía dicen querer.

Por Ricardo Plata Cepeda

Un carro de mula haciendo un semáforo junto a un BMW, u otro contraste semejante, es un rasgo peculiar de economías subdesarrolladas. Lo que las caracteriza estadísticamente es que sus promedios de ingresos y de cobertura y calidad de servicios públicos básicos como educación, salud, transporte y agua potable, son bajos y sus desviaciones estándares son altas. Subir los promedios y al tiempo reducir la dispersión es el gran desafío. 

Tanto en Bogotá, Santander, Antioquia y Valle como en Magdalena, Sucre y Córdoba hablar de sus propias desigualdades es un lugar común. Pero quiero visibilizar el componente territorial de nuestra desigualdad que no se percibe en una imagen callejera y toca verla a través de los datos duros del ingreso per cápita. Según los últimos que están en firme, los de 2018, el ingreso promedio de un bogotano era casi cuatro veces mayor que el de un compatriota de cualquiera de esos tres departamentos del Caribe, un santandereano ganaba más del triple que ellos y los de Antioquia y Valle casi dos y media veces. Además, el de Bogotá era el doble del de un habitante de Atlántico y Bolívar, los departamentos dizque ricos de esta región.

El ingreso promedio per cápita nacional del 2018 era de $17,7 millones anuales (m/a). Colombia tiene oficialmente definidas 6 regiones. La de ingreso más alto es Bogotá, de $29,9 m/a, con 7,4 millones de habitantes; allí el 15,3% de los habitantes concentra el 26% del PIB nacional. La región Caribe es la más pobre con $11,8 m/a y la más poblada de las pobres, con 10,8 millones, el 22,3% de la población y sólo el 14,9% del PIB nacional.

Hagamos ahora tres “experimentos mentales” para ilustrar que desigualdad y pobreza son muy diferentes: Primero, si eliminamos la región Caribe del mapa, el ingreso per cápita del resto del país sube a $19,4 m/a; tendríamos así un país más rico, porque excluimos a los más pobres, y menos desigual, por esa misma razón. 

Segundo, si eliminamos a Bogotá del mapa, el ingreso per cápita anual del resto del país se reduce a $15,5 m/a; tendríamos esta vez un país más pobre, porque se habrían ido los más ricos, pero menos desigual, por eso mismo. 

Y, tercero, si eliminamos ambas regiones, la Caribe y la capital, tendríamos un país un poco más pobre, con $16,8 m/a per cápita, pero mucho menos desigual que el país real y también menos desigual que cualquiera de los dos países imaginarios anteriores, pues no tendría ni a los más pobres ni a los más ricos.

Sin embargo, las políticas públicas de todos los gobiernos del último siglo, que favorecen industrias del interior versus exportaciones e insumos del agro caribeño y, peor aún, las inversiones públicas que se concentran sin pudor en el interior del país amplían y perpetúan esas desigualdades regionales. 

Así, en lugar de acercarnos, cada vez nos alejamos más del país igualitario que esos mismos gobiernos centrales por ignorancia o hipocresía dicen querer. Si vamos a enderezar el rumbo empecemos por estudiar, actualizar y adoptar “Casa Grande Caribe”. 

rsilver2@aol.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario