El
papel de los comunicadores, periodistas y los medios de comunicación en el
desarrollo de los pueblos…
En el RADAR
hemos hablado del tema todo el tiempo. Ahora lo vuelven a tocar Raimundo
Alvarado y Horacio Brieva.
La
invitación de Raimundo de leer a Horacio la acompaño y por eso su columna va
inmediatamente por este Blog.
Debemos
continuar reflexionado sobre el tema.
Luisemilioradaconrado
Columna de
Horacio hoy en El Heraldo.
Invito a su análisis.
Le he dicho a algunos amigos, que Barranquilla se
parece en algunos aspectos a un bosque incendiado que tiene varias corrientes
de aire y hasta fuentes de combustibles que alimentan el fuego. A su paso, el
incendio va quemando troncos, especies de fauna y hasta arboles
fornidos. Así crece el número de objetos en cenizas o chamuscados de
todos los campos.
¿Qué hacer frente a este incendio forestal?
Esta mañana el gobernador José Antonio Segebre
expresó su temor de que las disputas gremiales y entre ciudadanos sigan
deteriorando las posibilidades de actuar unidos frente a la Nación en demandas
de soluciones para la gente.
Comparó lo que hoy existe en Barranquilla con la
unidad que se percibe entre los paisas.
¿Qué puede hacer Segebre?
¿Elsa Noguera, como alcaldesa?
¿Quiénes son los líderes para la unidad local?
Hace cuatro años estábamos embarcados en un
proyecto de unidad entre los atlanticenses bajo el liderazgo de monseñor
Salazar, en esos momentos escogido como presidente de la Conferencia Episcopal,
de Verano y Char.
Nos dio muchas luces Gustavo Bell con sus escritos
desde la dirección de El Heraldo.
Hoy los líderes que les reemplazaron a los cuatro
tienen otros perfiles.
¿El objetivo de la unidad les conmueve igual?
Horacio traza unos objetivos en su columna.
¿Qué les parecen?
A mí me entusiasman los objetivos sobre la calidad
del periodismo. En eso hay mucho por hacer. Hay que mirar con seriedad los
problemas en la economía de los medios y la creciente extorsión mediática.
Raimundo Alvarado.
La
confianza
Por Horacio Brieva
En la ciudad hemos avanzado en confianza, pero no
tanto. Y este es, en mi sentir, el detonante de muchos de nuestros diarios
conflictos públicos. La ciudadanía los presencia como si fuesen refriegas entre
perros callejeros, y opina sobre ellos con –por lo general– precarios o nulos
niveles de información.
Vieja es, por ejemplo, la desconfianza de nuestra gente a los políticos y a los funcionarios públicos, porque históricamente los han percibido como mentirosos e ineptos. Claro que esta no ha sido una prevención exclusiva del barranquillero. Por eso, es muy importante el trabajo que hagan en esa dirección el gobernador José Antonio Segebre y la alcaldesa Elsa Noguera: transparencia, honestidad, franqueza, rendición de cuentas y diálogo fluido con la ciudadanía tienen que ser las características distintivas de sus respectivos gobiernos.
Con Alejandro Char y Eduardo Verano avanzamos, pero hubo lunares, ciertos ruidos. Con los actuales mandatarios tenemos que seguir progresando en confianza, que es progresar en ética pública.
Hemos dicho que otra fuente de confianza debe ser la Administración de Justicia por la importancia que esta institución tiene para la convivencia social. Magistrados, jueces, fiscales y empleados deben tenerlo muy claro. La Policía es otra institución llamada a generar la mayor credibilidad, pues de su labor depende en buena parte la seguridad ciudadana.
Vieja es, por ejemplo, la desconfianza de nuestra gente a los políticos y a los funcionarios públicos, porque históricamente los han percibido como mentirosos e ineptos. Claro que esta no ha sido una prevención exclusiva del barranquillero. Por eso, es muy importante el trabajo que hagan en esa dirección el gobernador José Antonio Segebre y la alcaldesa Elsa Noguera: transparencia, honestidad, franqueza, rendición de cuentas y diálogo fluido con la ciudadanía tienen que ser las características distintivas de sus respectivos gobiernos.
Con Alejandro Char y Eduardo Verano avanzamos, pero hubo lunares, ciertos ruidos. Con los actuales mandatarios tenemos que seguir progresando en confianza, que es progresar en ética pública.
Hemos dicho que otra fuente de confianza debe ser la Administración de Justicia por la importancia que esta institución tiene para la convivencia social. Magistrados, jueces, fiscales y empleados deben tenerlo muy claro. La Policía es otra institución llamada a generar la mayor credibilidad, pues de su labor depende en buena parte la seguridad ciudadana.
El sector privado, sus instituciones y sus empresas no pueden escapar tampoco a
la creación de ese clima de confianza. La institucionalidad privada en la
ciudad muestra hoy unas preocupantes fisuras y en el origen de esto hay un
batiburrillo de razones. Se requieren unas reglas de juego muy claras. La
ciudad necesita una institucionalidad privada fuerte, legítima y predecible, y
un empresariado dedicado a la tarea de generar empleo y prosperidad, sin
incursiones en la captura de rentas públicas y sin sospechas de ilegalidad.
En este contexto, es decisivo el papel que
desempeñen los medios de comunicación y los periodistas. Mi gremio tiene una
variedad de necesidades: capacitación permanente, mejores salarios, seguridad
social. El periodismo es un poderoso instrumento para criticar y producir
rectificaciones, pero no debe estar al servicio del odio, la flagelación y
menos de la extorsión. Fortalecer las organizaciones de la sociedad civil es
otro frente que debe atender la ciudad. Una sociedad civil activa y potente es
clave para garantizar un mejor funcionamiento de las instituciones públicas y
del empresariado.
La construcción de confianza, por supuesto, no excluye el conflicto. Y quien tenga alguna idea de la dialéctica sabe que la contradicción es fuente de desarrollo y la condición para que las cosas nuevas se abran espacio. Pero creo que no estamos tramitando bien nuestros conflictos. Y no es conveniente llevar a la ciudad a una confrontación irracional.
Estamos necesitando unas reglas de juego para la deliberación pública. No puede ser que lo que termine imponiéndose en Barranquilla sea una carnicería feroz para desprestigiar instituciones y liquidar liderazgos. Eso viene haciendo carrera y es peligroso porque, por esa vía intolerante, podríamos llegar a situaciones de violencia. Hagamos un acuerdo todos los actores públicos y privados (incluidos los medios de comunicación y los periodistas), y asumamos el compromiso de que los conflictos y las luchas de poder se tramiten de manera civilizada y dentro del respeto. ¡Estamos a tiempo!
@HoracioBrieva
La construcción de confianza, por supuesto, no excluye el conflicto. Y quien tenga alguna idea de la dialéctica sabe que la contradicción es fuente de desarrollo y la condición para que las cosas nuevas se abran espacio. Pero creo que no estamos tramitando bien nuestros conflictos. Y no es conveniente llevar a la ciudad a una confrontación irracional.
Estamos necesitando unas reglas de juego para la deliberación pública. No puede ser que lo que termine imponiéndose en Barranquilla sea una carnicería feroz para desprestigiar instituciones y liquidar liderazgos. Eso viene haciendo carrera y es peligroso porque, por esa vía intolerante, podríamos llegar a situaciones de violencia. Hagamos un acuerdo todos los actores públicos y privados (incluidos los medios de comunicación y los periodistas), y asumamos el compromiso de que los conflictos y las luchas de poder se tramiten de manera civilizada y dentro del respeto. ¡Estamos a tiempo!
@HoracioBrieva
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