Ni ciencia ni tecnología, si el
gobierno del presidente Santos y el ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, se
opongan a que la región Caribe se desarrolle.
Jairo Parada, se refiere al tema
en esta última columna del diario El Heraldo.
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#Radar
Ciencia,
tecnología, innovación y región
Por Jairo Parada
Las expectativas que teníamos sobre la
Comisión Primera del Senado el pasado miércoles frente al inicio del trámite de
la Ley de Regiones, presentado por el gobernador Eduardo Verano, parece sufrió
su primera dilación y aplazamiento.
Ya se sabe de la oposición del Ministerio de
Hacienda a tal propósito, con el eterno alegato que
se crearía mayor burocracia, viejo argumento que olvida toda la burocracia que
ha creado el nivel central desde hace 28 años, ahora reforzada con las
burocracias centralizadas del proceso de paz.
Hace veinte años, con el apoyo económico del
anterior Corpes de la Costa Atlántica, se formuló el primer Plan Regional de
Ciencia y Tecnología para el Caribe colombiano, documento que es hora de
empezar a evaluar, como lo ha propuesto el Dr. Raimundo Abello, de Uninorte. En
esta campaña electoral, donde el candidato Sergio Fajardo es el que más ha
insistido en desarrollar la educación, pero ligada a la innovación y a la
ciencia y la tecnología, junto al desarrollo productivo, vale la pena
reflexionar sobre un sector que nunca ha sido prioritario en los gobiernos
departamentales del Caribe.
Es más, el sector ha sido víctima de la
depredación de la corrupción, como se ha visto con los recursos de regalías en
Córdoba y La Guajira, amén de la lentitud en los programas de becas
departamentales de postgrado con estos recursos, tan necesarios en la Región.
Un obstáculo que ahora enfrenta el gobierno
de Santos para obtener su soñado sello de pertenecer a la Ocde, como si eso nos
resolviera algún problema, ya que en este país vivimos de lo ceremonial, radica
en el bajo desempeño del sector. Todo indica que Colombia apenas invierte el
0,67% del PIB en ello, cuando debiera mínimo llegar al 1%, dato de por sí bajo
frente al promedio de la Ocde del 4%.
Además de ello, en este gobierno hemos tenido
ocho directores de Colciencias y los recortes presupuestales anuales son una
constante. El sector es la cenicienta de los ajustes de la ortodoxia económica
que rige el país. Santos ha incumplido en esta meta, pues empezó con el 0,53%
del PIB y lo va a dejar en 0,68%. Le tomó ocho años para apenas subir la
participación de esa forma. La locomotora de la C&T&I se
descarriló.
Hemos tenido avances en este campo en el
Caribe. En 1997 apenas existían cinco grupos de investigación. Ahora en 2014,
ya existían 34 (un 24,6% del total).
En patentes seguimos quedados con tres en
2015, frente a 184 de Bogotá.
En 2016, apenas registramos un 7,6% de
becarios de Colfuturo, mientras Bogotá se llevaba el 53,5%.
Para 2016 habíamos logrado acreditar 91
programas frente a 221 de Bogotá. Apenas representamos el 15,2% del PIB
nacional, y nuestro PIB percápita es apenas el 69,6% del nacional. Hemos bajado
frente a 1996 (72,9%).
¿Y la ley de Regiones?
Embolatándose, parece.
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