martes, 30 de noviembre de 2021

El juego sucio de la política. Por: Jaime Lustgarten

Vamos a permitir que Jaime se exprese aquí por el RadaR…

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El juego sucio de la política 

Por: Jaime Lustgarten

En el año 1966 en mi plena adolescencia comprendí que la política es un juego sucio en el que se dan indicios de lo que evolucionaría en mi patria querida, en donde se dice que los buenos políticos son: “los  que roban, pero hacen”. 

Es que más de una vez mis castos oídos escucharon semejante barbaridad, y les comento que nací y crecí en la próspera Barranquilla, Departamento del Atlántico. La cuna de muchas cosas importantes de la modernidad colombiana como el transporte aéreo, la radio, el ferrocarril, los ensayos industriales y el muelle más largo del mundo. Además del Junior, porque en este espacio entró el fútbol por las grandes migraciones de extranjeros. Aunque se oyen los coros de los historiadores que dicen que “no tenemos historia''. 

La urbe portuaria es reconocida mundialmente por tener la fiesta más alegre del país, es decir el carnaval de la Arenosa con sus desfiles de tradiciones, la batalla de flores y la gran parada con su espectacular derroche de jolgorio y de maicena, lo que se constituye en la esencia de esta ciudad. 

En dichas elecciones acompañé a mi padre a votar en la famosa calle de Murillo Toro o la 45, el día en que elegirían al doctor Carlos Lleras Restrepo a la presidencia. 

Allí vi cuando mi progenitor introducía su voto en una urna de cartón, pero antes tuvo que meter su dedo índice derecho en un frasco de tinta roja. Al no comprender el ritual político, le pregunté porque era necesario ensuciarse el dedo. Él me miró con sus ojos de patriarca sabio, y dijo: “hijo es algo que exigen la tinta roja para evitar que la gente vote dos o más veces”. 

http://radareconomicointernacional.blogspot.com/2012/02/carnaval-2012-fuera-de-serie-dice-jaime.html 

Ese día quedó grabado en mi memoria que el Estado nos ve a todos como delincuentes y bandidos. Sin duda, así sigue siendo la política sucia. Poco ha mejorado desde entonces, ya que los políticos convirtieron la política en su propio negocio. El pueblo en su inocente mansedumbre lo permite en cada cita electoral. 

Vienen nuevas elecciones en el próximo año electoral en una contienda histórica en que se escogerá el sucesor de Iván Duque, y se espera que elijamos a un líder que sepa liderar un país con prosperidad, justicia e inclusión social. 

Pero reconocemos que no somos la excepción del continente, por lo poco honorable en que se convirtió la política. 

http://radareconomicointernacional.blogspot.com/2010/05/razones-del-exito-de-mockus-por-jaime.html

Un fantasma se cierne sobre el país post pandémico, ya que por todos los rincones de la geografía colombiana deambulan más de 2 millones de refugiados venezolanos que huyeron del antisocial sistema chavista, lo que con el juego sucio de la política podrían imponernos algo similar al régimen del país vecino.

La conciencia no nos deja dormir a muchos, pero creo que los políticos duermen con la barriga llena y el corazón contento, por lo que los tontos son los que votan por ellos, sin fijarse en la calidad del liderazgo de la clase política. 

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