Los gobernantes, si quieren crecer, deben atender las señales críticas de los ciudadanos.
La ciudad, el territorio en general, el país NOS duele a todos. Y es de todos...
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Martes 08 de Marzo de 2016 - 12:00am
La importancia de una adecuada visión de ciudad
Por Jairo Parada
Una
de las buenas experiencias que dejó la elaboración del último POT de
Barranquilla fue el intento de construir una adecuada visión de ciudad,
en la cual se delinearon ejes claves alrededor de los cuales debería
orientarse el uso de nuestro territorio. Hubo divergencias y
discusiones, pero fue un intento de ejercicio que la ciudad debe retomar
periódicamente, apuntándole a un tanque de pensamiento que ‘piense’ la
ciudad en sus grandes temas. El día a día de una ciudad enredada en
graves problemas de seguridad, movilidad y con limitaciones en su
fiscalidad, hace que ello sea necesario. No basta seguir enfatizando en
mejorar la educación en calidad y cobertura, lo mismo la salud y el
disfrute del espacio público. Es necesario examinar su evolución
productiva y su capacidad de generación de empleo de calidad, para que
nuestras jóvenes generaciones no tengan que emigrar como única salida, o
sumergirse en las redes de la ilegalidad. La buena educación es
necesaria más no suficiente.
En la agenda de la ciudad, los medios juegan un papel clave. Ya el fallecido Umberto Eco, en su última novela Número cero, nos siembra la duda sobre el poder de los medios en estas responsabilidades para bien o para mal. Uno de los fenómenos que me viene preocupando es lo que llamo el ‘unanimismo’ en la ciudad, el cual se manifiesta en considerar que todo va bien en Barranquilla, en una marcha ininterrumpida hacia la felicidad. Tenemos que curarnos de esa enfermedad, pues aunque se reconoce que el balance de las dos últimas administraciones ha sido positivo, la gente tiende a dormirse, la “sociedad civil se debilita” como solía decir la politóloga Alexandra García. Cada quien se sumerge en sus tareas y nadie levanta la mirada para preguntarse si de verdad todo va bien. La buena gestión pública debe estar abierta al debate, a reconocer los errores y corregir el rumbo si es necesario.
En algunos espacios radiales de la emisora Radio Alegre 1340 AM (Contragolpe y la Semana Hoy), se realizan jornadas de crítica y discusión que uno desearía fuesen más masivos. Son “marginales” dirán los encopetados funcionarios distritales. Creo que la ciudad todavía se mueve en la dialéctica del concreto para felicidad de los pocos contratistas que acceden a sus licitaciones. Aunque la infraestructura es necesaria, es posible modificar en el horizonte temporal las prioridades sin poner en peligro las finanzas públicas del Distrito, el cual no ha podido salir de la Ley 550. Nada se dice de volver Barranquilla una ciudad inteligente, con lo que eso significa. Nada más miremos por dónde va Medellín (Ruta M) y Manizales, para darnos cuenta de lo atrasado de nuestras prioridades, donde aún en términos de infraestructura, nadie se acuerda de la segunda fase del Transmetro, para poderlo salvar precisamente de su ruina y decadencia.
En la agenda de la ciudad, los medios juegan un papel clave. Ya el fallecido Umberto Eco, en su última novela Número cero, nos siembra la duda sobre el poder de los medios en estas responsabilidades para bien o para mal. Uno de los fenómenos que me viene preocupando es lo que llamo el ‘unanimismo’ en la ciudad, el cual se manifiesta en considerar que todo va bien en Barranquilla, en una marcha ininterrumpida hacia la felicidad. Tenemos que curarnos de esa enfermedad, pues aunque se reconoce que el balance de las dos últimas administraciones ha sido positivo, la gente tiende a dormirse, la “sociedad civil se debilita” como solía decir la politóloga Alexandra García. Cada quien se sumerge en sus tareas y nadie levanta la mirada para preguntarse si de verdad todo va bien. La buena gestión pública debe estar abierta al debate, a reconocer los errores y corregir el rumbo si es necesario.
En algunos espacios radiales de la emisora Radio Alegre 1340 AM (Contragolpe y la Semana Hoy), se realizan jornadas de crítica y discusión que uno desearía fuesen más masivos. Son “marginales” dirán los encopetados funcionarios distritales. Creo que la ciudad todavía se mueve en la dialéctica del concreto para felicidad de los pocos contratistas que acceden a sus licitaciones. Aunque la infraestructura es necesaria, es posible modificar en el horizonte temporal las prioridades sin poner en peligro las finanzas públicas del Distrito, el cual no ha podido salir de la Ley 550. Nada se dice de volver Barranquilla una ciudad inteligente, con lo que eso significa. Nada más miremos por dónde va Medellín (Ruta M) y Manizales, para darnos cuenta de lo atrasado de nuestras prioridades, donde aún en términos de infraestructura, nadie se acuerda de la segunda fase del Transmetro, para poderlo salvar precisamente de su ruina y decadencia.
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