NO MÁS HIROSHIMAS. Por RICARDO PLATA CEPEDA

Leamos a Ricardo Plata Cepeda, recordando la historia.

Historia triste, cuando se habla de guerras… 

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NO MÁS HIROSHIMAS

Hiroshima se ha erigido como líder mundial por la paz y por un mundo sin armas nucleares. Su motivación es evitar la repetición de su sufrimiento en la fatídica mañana del 6 de agosto de 1945, ocasionado por la explosión de la bomba atómica arrojada por la aviación norteamericana, para forzar la rendición incondicional de Japón, aliado de la Alemania nazi. La explanada dedicada a la memoria de ese acontecimiento es una obra de arte. Por RICARDO PLATA CEPEDA

Hace veinte días el grupo de jefes de estado de siete países representativos del bloque “occidental”, G7, se reunió en Hiroshima. Al saberlo sonreí para mis adentros por la improbable conjunción astral de encontrarme por tercera vez en el momento y lugar de su reunión.

Londres, 1977, y Belfast, 2013, fueron las otras.

En Belfast fue en realidad el G8, donde Putin representó a Rusia, integrada al grupo en 1998 y retirada en 2014 a raíz de su invasión a Crimea.

Hiroshima se ha erigido como líder mundial por la paz y por un mundo sin armas nucleares. Su motivación es evitar la repetición de su sufrimiento en la fatídica mañana del 6 de agosto de 1945, ocasionado por la explosión de la bomba atómica arrojada por la aviación norteamericana, para forzar la rendición incondicional de Japón, aliado de la Alemania nazi. La explanada dedicada a la memoria de ese acontecimiento es una obra de arte urbanística de una serena y conmovedora belleza. Comienza en la cúpula Genbaku, en un antiguo edificio de la prefectura de la ciudad encima del cual ocurrió la detonación que acabó con la vida de 200 mil personas y volvió cenizas todo a 2 kilómetros a la redonda. Sus ruinas y el espacio circundante conforman el Parque memorial de la paz de Hiroshima y son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En él se encuentran el Estanque de la Paz, sobre el cual la Llama de la Paz permanecerá encendida hasta que no haya bombas nucleares en el mundo, el Mausoleo por las víctimas que parece flotar sobre el estanque y el Museo Memorial de la Paz que exhibe impactantes objetos, fotos, ropa y testimonios de víctimas y sobrevivientes. En el Monumento de los niños a la Paz, inspirado en la muerte por leucemia de una adolescente, hay a diario cantos y ceremonias de colegiales de todo el país.

La reunión del G7 se realizó en el momento de máxima tensión nuclear desde la crisis de los misiles en Cuba, hace 60 años. Esta vez por cuenta de las amenazas apocalípticas de Putin, ante su fracasado intento de una guerra relámpago de invasión a Ucrania. El presidente de ésta, Volodimir Zelensky, asistió a solicitar apoyo del grupo en una guerra hasta ahora “convencional”. Irónicamente, en el escenario de Hiroshima, la realpolitik impuso un resbaloso forcejeo al borde del abismo nuclear.

Como una escena final inesperada, en un país donde no hay casi niños, se ven muchísimos bebés en Hiroshima. La respuesta del espíritu de la ciudad parece ser: ante la guerra, la paz; ante la muerte, la vida.

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