Hay mucho, muchísimo por hacer, para lograr
que Barranquilla sea una ciudad competitiva. Este informe nos alerta
nuevamente. Y el compromiso que se desprende del mismo nos compete a todos.
Aquí no vale que tapemos los errores, al contrario. Nos debe servir para
reaccionar.
El análisis que hacen los investigadores de
la Universidad Autónoma del Caribe, nos ayuda para poner los pies sobre la
tierra. Los negocios se van yendo donde haya mejor ambiente. Esa es una ley del
mercado.
Bueno que la academia nos ayude para
avanzar. Y que los estudiosos como Jairo Parada y varios empresarios se hayan
alertado. No dejemos que el informe número 4 del Doing Business nos sorprenda.
Barranquilla tiene los elementos para cambiar esa historia. Obviamente, si
actuamos unidos.
Nunca ha sido bueno andar los caminos sin acompañamientos
adecuados.
No critiquemos, actuemos. A ver si
cambiamos la historia.
Bien por Ramsés Vargas Lamadrid y su equipo
de la Autónoma, al preocuparse por todos nosotros.
RADAR
RECTOR DE
LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARIBE CONVOCA A NUEVO DIÁOLOGO PARA LA
COMPETITIVIDAD DE BARRANQUILLA.
*Investigadores de la Uniautónoma sugieren revisar plan de
acción del programa Barranquilla Competitiva y Sostenible que se hace con el
BID- Findeter y aseguran que las recientes y alarmantes cifras reveladas
por Doing Business deben ocupar el lugar que se merece en la agenda de
Barranquilla.
La Universidad Autónoma del
Caribe recibió con preocupación el más reciente informe de Doing Business
presentado por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, en
el que Barranquilla aparece ubicada en el penúltimo lugar al comparar las
regulaciones comerciales de 23 ciudades de Colombia (cuatro de ellas puertos)
con 185 economías en el mundo en los aspectos de apertura de empresas,
obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad, pago de
impuestos y comercio transfronterizo. Frente a este hecho, la
Universidad, en desarrollo de su compromiso ya explícito con el desarrollo
productivo de la región y en particular de Barranquilla, exhorta y
convoca a la academia, empresariado, gobierno territorial, medios de
comunicación y a la ciudadanía en general a una reflexión juiciosa para
identificar y acometer como políticas públicas, acciones que cambien el
estado de cosas que ha venido señalando, ya en tres ocasiones con esta, el
Informe Doing Business. Afectan tales objeciones de facilidades para hacer
negocios, y de manera grave, las posibilidades de aprovechamiento de un
entorno y ambiente externo que se cree positivo, además del buen momento que
vive Barranquilla en otros aspectos de su competitividad y desarrollo social.
Grave aún más porque el estudio se enfoca hacia la pequeña y mediana empresa y
es en este sector donde se genera mayor empleo.
“Barranquilla vive situaciones
que son francamente esperanzadoras, como la mejora en sus indicadores sociales,
el apoyo del Gobierno Nacional para inversiones en diferentes campos, un
gobierno local dinámico, recuperación de sus servicios públicos y una
percepción positiva de la ciudadanía de que está bien encaminada, pero informes
como estos, avalados por el Banco Mundial y Planeación Nacional, no pueden
seguir tratándose con desdén, como hasta ahora ha ocurrido con los dos
anteriores, que han debido prendernos las alertas.
Este informe es
preocupante. Refleja que en áreas críticas para las oportunidades de las
empresas, especialmente las medianas y pequeñas, no hemos aplicado el rigor que
se demanda para superar obstáculos mientras que en otras ciudades si lo han
hecho bien”, dijo el rector de la Universidad Autónoma del Caribe, Ramsés
Vargas Lamadrid, al analizar los resultados del Informe Doing Business para
Colombia 2013.
En Barranquilla se han hecho
esfuerzos aislados al conocerse los dos informes anteriores, de 2007 y 2010,
pero no han cambiado sustancialmente las condiciones.
