Más consecuente con la realidad que está
viviendo Colombia.
No podemos continuar el conflicto. Mal
negocio para todos, hasta los que estamos en el otro lado; los que estamos
fuera del poder. Los que no recibimos los favores del centro.
¿Se pueden imaginar cómo se mueve el dinero
en Bogotá, en Medellín, en Cali y el Eje Cafetero?
En la Costa Caribe apenas llegan migajas...
A pesar de todo eso, el SÍ nos conviene a
todos los colombianos.
Me gusta que ella considere que es mejor derrotar a las Farc en las urnas.
Ahí no habrá tu tía que valga y los
guerrilleros se convencerán que la guerra es un mal negocio hasta para sus
familias…
A eso debemos apostarle.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Nación | 2016/09/04 22:18
El Sí de María Isabel Rueda conquista a los escépticos
La
columnista encendió la arena política al anunciar su voto por el Sí
cuando muchos daban por descontado que iría por el No. ¿Por qué se dio
ese giro?
El Sí de María Isabel Rueda conquista a los escépticos
Foto: Archivo Particular
Pocas veces una columna de opinión alborota
tanto el avispero. Este domingo, sin embargo, el tradicional escrito dominical
de María Isabel Rueda se convirtió rápidamente en tendencia en todas las redes
sociales. “He decidido votar Sí al plebiscito porque después de reflexionarlo
mucho, y de estar emocionalmente inclinada por el No, no le encuentro a este
ninguna utilidad”, escribió.
La columnista sorprendió a casi todo el
mundo, pues ha sido una de las voces más críticas frente al proceso de paz con
las FARC. Pero en su columna explicó que aunque considera “absolutamente
válidos muchos de los argumentos que expone Álvaro Uribe”, irá el próximo 2 de
octubre a depositar su voto por el Sí, pues “no quiero entregar el timón de los
acontecimientos que se nos vienen, que no serán fáciles y que nos llenarán de reclamos
justos”. Siga este enlace para leer la columna de María Isabel Rueda.
Como era de esperarse, la Colombia santista adoró a la columnista y la Colombia uribista -y la pastranista- se sintió traicionada. A pesar de que todos los días salen infinidad de columnas apoyando el proceso de paz, la voz de María Isabel Rueda tuvo más peso y resultó más valiosa que cualquiera de las otras.
Como era de esperarse, la Colombia santista adoró a la columnista y la Colombia uribista -y la pastranista- se sintió traicionada. A pesar de que todos los días salen infinidad de columnas apoyando el proceso de paz, la voz de María Isabel Rueda tuvo más peso y resultó más valiosa que cualquiera de las otras.
En las redes sociales se desbocaron estos
dos sentimientos. En horas de la tarde ya era la sexta tendencia en Twitter en
el país. La razón es en que en cierto modo, Rueda representa a ese enorme
bloque de colombianos escépticos y llenos de reservas frente al acuerdo con la
guerrilla. María Isabel encarna más ese sentimiento que los incondicionales
escuderos del proceso como Gabriel Silva, Roy Barreras y Armando Benedetti. No
sólo porque la postura de estos últimos es previsible, sino porque a estas
horas del partido, la saturación de elogios al Sí produce rechazo.
En cambio, el inesperado apoyo de los
opinadores escépticos puede realmente alterar la cuestión electoral. Algo
similar pasó la semana pasada con la entrevista del vicepresidente, Germán
Vargas Lleras. En diálogo con SEMANA aseguró que “Votaré Sí, porque aun con
estas observaciones y con las comprensibles preocupaciones que surjan con la
reglamentación del acuerdo, si las FARC cumplen, Colombia podrá cerrar por fin,
y ojalá para siempre, este terrible capítulo de su historia”.

María Isabel, al igual que Germán Vargas, para no ofender a sus seguidores ha llenado el Sí de salvedades y críticas. Ha dicho en sus anteriores columnas que cree que se concedió más de lo que se debía y que “faltó mano en el pulso de evitar que los autores de delitos atroces se vayan para su casa”. Ha sido crítica de la forma como se van a incluir los acuerdos en el ordenamiento jurídico, por ejemplo, la ley habilitante, el fast track y el bloque de constitucionalidad. Y también de muchos de los beneficios que les darán a las FARC, como un estipendio mensual y las curules en el Congreso. Esas reservas son las que le dan credibilidad a su apoyo al Sí.
Su columna se puede dividir en dos. En la
primera parte está la María Isabel de siempre: independiente, rebelde,
vehemente y contestaria. La segunda parte presenta una retahíla de razones para
justificar su voto y explica el porqué de su giro. Asegura que quiere derrotar
a las FARC en las urnas, no quedarse el resto de la vida pensando qué pasaría
si…, tenderle la mano “al enemigo que nos la tiende”, pero sobre todo, “tener
la autoridad moral de señalar los peligros y los abusos que nos esperan”.
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