lunes, 22 de febrero de 2021

EL CARBÓN ES UN PUENTE, por Ricardo Plata Cepeda

Las posibilidades del carbón en medio del crecimiento económico mundial.

Ricardo Plata Cepeda, las analiza en una primera parte que vale la pena revisar.

Dice: “Colombia se enlistó temprano en la construcción de ese puente al declarar la comercialidad del Cerrejón Zona Norte en 1980, hasta llegar a exportar 91 MT en 2016. Sin embargo, en años recientes, algunas comunidades ilusionadas por abogados codiciosos, algún contralor hostil, algunos economistas cuya ceguera voluntaria solo los deja ver enfermedad holandesa…”

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EL CARBÓN ES UN PUENTE

… y nos estamos acercando a su salida. En enero de 1980 se publicó el Estudio Mundial del carbón: “Coal, bridge to the future”, “El carbón, un puente al futuro”, a un futuro energético que tendría un alto componente de energía nuclear, eólica y solar.

En contraste con la perspectiva de las limitaciones de suministro de petróleo (por restricciones geopolíticas o geológicas), la amplia disponibilidad y bajo costo del carbón en aquel momento, lo señalaban como el combustible que en mayor grado iría a suplir el crecimiento previsto de la demanda global de energía. 

Ello daría tiempo a que el mundo se aprestara para una canasta energética descarbonizada en las primeras décadas del siglo 21. 

Carroll Wilson, profesor de MIT, primer presidente de la Comisión de Energía Atómica y observador temprano del calentamiento global, dirigió el estudio, en el que participaron 80 investigadores de 16 países.

Sus dos proyecciones más relevantes fueron: Primero, que para que el carbón cumpliera ese el papel de puente su consumo mundial debería aumentar de 2,5 billones de toneladas métricas en 1977 a algo más del doble en el año 2000. En realidad se alcanzó a duplicar a 5 billones, con un rezago de 9 años. 

Y, segundo, que el comercio internacional de carbón térmico tendría que multiplicarse por diez, de 64 millones de toneladas (MT) en 1977 a 640 MT en el 2000; esa cifra exacta se alcanzó también en 2009. 

El estudio acertó en las proyecciones para Australia y Suráfrica, pero se quedó corto en las de Colombia e Indonesia, cuyas mayores exportaciones compensaron las cifras no alcanzadas por Europa y Norteamérica.

El accidente nuclear de Three Mile Island, en 1979, cuando el estudio estaba a medio camino, y la catástrofe de Chernobyl en 1986, minaron la confianza necesaria para que esta fuente de energía ocupara el espacio que de ella se esperaba. 

En esta última década, en Estados Unidos, el gas de esquisto extraído con “fracking” sustituyó en parte ese vacío y desplazó al carbón como la principal fuente de generación de electricidad de ese país. 

Colombia se enlistó temprano en la construcción de ese puente al declarar la comercialidad del Cerrejón Zona Norte en 1980, hasta llegar a exportar 91 MT en 2016. Sin embargo, en años recientes, algunas comunidades ilusionadas por abogados codiciosos, algún contralor hostil, algunos economistas cuya ceguera voluntaria solo los deja ver enfermedad holandesa donde hay miles de ingenieros y docenas de miles de técnicos y operarios bien entrenados y bien pagos, algunos sindicatos inconsecuentes y ambientalistas intransigentes, ellos y otros, todos a una, se han empeñado en recortarle al menos una década al puente hasta propinarnos una aparatosa caída sin cinturón de seguridad económico y social, en lugar de extender con una suave pendiente la salida. 

¿Cuánto vale la seguridad de suministro? 

¿Qué porcentaje de generación debe tener la carga base? 

¿De qué fuente de energía debe venir? 

¿Será el gas otro puente hacia el futuro? 

Continuará.

rsilver2@aol.com


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