Bueno leer esta columna de
Alberto Martínez.
Bueno saber qué, cómo él, muchos colombianos
admiramos la labor del presidente Juan Manuel Santos. Un líder que, sin
arrogancia fue metiendo a nuestro país en las ligas mayores.
Colombia es una nación respetada
a nivel internacional.
Organizaciones como el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial. El Banco Interamericano de
Desarrollo y otras más, valoran y respetan a Colombia.
Vamos a leer a Alberto y felicitemos
al presidente Santos y a sus colaboradores por engrandecer a nuestra patria.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
A un tal Juan
Manuel
Por Alberto Martínez
No hay nada más triste que un
expresidente que aún no lo es.
Porque los ciudadanos eligieron a
su sucesor, pero él debe seguir durmiendo en la Casa de Antonio Amador José de
Nariño y Álvarez del Casal.
Ya la servidumbre no le presta
atención. Bien dijo un político que la burocracia no está con quien la nombra
sino con quien la puede echar.
En los salones donde antes
recibió a manteles a invitados especiales, ahora se preguntan dónde dormirán
los niños del doctor Iván. Con permiso, doctor Juan Manuel, necesitamos pintar
de rosado el cuarto de Luciana y Eloísa.
Con frecuencia se le ve taciturno, recorriendo la alfombra roja de los pasillos largos del Palacio y perdiendo la mirada en el escarabajo del jarrón de la casa Meissen, que alguien calculó con un valor superior a la deuda externa.
Ni el Bolívar viviente le quiere
mirar a los ojos. Y los fantasmas del segundo piso dejaron de asustar a los
soldados de la Guardia Presidencial con el piano alemán de Manuelita Sáenz.
Ahora hasta viejos aliados, como
Farid Mondragón, le dan la espalda. ¿Qué tal el autogol que se hizo
cuestionando el proceso de paz que no conoce?
Nadie parece tener respeto por un
expresidente que aún no lo es.

Pero así es el poder, Juan Manuel
(déjeme entrar en confianza para no desentonar). Y tú, que has manteado en
varias corralejas, debes saberlo.
Ni que tuvieras un mal balance.
Para empezar, el proceso de paz.
Nadie se había atrevido a intentarlo. Y cuando lo hacía, quedaba en ridículo
(¿Lo recuerdas, Andrés?). Quien no te reconozca el haber terminado una guerra
interna de más de 50 años, es mucho Mondragón.
Pero hay más. Al reducir la
pobreza nacional del 40% al 28%, sacaste del umbral tenebroso a unos 5 millones
de colombianos (algo así como 3,5 veces el tamaño de Barranquilla).
Gracias a tu gobierno no
necesitamos Visa en más de 60 países y 1.500 millones de bocas pueden consumir
productos colombianos porque triplicaste el mercado de las exportaciones
nacionales.

Como van las cosas, este año
terminaremos con la tasa de homicidios más baja de todos los tiempos, la cifra
de desempleo seguirá siendo de un dígito y la tasa de inflación estará por el
orden del 3%. Por gestión tuya.
Por su parte, el déficit de
vivienda se redujo a la mitad, la educación de los niños fue gratuita y los
ingresos del 20% más pobre crecieron a un ritmo cinco veces superior al del 20%
más rico. Eso se llama avanzar en equidad.
Como si fuera poco lograste que
el país ingresara a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico, OCDE, donde están las economías más importantes del mundo, y quedara
a un paso de la OTAN.
No hay nada que hacer, querido
‘Juanma’. Así te estén corriendo la silla antes de tiempo, eres el único
estadista de verdad-verdad que hemos tenido en décadas. Y más temprano que
tarde lo reconocerá la historia.
@AlbertoMtinezM
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