Alfonso es
una llave.
Un amigo
que tenía camufladas sus ganas de escribir y publicar sus historias.
Un
comunicador que trabajó en el Distrito de Barranquilla, en la alcaldía y
realizó otras tareas como periodista. Se gozó Barranquilla y un día cualquiera
le apostó a España y allí vive con su familia.
Cuando me
pidió que le apoyara en eso, no lo dudé en ningún momento, y lo grato es que le
ha ido muy bien. Tanto, que ha tenido tiempo para sentarse a terminar esta obra
que le ha publicado Amazon.
Alfonso es
escritor, aunque siento que él todavía no lo siente, que no se cree escritor…
pero para mí, lo hace muy bien. No todos podemos escribir como él.
A mí me
llega mucho material, mucha información.
El Blog
nuestro tiene sus seguidores. Y lo que escribo por Facebook, WhatsApp,
Instagram y por las otras redes tiene sus lectores y me ha gustado el tema
tocado por Alfonso en su corta novela, “Juanito: MUJER, cueste lo que cueste”,
porque hay que tener cojones, para decirle a la sociedad machista que tenemos:
“Yo nací hombre, pero quiero ser mujer”, como lo dice Juan Chejov Kolpack.
Yo era de
los hombres que no entendía, cuando era joven, que uno como varón, solamente le
debían gustar las mujeres. Pero con los años aprendí que eso no es así. Y que
hay hombres y mujeres que les encanta tener parejas de los dos sexos.
¿Será que
eso es bacano?
Pienso que
sí.
Claro que
yo no le apostaría a esa vaina.
Me quedaré
con mi mujer. Con ella me la he vacilado y moriré con ella, si Dios lo permite.
Lean esta
obra de Alfonso: “MUJER, cueste lo que cueste”, que les va a encantar…
®luisemilioradaconrado
@radareconomico1
https://radareconomicointernacional.blogspot.com
MUJER, cueste lo que cueste.
Por Alfonso Ricaurte Miranda

Barranquilla a comienzos de los años 80 era
una de las ciudades del Caribe que renacía en el panorama comercial debido al
modelo de apertura económica dispuesto, el cual la convertía en la puerta de
salida de los productos del país hacía los mercados internacionales. Los
periódicos la definían como “la ventana al mundo” por contar con la condición
de ser puerto marítimo, aéreo y fluvial, privilegios con los que contaban muy
pocas urbes del mundo.
Sin embargo, la ciudad no era conocida en
el panorama nacional por esa envidiable condición económica, sino por la
amabilidad, tranquilidad y temperamento alegre de su gente.
Una ciudad donde la tranquilidad era la
garantía para una convivencia amena y pacífica, como lo demostraba el hecho de
que, en 35 años, entre 1946 y 1981, solo se habían registrado dos crímenes que
causaron gran impacto en la sociedad barranquillera:
Uno de ellos ocurrió a mediados de 1980
cuando una mujer identificada como Helena R. junto con su amante asesinó a su
esposo, un conductor de camión que enterraron debajo del piso de una de las
habitaciones de su residencia.
Y el segundo que rompió esa tranquilidad
ocurrió el 30 de noviembre de 1981 cuando los medios de comunicación informaron
sobre el asesinato de don Juan Chejov Niessenbum y doña Raquel Kolpack de
Chejov, dos ancianos que fueron encontrados golpeados salvajemente y degollados
en una residencia del exclusivo barrio El Golf en el norte de Barranquilla.
La ciudad se conmocionó aún más al día
siguiente de estos hechos, cuando la prensa informó sobre la captura de Juan
Chejov Kolpack, hijo menor de los ancianos quien confesó ser el autor del
crimen de sus padres.
La conmoción y el asombro crecían en la
medida en que se revelaban detalles de los hechos, sobre todo por ser el hijo
de las víctimas el señalado como autor de los brutales asesinatos. La palabra
parricida, poco utilizada entonces en el lenguaje común, adquirió mucho uso por
esos días.
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Era un cruel incidente que no encajaba en
el conocido estereotipo de la personalidad del caribeño, y por ende en la
tranquilidad y la conciencia social de la época en esta ciudad.
La captura del joven Juan Chejov Kolpack se
produjo en el aparcamiento interior de un edificio de oficinas localizado a
pocas cuadras de su residencia en donde intentó esconder el vehículo del padre,
cuyas señas ya tenía la Policía.
Al momento del arresto sufrió una fuerte
crisis de nervios, pero en el atestado policial el oficial que comandó la
captura escribió que el detenido no opuso resistencia al procedimiento, e
incluso, colaboró con todos los requerimientos hasta su traslado a las
dependencias de Policía Judicial.
Todo lo ocurrido a partir de este momento,
de este caso de la crónica negra barranquillera, lo he recreado en mi nuevo
libro, Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, una novela corta que narra la
historia de un joven que tiene que desarrollarse en una época en el que la homofobia
estaba tan marcada en la sociedad, que tener un hijo gay en la familia era lo
peor que le podía pasar a todos sus miembros.
Era una vergüenza que había que ocultar por
sobre todas las cosas, sin importarles en lo más mínimo el padecimiento de ese
familiar que tenía que desarrollar su vida, con un cuerpo que iba en contravía
de su real deseo y sentir sexual.
Este es el detonante que lleva a Juanito,
el personaje de mi novela, a asesinar a sus padres, e intentar con semejante
acción, conseguir la herencia que le permitiría realizarse la operación de
cambio de sexo, que tanto deseaba, para liberarse de ese cuerpo masculino que
le impedía vivir como la mujer que llevaba en su interior.
No estoy diciendo con esto que el fin
justifica los medios, y mucho menos cuando a quienes tienes que asesinar para
conseguirlos, son tus propios padres, como hizo el personaje de esta historia.
No. Lo que se plantea son las consecuencias
que se pueden registrar en una sociedad que se rige por comportamientos tan
retrógrados, como el de rechazar a las personas por su condición o inclinación sexual, como lo era una parte importante de la sociedad
barranquillera en ese momento de la historia.

Notaran que me he referido en todo momento a
Juanito como el personaje de la historia, y la razón de hacerlo es porque no
quiero que Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, se vea únicamente como un hecho periodístico que se presenta ahora en un
libro, porque no lo es.
¿Es una historia basada en un hecho real? Sí,
pero novelado, recreado literariamente con hechos imaginarios que se
desarrollan a lo largo de sus 13 capítulos.
De hecho, los apellidos y los nombres de casi la totalidad de los personajes son
distintos a los de las personas reales involucradas en el hecho.
Por eso he clasificado esta historia como un ejercicio de Literatura
Periodística, que, para mí, que no me considero escritor, Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, al ser
un hecho real recreado literariamente, va más allá de lo que es la crónica
periodística.
Digo que no me considero escritor porque no lo soy. No tengo aún ese extraordinario vuelo
imaginario que ellos poseen y además porque me encanta seguir sintiéndome un
periodista que cuenta historias.
El libro se ha publicado en Amazon libro y se
adquiere en el siguiente Link.
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ayúdame a convertirme en tu contador de historias preferido.