domingo, 26 de febrero de 2012

La historia de Silvia Gette, por José Luis Beltrán

La historia de Silvia Gette, por José Luis Beltrán.
Es una nota especial que realizó para El Heraldo y que nos sirve para conocer un poco más de la vida de la ex rectora de la Universidad Autónoma del Caribe.

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La historia de Silvia Gette, por José Luis Beltrán
Fuerte y astuta, pero frágil, así la definen algunos allegados.
En 1967, cuando Mario Ceballos Araújo fundó la Universidad Autónoma del Caribe junto a Julio Salgado Vásquez y Osvaldo Consuegra, era un hombre de reconocido prestigio que ganó como abogado, pero especialmente en su condición de presidente del Tribunal Administrativo del Atlántico.
Tres lustros después, cercano a los 60 años, se le veía con una profunda soledad que contrastaba con el emporio en que había convertido su alma máter.
Por ese entonces, el famoso ballet de Pepe Bronce, un bailarín argentino de ascendencia española, recorría el mundo con su espectáculo de luces, música flamenca, tango y otras diversiones que incluía el show central de medianoche reservado para una mujer de formas exuberantes, cuya actuación de cierre consistía en despojarse sensualmente de sus ropas hasta llegar a la desnudez. Esa actriz, de taconeo fácil y belleza admirable, se llamaba –aún se llama– Silvia Gette Ponce.


El canal Telecaribe era apenas un proyecto de la región costeña que se discutía en los círculos de gobierno. Años después comenzó su gran ascenso en el mercado de la televisión colombiana gracias a dos programas que cautivaron la audiencia por su vistosidad: Risas y Lentejuelas, y El show de Silvia, ambos protagonizados por la actual rectora de la Universidad Autónoma del Caribe.
“Ella es una mujer múltiple, enigmática y compleja”, dijo uno de los centenares de profesores de la Universidad Autónoma al ser consultado por EL HERALDO. Algunos estudiantes la ven como un ser inaccesible, y uno que otro ex directivo la define como una ajedrecista astuta que gana sus partidas con inteligencia, pero también con alta dosis de perversidad. Divide. La odian y la aman. Sin embargo, sus más allegados coinciden en describirla como una mujer autoritaria e implacable a quien poco le importa la amistad.

Hay una excepción que en estos días se comenta a raíz del estallido de un escándalo sin precedentes en el mundo académico de Barranquilla: Édgar García Ochoa, Flash, un periodista de farándula que promocionó a la actriz después de verla actuar en Cartagena. Él, de una u otra manera, fue el enlace entre Ceballos y Gette, quienes iniciaron una relación amorosa que terminó en convivencia legal y en la vinculación de la despampanante argentina a la Universidad Autónoma, donde un académico de trayectoria y ex director del Icfes, Antonio Vallejo Morales, se proyectaba como futuro rector.

EL PROTAGONISMO. De su pasado solo existen los recuerdos que cada vez más se diluyen con el paso del tiempo. Los últimos rastros, antes del desempeño de Silvia Gette como directora de servicios generales, fueron borrados de la Universidad. Las fotos que adornaban las paredes del claustro, en las que aparecía entre vestidos brillantes y lentejuelas, fueron desmontadas. También los betacam de los programas de Telecaribe que reposaban en los archivos del canal televisivo.
Ahora las fotografías son distintas. En el edificio blanco que construyó diagonal a la Universidad, donde funciona la Academia de Arte, hay una foto suya ubicada en la recepción, visible y radiante mediante un buen trabajo de photoshop que la muestra como la joven sensual de 25 años de edad que arribó a Cartagena hace más de cinco lustros.
Asimismo, en los pasillos del centro universitario sobresalen las fotografías de sus cuatro hijos –tres adoptivos y el otro in vitro–. Esas fotografías se repiten en otras dependencias de la inmensa mole.




Silvia Gette comenzó a ser protagonista en esta ciudad en 2001, año en que junto a la directora académica Aida Sarta de Malvar y el director financiero Orlando Saavedra, fuera sindicada del delito de cohecho, lo que obligó a que la fiscal delegada Luz Elvira Rojas le dictara medida de aseguramiento consistente en detención preventiva, sustituida por detención domiciliaria.
Dos fiscales y un ex fiscal también fueron vinculados por la Fiscalía por presunta alianza para manipular un proceso penal en contra del vicerrector Antonio Vallejo y otros tres funcionarios ligados al centro universitario.

 
Dos años más tarde, el 25 de octubre de 2003, falleció Mario Ceballos Araújo, y poco tiempo después Gette asumió la rectoría de la Universidad dejando atrás una estela de enemigos y malquerientes encabezada por la hija del fundador, María Paulina Ceballos.

Además, los miembros de la vieja guardia pasaron al mundo de los pensionados: Orlando Saavedra Magri, suegro de Juan Carlos Rada, exjefe de seguridad de la institución universitaria y quien pagó cárcel en Cómbita; Tamid Turbay, quien fue rector encargado en varias ocasiones; Eduardo Vargas Osorio, y Aida Sarta, quien tuvo problemas personales con Silvia, lo cual la obligó a abandonar el país en mitad de los vaivenes jurídicos y de extrañas muertes.

