Las confesiones de un informe
que debemos revisar con cuidado para conocer un poco más en qué territorio
vivimos.
La Red de Ciudades Cómo Vamos,
nos debe interesar a todos. Cómo le fue a la alcaldesa y su gobierno… Cómo
estamos en corrupción (preocupa lo de la gobernación del Atlántico). La
comparación que debemos hacer con las administraciones más avanzadas (Medellín,
Bucaramanga, Manizales…
Es bueno que revisen, cómo
vamos, para saber dónde estamos parados, como lo hace Parada en esta columna…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Nuestra
institucionalidad en la Red de Ciudades 2014
Por: Jairo Parada
Muy interesante estuvo la presentación del
Informe de la Red de Ciudades Cómo Vamos el pasado martes 19 de marzo, donde
numerosos representantes del sector privado, el Gobierno, la academia, ONG y
ciudadanos se hicieron presentes para el examen del Informe de las Cómo
Vamos en once ciudades colombianas. La metodología fue muy participativa e
ingeniosa, pues a través de un sistema de rotación de los asistentes a los
diferentes paneles, se pudieron abarcar prácticamente todos los temas.
Barranquilla Cómo Vamos (BCV) es el resultado de un convenio fructífero entre
medios, sector privado y Uninorte, para mantener esta monitoría de la ciudad, y
es lamentable que no tengamos ejercicios similares en Riohacha, Santa Marta,
Sincelejo y Montería. El informe resume las percepciones de los ciudadanos en
muchos temas y está disponible en el sitio web de BCV (http://www.barranquillacomovamos.co/bcv/index.php).
No le fue mal al Gobierno Distrital en la
evaluación comparativa de ciudades en muchos aspectos, ejercicio necesario,
pues es comparativo con ciudades que nos superan como Medellín, Manizales o
Bucaramanga. Nos obliga a ser modestos en nuestros logros, pero también a
curarnos del eterno pesimismo de muchos analistas y ciudadanos. En una ciudad
donde la pobreza ha campeado por décadas, y muy poco se tenía en materia de
servicios sociales en los años 90, no sorprende que sus ciudadanos estén
satisfechos con sus logros en salud y educación, pues se viene de muy abajo, a
pesar de las fallas vigentes de estos sistemas todavía.
La alcaldesa ha mejorado en favorabilidad
por fin, en el tercer año de su mandato (62%), frente a una opinión pública que
le había sido esquiva. El Concejo Distrital pasa apenas con 3.0, y los
ciudadanos califican duramente su gestión, pues solo un 30% la considera buena,
mientras que en Medellín lo hace un 53% de los ciudadanos.

Un 23% de los ciudadanos considera que hay falta de
transparencia y un 27% percibe alta corrupción, lo cual no resulta tan
grave, pero se destaca que el 25% de los ciudadanos no confía en nadie en la
lucha contra la corrupción, y a nivel nacional, apenas un 15% cree que los
medios pueden hacer algo, y muy poco la justicia o el Gobierno en sus distintos
niveles.
En seguridad salimos mal,
pues solo un 32% de los ciudadanos se siente seguro en la ciudad y un 50% en
los barrios, frente a las cifras de Medellín, con un 42% y un 73%,
respectivamente. Asimismo la victimización es alta, con un 21% (uno de cada
cinco ciudadanos ha sido víctima de un delito), siendo el peor nivel Bogotá,
con un 24%.
También preocupa que apenas un 44% de los
ciudadanos declara pertenecer a alguna organización, en buena parte
religiosa o deportiva, pero casi nada en organizaciones políticas. Asimismo los
niveles de participación electoral efectivos son bajos, muy diferentes a lo
expresado en encuestas, donde el 61% dice que va a votar, pero solo lo hace el
38%. Según Transparencia por Colombia, Barranquilla
aparece con riesgo moderado de corrupción, sorprendiendo que la Gobernación del
Atlántico registre un riesgo alto de corrupción, distante de Antioquia y
Santander.
Hay mucho que hacer todavía
y los ciudadanos no deben dormirse, ante el silencio de los órganos de
‘control’.
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