Por ejemplo, la resolución de
conflictos sigue siendo demorada, subsiste una extensa lista de impuestos que
no se justifican y tienen un ridículo impacto en los ingresos estatales pero
ahí están vivos, los trámites aduaneros tienen complejidad innecesaria, entre
otros temas que afectan la celeridad en los negocios. Ha habido algunas mejoras
en registro de propiedades. “Ha faltado diálogo y convergencia entre los
involucrados para hacer más dinámico el empresarismo”, señaló Ramsés Vargas.
“Nuestra sugerencia, y también nuestro compromiso, es para que cambiemos
hacia un proyecto colectivo que tenga en cuenta las alertas externas y las
internas. Un nuevo diálogo. No se puede seguir jugando con el presente y el
futuro de la ciudad al persistir en un diálogo inocuo”, agregó.
Si bien
los indicadores del Doing Business no nos dicen en forma definitiva sobre la
posición competitiva de una ciudad, sí son tomados como referencia a nivel
mundial en lo que respecta a la regulación empresarial, y, por lo tanto, son
importantes por la información que representa para empresas multinacionales e
inversionistas que ven en Barranquilla un destino atractivo para realizar
inversiones. Igual ocurre con la inversión interna. Según se desprende del
informe, si queremos mejorar los indicadores, se deberá trabajar en temas
referentes a la reducción de costos y tiempos para superar trabas
administrativas en el clima de negocios de la ciudad; esto es, lograr una mayor
eficiencia de los procedimientos para incentivar la creación y sostenibilidad
de empresas y contrarrestar la informalidad, pues ésta será cada vez más
susceptible de estar presente en nuestra ciudad en la medida en que existan
mayores trabas administrativas.
Sin duda, la informalidad va en
detrimento de la competitividad a través de diversos canales. Las empresas
informales se convierten en competidoras desleales que desaceleran el proceso
de “destrucción creativa” mediante el cual las empresas ineficientes son
reemplazadas por sus competidoras más eficientes, como lo indica el Informe
Nacional de Competitividad de 2012. Debido a esto, se desincentiva a las
empresas formales a innovar y a adoptar nuevas tecnologías.
Desde la perspectiva académica,
la Universidad Autónoma del Caribe viene analizando diversos temas importantes
de la ciudad y de la región, y haciendo referencia a los alarmantes
resultados del Doing Bussines, considera que en estos momentos, cuando en la
ciudad se ha iniciado el programa denominado “Barraquilla: Ciudad Sostenible y
Competitiva”, se hace necesario revisar y reconsiderar las actividades
contenidas en el Plan de Acción de dicho programa, pues no se evidencian en
éste metas que apunten a subsanar los aspectos que afectan principalmente el
clima de negocios en la ciudad.
Más allá de los indicadores
sobre la competitividad de Barranquilla el Informe del Banco Mundial
representa entonces una alerta para la sociedad, para los entes
gubernamentales, y exige una mirada hacia lo territorial. Uniautónoma ha venido
trabajando con un grupo de sus investigadores en la formulación de
propuestas que tienen vocación para ser insertadas en un futuro Plan Caribe de
Competitividad. Por eso es preocupante ver que Barranquilla, que ha sido líder
regional por su población y economía, ocupa los últimos lugares a nivel
nacional, principalmente en lo que respecta a pago de impuestos, apertura de
negocios, registro de propiedades y permisos de construcción. Por ejemplo,
mientras que Armenia toma en promedio 10 días para la apertura de un negocio,
Barranquilla lo hace en 20 días. El permiso de construcción, Manizales lo hace
en 39 días, mientras que Barranquilla lo hace en 114 días; ni hablar de los costos
en los que se incurren en los procedimientos, los cuales llegan a un 144,8%,
mientras Tunja (con el indicador más bajo en costos) presenta un 68,2%. La
competitividad de la ciudad trasciende la frontera del buen clima para hacer
negocios, que es lo que mide el Informe Doing Business cada tres años.
