martes, 3 de marzo de 2015

El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 Por Jairo Parada



La parte final de esta columna de Jairo Parada nos deja inquietos.
Tomé la decisión de colocarlo en rojo… Es una alerta de uno de los economistas más serios que tenemos en la región Caribe y en el país.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018
Por Jairo Parada

Contra los que piensan en este país que los planes de desarrollo son documentos inútiles que reposan en los anaqueles oficiales, considero que los mismos son claves para entender el conjunto de estrategias, políticas y programas que un gobierno implementa durante su mandato, el cual es un marco general para los presupuestos que anualmente se aprueban.
De ahí que su discusión, ahora en manos del Congreso, resulta esencial para los años venideros. Los planes de desarrollo sí han influenciado las políticas aplicadas en cada gobierno, aunque en la contingencia de la vida económica y social del país, ni se pueden cumplir en su totalidad ni es posible preverlo todo.
El presente plan resulta bien diferente al anterior, pues abandona las estrategias de las fallidas locomotoras del cuatrienio anterior,  y se centra más en objetivos generales con los cuales la mayoría de los ciudadanos estaría de acuerdo: la paz, la equidad y la educación. La paz interesa a los territorios porque desde ellos se construirá y desarrollará la institucionalidad que exige el postconflicto. Es en los territorios donde la marginalidad y la exclusión hacen estragos. 

Por último, son los territorios periféricos los que mayores retrasos registran en educación. En el plan se incorporan cinco estrategias “transversales” y una estrategia “envolvente” de crecimiento verde, que propenden por la implementación de un modelo de desarrollo económico y social consistente con la conservación del ambiente y el cierre de brechas en los territorios”, las cuales sin duda el Congreso deberá examinar con cuidado.
De salida, el Plan se enmarca dentro de las recomendaciones de la OCDE, muchas de las cuales pueden ser válidas, pero otras son muy discutibles, pues es una camisa de fuerza que el país debe examinar con cuidado, al suponer reformas fiscales demasiado duras para el país, olvidándonos que somos una nación que no llega a los diez mil dólares per cápita, versus un área desarrollada del mundo. Es sano detener estos sueños prematuros de grandeza, dada la destorcida que ya vivimos en el frente exportador y el deterioro cambiario acelerado que sufrimos.
 
Uno de los aspectos más preocupantes del Plan es el componente del articulado, pues difícilmente se podría estar en desacuerdo con las ‘Bases del Plan’ (documento de 825 páginas) que de seguro pocos leerán. La verdadera sustancia está en dicho articulado (205 artículos), pues allí el Gobierno se despacha pidiendo facultades extras para implementar el Plan, desde la creación del misterioso “sistema unificado de facturas electrónicas”, como en materia agraria, de salud, de transporte, licencias, competitividad, impuestos territoriales departamentales, avalúos, etc., lo cual se pregunta uno por qué no se tramitan en sendas leyes específicas. En otras palabras, so pretexto de implementar el plan, se legisla sobre lo divino y lo humano, abusando de la fuerza de la ley del plan, y volviendo inútiles las otras comisiones del Congreso.  Mucho ojo con este articulado por parte del Congreso para evitar sorpresas desagradables

No hay comentarios:

Publicar un comentario