El análisis que hace Ricardo Plata Cepeda de la seguridad energética.
Aquí está en el RADAR.
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SEGURIDAD ENERGÉTICA
¿Cuál debe ser la mezcla óptima de fuentes para la generación de energía en un país? Para saberlo hay que estimar tres variables para cada fuente: el costo, o eficiencia económica, el impacto ambiental, o sostenibilidad, y la seguridad energética. Al significado de ésta última le dan diversos alcances; por ello conviene acotarlo definiéndola como la “confiabilidad en el suministro”. Es natural que para diferentes países y épocas la mezcla óptima de fuentes de energía sea diferente.
En Colombia podemos visualizar esos niveles en el caso de la energía
eléctrica, así: En el primero vimos el abandono por parte de Electricaribe, a
partir de 2010, de las inversiones en el Sistema de Transmisión Regional (STR),
que tuvo que ser mitigado por el Plan 5 Caribe, ampliando subestaciones
intermedias y cerrando circuitos en las principales ciudades. En el segundo
nivel recordemos el papel protagónico que las plantas térmicas, a gas y carbón,
tienen siempre que hay escasez de lluvias: En agosto de 2009 y en enero de
2016, los meses pico de los fenómenos del Niño de esos años, las plantas
térmicas generaron algo más del 50% de la demanda total, salvándonos de
calamitosos apagones; y en la larga sequía que hubo desde principios de 2013
hasta finales de 2014, dichas plantas estuvieron generando un promedio cercano
al 40% del total nacional.
Esa vulnerabilidad nacional al régimen de lluvias tiene su explicación en nuestra topografía. Tres cordilleras de los Andes hacen de Colombia un país muy escarpado, cuyos ríos presentan grandes caídas en sus cauces, con alta capacidad de generación por costo de inversión; pero, por la misma razón, las cuencas de la mayoría de ellos no son extensas, lo que ocasiona una alta variabilidad en la capacidad de cargue de las represas.
En efecto, las presas
cuyo nivel de agua se vuelve crítico con un solo mes que deje de llover suman un
poco más del 50% de la capacidad instalada de generación hídrica. Ésta a su
turno representa un 70% de la capacidad de generación total del país. No
debemos arriesgar la sostenibilidad económica y operativa de la generación
térmica con algunas de las propuestas de transición energética en curso.
El tercer nivel a considerar la seguridad de suministro, que podemos
llamar geopolítico, poco comentado pero muy relevante, es la independencia
energética, que veremos en próxima columna.
rsilver2@aol.com
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