La costa Caribe, ha sido una de las damnificadas por lo
que está pasando en el sector eléctrico nacional.
Lo que plantea Ricardo Plata Cepeda, presidente del
Comité Intergremial del Atlántico muchos lo han entendido y lo conocen. Sin embargo,
nada hacen para que cambie el panorama: “Y despachándose a costa principalmente
de Electricaribe, por ser ésta la única gran distribuidora del país que en la
práctica no está autorizada a generar. Es decir, a costa de la Costa…”.
Y para remate recuerda dos agravantes…
Es bueno leerlo para que unidos podamos cambiar esa
historia.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Posición dominante
Por Ricardo Plata Cepeda
La ministra de Minas y Energía y la Superintendente de
Servicios Públicos anunciaron esta semana, en el Congreso del Mercado de
Energía Mayorista en Cartagena, la decisión de crear una Unidad de Monitoreo de
los Mercados de Energía y Gas. Gracias a que una consultoría del Banco Mundial
señaló que, en un mercado concentrado como el de la generación eléctrica en
Colombia, el gobierno debe fortalecer la transparencia en la gestión de los
agentes, para prevenir y mitigar el ejercicio indebido del poder que aquellos
detentan.
Es decir, lo mismo que por veinte años hemos señalado desde la región
Caribe gremios, políticos y conocedores del sector energético. Enhorabuena.
“Hay una gran diferencia entre estar a favor de los
mercados y estar a favor de las empresas. Quien está a favor de los mercados
cree en la importancia de la competencia y quiere evitar que las empresas
acumulen demasiado poder en la escasez”, explica un prestigioso economista.
Eso
último es lo que sucede en Colombia con las grandes generadoras hidroeléctricas:
cada vez que deja de llover se autogeneran un aguacero de utilidades, porque el
agua, aunque escasee, siempre es gratis. Sucedió una vez más el mes pasado:
Bajó un poco el promedio de lluvias y procedieron a subir el precio de la
energía en bolsa, pero no hasta el punto donde comenzaran a despachar las
térmicas a gas, que hubiera sido lo necesario para realmente ahorrar agua y ser
consecuente con la excusa, sino hasta un poco menos, suficiente para
encarecerla, pero seguir despachando. Y despachándose a
costa principalmente de Electricaribe, por ser ésta la única gran distribuidora
del país que en la práctica no está autorizada a generar.
Pero
hay otros dos agravantes. Primero: la pobreza. Bogotá y Santander tienen un
ingreso per cápita casi del doble de Atlántico, Bolívar y Cesar y más del
triple que el de Córdoba, Guajira, Magdalena y Sucre. El ingreso per cápita en
estos cuatro es menos de la mitad que el de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y
Valle.
Segundo: el calor.
En la región se consume un 25% más de energía per cápita
que en los climas templados y fríos. Y no sólo por el aire acondicionado. Una
nevera en el Caribe debe bajar la temperatura de 30 a 5 grados centígrados, en
Bogotá tiene que trabajar un tercio. Aquí lo que no se pudre, se humedece, se
compacta o se llena de hormigas y cucarachas, por lo que las neveras son mucho
más grandes. Esos agravantes explican que la “cuenta de la luz” represente
porcentualmente en la canasta familiar de un habitante típico de la región
hasta tres y cuatro veces más que para uno del interior. Por todo eso el problema
del abuso de posición dominante en cuestión no es sólo energético sino, ante
todo, ético. Y político.
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