Lo que está ocurriendo en Barranquilla con el
coronavirus es, obviamente preocupante. Y como lo registramos esta semana en el
RADAR, en la charla con Ricardo Plata Cepeda, es bueno que le sigamos la pista
a la enfermedad y a la actitud de las personas y entidades que están encargadas
de la situación.
Plata escribió esta
semana una columna que circuló por el diario El Heraldo, donde habla de la
criticidad del asunto. Es que se está muriendo la gente…
Vamos a leer a
Ricardo Plata Cepeda, que es importante en estos momentos de pandemia.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
PROBABLE
= POSITIVO
Ricardo Plata Cepeda
Veamos el proceso de
manejo de la pandemia como un ducto. En el extremo inicial el reto es cómo
contener el contagio; en el otro extremo el objeto es cómo atender al usuario
final y contar con la capacidad hospitalaria (UCIs) para acogerlo. Durante la
primera fase de la pandemia la prioridad se concentra en esos extremos: Control
del contagio y robustecimiento de la última estación. Sin aquél, ésta se
congestiona, se deteriora la atención y se incrementan las muertes.
Adicionalmente hay que identificar represamientos en estaciones intermedias del
proceso.
El Ministro de Salud
visibilizó uno de esos cuellos de botella cuando afirmó que se estaban
utilizando UCIs para casos que no las requerían. A pesar del disgusto de
muchos, en varias ciudades del país hubo una reducción notoria en la ocupación.
Luego en Bogotá y
Barranquilla se tuvo que declarar la alerta naranja. El principal efecto de
ésta es que el manejo de la asignación de UCIs deja de estar a cargo de EPSs e
IPSs y se le traslada al Centro Regulador de Urgencia y Emergencias (CRUE)
adscrito a la Secretaría de Salud respectiva. Parecido a remplazar las colas en
cada ventanilla de atención de un banco por una sola cola en la cual a quien va
quedando de primero se le asigna la siguiente ventanilla libre. En este caso,
el CRUE remplaza la gestión de docenas de colas independientes, que se generan
entre cada pareja de convenios EPS-IPS, por una sola cola entre solicitantes de
UCI y UCIs disponibles en cualquier IPS, para una asignación más eficiente y un
uso más intenso de la capacidad instalada.
Otro cuello de
botella ocurre entre el momento en que se solicita un examen, se toma la
muestra respectiva y se obtiene el resultado. Ello puede demorar dos semanas,
lapso mayor que lo que se tarda el virus en afectar de manera grave a un
paciente vulnerable por edad o preexistencias. En ese crítico período el
sistema en la mayoría de las EPS no los reconoce, ni trata, ni les hace
seguimiento. Dados los obstáculos regulatorios y logísticos para acortar de
manera radical los tiempos de confirmación para iniciar la atención resulta de
vida o muerte tratar los casos probables como casos positivos.
En el caso de
Barranquilla, la criticidad de esta situación se manifiesta en la estadística,
por EPS, de los positivos confirmados mayores de 60 años que han fallecido. El
promedio de letalidad de cinco entidades, Nueva EPS (la de más casos), Cajacopi,
Mutual Ser, Salud Total y Coomeva, es el triple de la de Sura.
Aunque haya
diferencias de perfil en sus usuarios, algo pueden y deben hacer mejor, mucho
mejor. La alcaldía acaba de montar un call center para localizar afiliados
vulnerables, utilizando las bases de datos de las propias EPS, clasificarlos y
remitirlos según su estado. Las EPS deben actuar con suma diligencia para
minimizar las remisiones a UCIs donde la probabilidad de salir con vida es el
50%. Lo
que ayer era ineficiencia, mañana negligencia.
rsilver2@aol.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario