miércoles, 27 de junio de 2018

A un tal Juan Manuel Por Alberto Martínez


Bueno leer esta columna de Alberto Martínez.
Bueno saber qué, cómo él, muchos colombianos admiramos la labor del presidente Juan Manuel Santos. Un líder que, sin arrogancia fue metiendo a nuestro país en las ligas mayores.
Colombia es una nación respetada a nivel internacional.

Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. El Banco Interamericano de Desarrollo y otras más, valoran y respetan a Colombia.

Vamos a leer a Alberto y felicitemos al presidente Santos y a sus colaboradores por engrandecer a nuestra patria.


RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

A un tal Juan Manuel
Por Alberto Martínez


No hay nada más triste que un expresidente que aún no lo es.
Porque los ciudadanos eligieron a su sucesor, pero él debe seguir durmiendo en la Casa de Antonio Amador José de Nariño y Álvarez del Casal.
Ya la servidumbre no le presta atención. Bien dijo un político que la burocracia no está con quien la nombra sino con quien la puede echar.

En los salones donde antes recibió a manteles a invitados especiales, ahora se preguntan dónde dormirán los niños del doctor Iván. Con permiso, doctor Juan Manuel, necesitamos pintar de rosado el cuarto de Luciana y Eloísa.
 
Con frecuencia se le ve taciturno, recorriendo la alfombra roja de los pasillos largos del Palacio y perdiendo la mirada en el escarabajo del jarrón de la casa Meissen, que alguien calculó con un valor superior a la deuda externa.

Ni el Bolívar viviente le quiere mirar a los ojos. Y los fantasmas del segundo piso dejaron de asustar a los soldados de la Guardia Presidencial con el piano alemán de Manuelita Sáenz.

Ahora hasta viejos aliados, como Farid Mondragón, le dan la espalda. ¿Qué tal el autogol que se hizo cuestionando el proceso de paz que no conoce?

Nadie parece tener respeto por un expresidente que aún no lo es.
 
Pero así es el poder, Juan Manuel (déjeme entrar en confianza para no desentonar). Y tú, que has manteado en varias corralejas, debes saberlo.

Ni que tuvieras un mal balance.

Para empezar, el proceso de paz. Nadie se había atrevido a intentarlo. Y cuando lo hacía, quedaba en ridículo (¿Lo recuerdas, Andrés?). Quien no te reconozca el haber terminado una guerra interna de más de 50 años, es mucho Mondragón.

Pero hay más. Al reducir la pobreza nacional del 40% al 28%, sacaste del umbral tenebroso a unos 5 millones de colombianos (algo así como 3,5 veces el tamaño de Barranquilla).

Gracias a tu gobierno no necesitamos Visa en más de 60 países y 1.500 millones de bocas pueden consumir productos colombianos porque triplicaste el mercado de las exportaciones nacionales.
 
Como van las cosas, este año terminaremos con la tasa de homicidios más baja de todos los tiempos, la cifra de desempleo seguirá siendo de un dígito y la tasa de inflación estará por el orden del 3%. Por gestión tuya.

Por su parte, el déficit de vivienda se redujo a la mitad, la educación de los niños fue gratuita y los ingresos del 20% más pobre crecieron a un ritmo cinco veces superior al del 20% más rico. Eso se llama avanzar en equidad.

Como si fuera poco lograste que el país ingresara a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, donde están las economías más importantes del mundo, y quedara a un paso de la OTAN.

No hay nada que hacer, querido ‘Juanma’. Así te estén corriendo la silla antes de tiempo, eres el único estadista de verdad-verdad que hemos tenido en décadas. Y más temprano que tarde lo reconocerá la historia.

@AlbertoMtinezM

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