AL DESNUDO. “Su ambición de poder no tiene límites ni escrúpulos, pero en el fondo es una mujer frágil. Cuando se conocieron los hechos en diciembre, a raíz de las confesiones, no paraba de llorar. Recientemente nos dijo: ‘No me dejen sola’. Es su faceta oculta”, expresó a EL HERALDO una de sus más fieles acompañantes, quien pidió reserva de su nombre.

Adentro, en las facultades, pasillos, salas de profesores, comedores y otros sitios, nadie habla. Una profesora del programa de diseño de modas atribuye el silencio al régimen que impuso la rectora, una mujer de carácter volcánico que grita en los consejos académicos, que regaña con epítetos fuertes a los decanos y directores de programa, y a quien sólo se le ha visto gestos de ternura con su hermano Luis Gette, director administrativo de la Universidad, y con sus dos sobrinos, Andrés y Christian Gette, ambos vinculados a la institución de educación superior.
Pocos saben de la relación con su madre. Su padre murió hace varios años en Barranquilla.
Otros allegados afirman que su astucia la ha llevado a codearse con la clase política del país en su más alto nivel. En alguna ocasión sintió que era inalcanzable después de otorgar el grado Honoris Causa al ex presidente Álvaro Uribe. De lo único que se lamentaba en privado era no haber podido entrar al Country Club ni al Campestre, los más encumbrados centros sociales de la capital del Atlántico.


“Es vanidosa. Le gusta rodearse de mujeres bonitas y vestirse con ropa de marca. Acudió a la cirugía de abdomen, según ella, para resistir los embates del tiempo. Es explosiva, pero en ocasiones se derrumba por dentro”, señaló una de las fuentes.

Otra fuente cercana a la rectora expresó que nunca dejaba de recordar su origen argentino y en reuniones con profesores de fin de año se lamentaba que los catedráticos de su universidad no tuvieran la calidad de los de su país.

Viaja mucho, permanece largas temporadas en Miami y le encantan las joyas y los vinos sofisticados. Pese a una vida pasada que ella ha olvidado, evoca las lentejuelas, los vestidos brillantes y las alfombras rojas en los grandes eventos de la Universidad.

Siempre se encarga de dirigir los espectáculos, como el de los premios ‘Mario Ceballos Araújo’, en cuyos ensayos de baile y coreografía se le ha escuchado la frase, con el acento argentino que no ha perdido: “De esto yo sí sé”.

Los que aún dan muestras de fidelidad y quienes la acompañan en estos momentos siempre han destacado su admirable espíritu de superación y advierten que, sin ella en la rectoría, la Universidad Autónoma sería hoy un cascarón de edificio con pocos estudiantes.

Además, le valoran el amor que todavía le profesa a Mario Ceballos Araújo, quien la vinculó al mundo académico y el hombre que la animó a estudiar la carrera de derecho. Hoy cuenta con varias especializaciones y doctorados, cinco libros publicados, varios traducidos a otros idiomas, y columnas de opinión en diarios y revistas nacionales y extranjeras.

Por José Luis Beltrán
Especial para EL HERALDO

3 comentarios:

  1. en Colombia queremos mucho a los argentinos, lo de esta señora es caso aparte...mi padre trabajó para la universidad 25 años de su vida y cuando ella se montó en el poder sacó a todos los que ellas no consideraba de su rosca pues trajo consigo a una partida de bandidos a los que les dió poder y montó una mafia que todos temían, yo tambien trabajaba en la U y a pesar de ser un profesor de cuadro de honor me sacó por "ser hijo de mi papá", ni siquiera como egresado he podido en 7 años acercarme a la universidad ni participar en las actividades deportivas que antes practicaba en mi amada universidad como egresado por la implantacion del miedo qu esta señora representaba en la U, sacó a todo aquel que representara intelecto y pulcritud, como es el caso del Doctor Antonio Vallejo a quien difamó y persiguió...si continuo con la historia no termino...es mas cualquier egresado de la Autonoma podría contar lo mismo que yo...

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  2. uyy que porqueria´de puta y mi hijo que queria estudiar en esa universidad,que tal una puta de gobernadora?arribista,deben desenterrar al pobre viejo a ver si no lo mató que asco

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  3. En que momento una persona puede hacer tanto: estudiar la carrera de derecho. Hoy cuenta con varias especializaciones y doctorados, cinco libros publicados, varios traducidos a otros idiomas, y columnas de opinión en diarios y revistas nacionales y extranjeras.Me imagino que convalido todo... Bueno, eso solo pasa en el pais del sagrado Corazón. ¡sI HA NUESTRO EXPRESIDENTE LE DIO UN DOCTORADO, DE LA NOCHE A LA MAÑANA¡ Y a varios comentaristas deportivos. Que bueno. Lo mejor de tod¡o, es que eso no luce, hay que ganarcelo con esfuerzo, desde un AUla.. Chao mis hermanos, y recuerden todos, seamos felices...
    ¡

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