El punto principal es que las
ciudades-regiones deben ser entendidas como parte de sistemas económicos más
amplios, de redes y flujos de recursos, y no como unidades independientes. Esto
significa que la fuerza de las conexiones entre localidades, las redes de
infraestructura y comunicación, las redes y estructuras urbanas, las redes de
transmisión de conocimientos, las políticas nacionales e internacionales y las
instituciones de apoyo a la innovación son claves para la generación de una
ciudad-región competitiva. De esta manera, hablar de la competitividad de la
ciudad implica analizar a Barranquilla y su área metropolitana y demás
municipios aledaños. No es desconocido que en los últimos años ha habido interés
de los inversionistas en asentarse en las zonas industriales de Malambo, por
ejemplo. Valdría la pena entonces reflexionar de qué manera nos estamos viendo
como ciudad-región. Esta debe funcionar de manera no aislada de sus áreas
metropolitanas. Y también reflexionar de qué forma las políticas de
competitividad, la infraestructura y las instituciones nos permite ser
una ciudad competitiva.
Desde los espacios académicos
que se desarrollan en la Universidad Autónoma del Caribe, en los que se analiza
y discuten los temas importantes de la ciudad y de la región, se considera que
en estos momentos, cuando Barranquilla ha iniciado la puesta en marcha de su
programa Barraquilla: Ciudad Sostenible y Competitiva, y frente a estos
alarmantes resultados arrojados en el informe del Doing Business, se hace
necesario revisar y reconsiderar las actividades contenidas en el Plan de
Acción de dicho programa, pues no se evidencian en éste, metas que apunten a
subsanar los aspectos que afectan principalmente el clima de negocios en la
ciudad. Más allá de los indicadores, la competitividad de Barranquilla
representa entonces una alerta para la sociedad, para los entes
gubernamentales, y exige una mirada hacia lo territorial. Para el grupo de
investigadores de la Universidad Autónoma del Caribe que avanza en el
desarrollo del “Plan Caribe de Competitividad”, actualmente a Barranquilla le
hace falta interconectarse en lo económico a través de empresas y redes de
conocimiento, regionalizar el desarrollo económico de la ciudad, hace falta
fortalecer los sistemas y políticas regionales de innovación, políticas de
apoyo en la creación de empresas; así mismo es necesario trabajar en la
interconexión entre investigaciones de los sectores académicos y empresariales,
entre otros aspectos que harían de Barranquilla una ciudad competitiva.
Se piensa en un entorno Caribe
por el significado que en conjunto tienen el clúster portuario que articule los
treinta y seis puertos de cargue y descargue de nuestras ciudades, incluido el
archipiélago de San Andrés, y el Gran Caribe; el tren de alta velocidad que
enlace Cartagena y Riohacha; la Autopista de las Américas que enlace Venezuela,
el Caribe y Centro América; la colaboración entre las setenta instituciones de
educación superior; la red de telecomunicación de los tres cables submarinos y
sus puntos de enlace entre la Región y América del Sur, EEUU y Europa; el
encadenamiento productivo de la agricultura y la ganadería de los sures de
nuestros Departamentos que garantice la seguridad alimentaria de nuestros pueblos,
entre otros planes o proyectos.
jose lopez ebratt
ResponderEliminarLuis Emilio,
A partir de tu pertinente y prudente informe , me sumo a la sentencia que " la informalidad va en detrimento de la competitividad a través de diversos canales" .Desde la optica cultural que manejamos , los emprendedores no logran la autosostenibilidad y mucho menos alcanzan la categoria de Industrias Culturales , por su ubicación no-formal dentro de la economía de la ciudad .Recordemos que las Industrias Culturales aportan ,en su conjunto , más del 1.78 por ciento al PIB producto Interno Bruto de la nación. La inestabilidad que se desprende de la anterior observación nos distancia de posibilidades competitivas como el montaje de Clusters -Redes envolventes- que fortalezcan los subsectores de la Economía Creativa . El Doing Business y su respectiva contextualización -enseñanaza se nos va a constituir en nuestra carta de real navegación en el oceano de la competitividad, como lo sugiere la Universidad Autónoma del Caribe.
JOSE LOPEZ EBRATT