viernes, 2 de marzo de 2012

Chris Elliott, de "The Guardian", en Colombia

Un chat con... |29 Feb 2012 - 11:00 pm

Chris Elliott es el ‘ombudsman’ de ‘The Guardian’

Guardián de los lectores

Por: Elespectador.com

Este periodista es el encargado de resolver las cerca de 26 mil quejas que el diario británico recibe al año sobre temas como cambio climático y religión.

Chris Elliott visitó Colombia como invitado al seminario ‘La ética y el futuro del periodismo en Colombia’, convocado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el Grupo Sura. / Diana Sánchez Chris Elliott visitó Colombia como invitado al seminario ‘La ética y el futuro del periodismo en Colombia’, convocado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el Grupo Sura. / Diana Sánchez

¿Cuál debería ser el papel del defensor de los lectores dentro de una sala de redacción?
El defensor debe ser el punto de vista independiente, encargado de que el medio se guíe por los principios de la ética periodística que motivan su quehacer.

¿De qué manera el defensor del lector se convierte en vehículo de empoderamiento del lector?
Cuando se responde de manera inteligente a sus cuestionamientos. Cuando se reúnen sus quejas, comentarios y preocupaciones y ellos se sienten escuchados y respetados, se motiva su participación.

Con la llegada de los blogs y los comentarios adjuntos a los artículos, ¿se ha transformado la función del defensor del lector en los medios?
Las reglas en el periodismo son las mismas, ya sea en el impreso o en la web, y el deber del defensor continuará siendo el de ser un vínculo más entre el medio y sus lectores, independiente del formato en que se presenten las historias.

Pero, ¿la figura del defensor del lector no se ha vuelto difusa en la mayoría de medios?
No sé qué ocurra en el caso latinoamericano, pero en el Reino Unido los defensores de los lectores han cobrado fuerza luego de la última crisis del periodismo con el caso de las ‘chuzadas’ de Ruperth Murdoch. Por ejemplo, The Daily Mail y The Daily Mirror han instituido una sección de correcciones y aclaraciones en la segunda página del periódico. Se han dado cuenta de que hay que involucrar más a los lectores.

El caso colombiano es distinto, mientras en Inglaterra fueron los medios los que interceptaron ilegalmente llamadas telefónicas, en Colombia lo hizo el Estado. ¿Está de acuerdo con que la prensa colombiana difunda información adquirida en estas ‘chuzadas’ estatales?
Que un medio de comunicación intercepte llamadas es inaceptable, pero si es el Estado el que incurre en la ilegalidad, allí está la noticia: saber a quién está siguiendo el Estado y qué pretende con esos seguimientos. El medio debe poner el tema en evidencia.

Como defensor del lector de ‘The Guardian’, ¿cuáles son los temas recurrentes sobre los que interviene?
Los editoriales con tendencias izquierdistas y los artículos sobre cambio climático, antisemitismo y religión son los que generan quejas y peticiones.

¿Cuántas quejas recibe al año?
Unas 26 mil. Al día llegan cerca de 100 y las tres personas que conformamos el equipo de trabajo respondemos entre 30 y 40. Tratamos de identificar quiénes son los lectores fieles de The Guardian para darles prioridad.

¿Qué temáticas son las que más le interesan al público inglés?
Hay que reconocer que al público británico le encanta leer cosas ligeras y sobre escándalos sexuales. La naturaleza de los periódicos ha cambiado, y muchos de ellos, que venden más copias que The Guardian, escriben sobre lo que está pasado en la televisión, y eso parece gustarle al público.

¿Consume más medios digitales que impresos?
Es difícil mantenerse al tanto de todo. Me enfado con los periodistas que ni leen su propio periódico. Deberían hacerlo antes de llegar a la oficina, pues no pueden quedarse en su pequeña burbuja. Solía leer cinco periódicos desde mi casa al trabajo, pero ahora hay más presión por leer lo que aparece en la web. Aunque no puedes leerlo todo, sí puedes tomar buenas decisiones.

¿Por qué dice que a los periodistas los asusta aceptar que cometen errores?
Por años los periodistas hemos tenido un lugar privilegiado, y siempre ha existido el miedo a que si se empieza a admitir que se cometieron errores se pierde credibilidad. Si uno ha pasado décadas fingiendo que no comete errores, es difícil aceptar que ahora sea el lector, por medio de comentarios, el que señale las fallas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario