No es un país muy grande. Y con
una economía grandísima, pero es clave para la unión… por eso, como dice en
esta columna, el profesor Parada, “Varoufakis es ahora el ministro de Hacienda
más famoso en el mundo, precisamente por los retos que afronta, teniendo en
cuenta su origen teórico y político”.
Nadie quiere que Grecia siga en
crisis…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Martes
24 de Febrero de 2015 - 12:00am
Yanis Varoufakis:
enfrentando la crisis griega
Por Jairo Parada
En el lejano país helénico se
puede estar jugando en estos meses la suerte del euro y la misma Unión Europea,
a pesar de que el PIB de Grecia es pequeño y muchos creen que Grecia se puede
salir de la eurozona y nada va a suceder. En realidad, después de tantas crisis
financieras en el mundo, lo que menos se necesita ahora es una crisis del euro
en Grecia, la cual puede extenderse a toda Europa Meridional y causar un efecto
mariposa bien peligroso.
Varoufakis es ahora el ministro
de Hacienda más famoso en el mundo, precisamente por los retos que afronta,
teniendo en cuenta su origen teórico y político. Dista mucho de los
clásicos ministros de Hacienda nuestros, fieles seguidores de la ortodoxia
neoclásica y de los dictámenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) –solo
enfocados en la estabilidad y muy poco en el progreso social–, quienes
prefieren que se hunda el mundo antes que aceptar que suba en un punto la
inflación. Duros con los aumentos del salario mínimo y los impuestos a los
sectores medios, son pródigos en exenciones al gran capital y al sector
minero-petrolero.
Varoufakis es licenciado en
matemáticas y doctor en Economía de Essex, con excelente formación británica, y
ha sido profesor en Australia, Europa y últimamente en la Universidad de Texas,
en Austin. Junto a colegas como James K. Galbraith y Stuart Holland escribió
una propuesta sensata para sacar la eurozona de la crisis, la cual se aparta de
la receta tradicional de los préstamos para salvar a los bancos europeos y
asfixiar a los pueblos con recetas asfixiantes de austeridad. Seis años de esta
receta aplicada en Grecia solo han empeorado las cosas, y fácil es mirar los
pobres resultados en España, Portugal y Chipre. Esta isla está hoy
prácticamente quebrada. Varoufakis es de formación marxista y keynesiana, pero
no es un loco al estilo chavista, lo que tantos desastres ha traído al país
vecino. Siempre recuerda las palabras de uno de sus profesores de encontrar en
el marxismo una explicación a los problemas del mundo, pero de siempre buscar
con optimismo una solución sensata a esos problemas.
La crisis griega siempre se ha
tratado de explicar por los excesos cometidos en el gasto público de los años
anteriores a la crisis, pero es una verdad parcial y a medias. El detonante de
la crisis vino desde Wall Street con la crisis financiera. Ya el pueblo griego
ha sufrido duramente los ajustes y, al no ver los resultados prometidos, llevó
a la izquierda Syriza al poder. El programa de Syriza incluye 40 puntos claves
para Grecia, el cual apunta a una reestructuración del gasto, aumentando el
salario mínimo, pero también replanteando los mecanismos de ayuda del Banco
Central Europeo. En forma sensata, no formulan la salida del euro, y Varoufakis
ha reivindicado la necesidad de que la Unión Europea apoye un plan masivo de
inversiones en la zona.
Esperemos que su llamado no caiga en oídos sordos, y que Grecia recupere su camino de crecimiento económico y equidad. El mundo mira atento, y el reciente acuerdo por cuatro meses solo le dará un aire intenso a las discusiones. Más de lo mismo no es posible.
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