No tengamos miedo. En eso estoy
de acuerdo con Parada.
¿Por qué vamos a tenerlo?
Para mí, Colombia es una nación
inteligente, conformada por ciudadanos que no se dejan meter los dedos a la
boca, a pesar de todo. Y creo que tomaremos buenas decisiones. Y escogeremos a
lo mejor que haya en el mercado.
Revisemos a Jairo Parada y su
columna…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El miedo como
bandera política
Por Jairo Parada
Hace apenas dos meses el blanco
principal de los columnistas y propagandistas del status quo en Colombia
era sin duda Sergio Fajardo, a quien se le achacaban sus indefiniciones
programáticas y la compañía de un castro-chavista como el senador Robledo. Se
volvía el blanco de ataque de los afectos al régimen, definido este por
aquellos que defienden a toda costa el actual modelo económico neoliberal
imperante en el país. De repente, se trepó Gustavo Petro en las encuestas y las
baterías fueron enfiladas ahora contra el antiguo alcalde de Bogotá, tachándolo
de amenaza castro-chavista real. El grito de “ahí viene el lobo” se
transformaba ya en que el lobo estaba a las puertas.
En un almuerzo al cual asistí con
los líderes de la Coalición Colombia, le manifesté a Fajardo que se avanzara en
la concreción de los puntos de campaña en el plano económico, dado que pienso
que aunque la corrupción es un tema central, era necesario examinar las
propuestas en ese campo. Para Fajardo, el tema de la corrupción seguía siendo
clave, pues el país hoy casi se deshace por este tema con más de treinta
coaliciones territoriales de los mismos con las mismas. Triste resulta ver al
candidato Vargas Lleras, sacrificando los fines por los medios, con alianzas
terribles en Córdoba, Sucre y Bolívar con tal de llegar al poder. Pero Robledo
nos sorprendió con su respuesta a la pregunta. Nunca ha predicado el
socialismo, ha luchado por que en el país haya un verdadero capitalismo, de
competencia seria, basado en la acumulación nacional que se desarrolle de
verdad, sin acudir al rentismo ni a los favores oficiales. Aclaró que nunca
estuvo de acuerdo con el desastre venezolano, el cual destruyó el aparato
productivo con sus políticas estatizantes en manos de una burocracia corrupta e
inepta.
En el caso de Gustavo Petro, si
se analizan sus tesis, nada indica que haya que salir corriendo. Propone un
modelo económico sustentable que se apoye en la industria y el desarrollo
agropecuario, con desarrollo tecnológico. Su propuesta de usar el impuesto
predial para impedir el latifundio improductivo es una vieja recomendación del
Banco Mundial para obligar a que la tierra entre al circuito productivo y no se
use como alcancía de valorizaciones dudosas. El problema con Petro es que no
convenció con su gestión como Alcalde de Bogotá, sobre todo en temas como movilidad
y seguridad, generando dudas de su éxito como presidente. Bueno en la retórica
pero hay dudas sobre su estilo autoritario de gestión.
Si uno examina los puntos de la
plataforma de la Coalición Colombia, son 27 páginas de temas clave para el
país. En lo económico se resalta la necesidad de una política de empleo formal
y de calidad, se insiste en la industrialización y el desarrollo agropecuario,
combinado con la innovación, la ciencia y la tecnología, proponiendo una
progresividad tributaria sobre las personas sin elevar los impuestos a las
empresas. Seamos adultos y no nos dejemos manipular por el miedo.
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