Cataluña también cede y pide el rescate
La Generalitat es el tercer Gobierno autónomo que decide acogerse al Fondo de Liquidez
La deuda catalana asciende a 42.000 millones de euros, la más alta de España
- CC OO y Foment del Treball avalan la decisión del Govern de Catalunya
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Las urgencias financieras de la
Generalitat de Cataluña han podido más que la agenda que se había
marcado el Gobierno de Artur Mas. El Ejecutivo catalán
anunció este martes que se sumará a la Comunidad Valenciana y a
Murcia y acudirá a buscar financiación al fondo de liquidez
autonómico para evitar el impago a proveedores y empleados públicos. En una
reacción calcada a la de la Comunidad Valenciana del pasado viernes, el
Gobierno catalán se resistió a admitir que esta petición sea equivalente a un
“rescate”. El Gobierno de Artur Mas tuvo que hacer el anuncio para tranquilizar
a acreedores y proveedores, pero en un momento en el que pretendía centrar toda
la atención en la propuesta que este miércoles se votará en el Parlamento
autónomo para pedir un modelo de financiación similar al del País Vasco.
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Cataluña
tiene serios problemas para afrontar no solo los pagos a sus proveedores
directos y a los prestadores de servicios concertados. Con una deuda de 42.000 millones,
la Generalitat encabeza la lista de autonomías más endeudadas en términos
globales. El Gobierno de Convergència i Unió evitó este martes dar una cifra
sobre cuánto dinero se dispone a pedir del fondo de liquidez, pero en los
próximos meses tendrá que afrontar vencimientos de deuda de 5.755 millones.
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Los
catalanes no se enteraron de la petición de rescate por boca del presidente de
la Generalitat, Artur Mas, ni en ninguna comparecencia parlamentaria, sino
mediante una entrevista que el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell concedió a la cadena
británica BBC. Preguntado por la posibilidad de que la Generalitat
requiera de ayudas complementarias para hacer frente a su endeudamiento, el
consejero respondió afirmativamente. “Sí, la situación actual de Cataluña es
que no tiene otro banco que el Gobierno de España. Así es la vida, esta es la
situación actual del mercado”, dijo.
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La
petición de ayuda eclipsa la campaña de Mas por el pacto fiscal
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Las
palabras del consejero se conocieron en plena conferencia de prensa del
portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, tras la reunión semanal del
Gobierno. Y pese a que las declaraciones no dejaban lugar a la confusión, Homs
lanzó pelotas fuera negando la mayor, primero, y matizando más tarde que no se
trataba de una petición de rescate. Reconoció que al Gobierno catalán no le
gusta hablar de rescate porque tiene “connotaciones catastrofistas, como si
fuese el fin del mundo”.
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Pero
Homs no pudo ocultar en público que la Generalitat acudirá al fondo. “Como
Gobierno, iremos recurriendo a todos los instrumentos que tengamos al alcance
desde el punto de vista de la tesorería y la liquidez”, añadió. Lo que pidió es
que se deje de hablar de este fondo de liquidez como si de un rescate formal se
tratara. Y apuntó que quienes así lo hacen alimentan una “operación mediática”
para “desgastar” a las comunidades autónomas y a la Administración central.
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El
otro foco de interés del Gobierno de CiU fue intentar convencer de que nadie le
obligará a tomar nuevas medidas de austeridad por más que recurra al fondo de
liquidez. O sea, negar que Cataluña pueda estar sometida a algún tipo de
intervención exterior. “Aquí no hay ninguna situación nueva, estamos en el
mismo sitio”, aseguró Homs, pese a reconocer que la Generalitat pasa por una
situación “delicada, pero no más delicada de la que hemos venido administrando
últimamente”.
Las
palabras de Homs fueron desmentidas, o como mínimo matizadas, por el portavoz
de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Antoine Colombani. Este dejó
claro que el fondo de liquidez para las autonomías supone una “aplicación
estricta” de la ley de estabilidad presupuestaria y la adopción de “medidas
fiscales fuertes a nivel regional”. “El uso de esta facilidad lleva aparejadas
condiciones, y esta medida se ajusta plenamente a nuestras recomendaciones”,
aclaró.
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Mas
tiene que gestionar ahora un panorama político extremadamente complicado. El
Partit dels Socialistes de Catalunya avaló este martes la petición de rescate
del Gobierno catalán, pero lo hizo precisamente siguiendo la tesis del Gobierno
catalán. “El presidente Mas me ha asegurado que no se trata de un rescate y yo
creo en su palabra”, dijo el líder del PSC, Pere
Navarro. O sea, que Mas tendrá que aparentar normalidad y actuar
como si el Gobierno central no vigilara estrechamente todos los movimientos de
caja de la Generalitat.
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Además,
la petición de rescate llegó la víspera del pleno extraordinario del Parlamento
catalán sobre el pacto fiscal. Convergència i Unió ha caldeado el ambiente las
últimas semanas con todo tipo de acciones encaminadas a evitar que algo eclipse
el pleno de hoy, pero está claro que no lo ha conseguido. El cartucho que puede
tener Mas en la recámara es lograr que el Parlamento catalán lance esta tarde
un mensaje muy mayoritario a favor de una nueva financiación que aporte a
Cataluña unos beneficios similares a los que tiene el País Vasco y reduzca
sensiblemente su déficit fiscal. Está por ver si un posible órdago catalán al
resto de España en un asunto tan peliagudo como la financiación provocará
nuevas reacciones de preocupación en los mercados.
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Con
todo, fuentes parlamentarias consideraban este martes que, precisamente por la
situación de urgencia derivada de la petición de rescate, es más que posible
que hoy se visualice un acuerdo entre CiU y PSC para reclamar esta nueva
financiación. Ambos partidos se aproximaban anoche al acuerdo, pero los
socialistas seguían negándose a avalar la petición del concierto económico
vasco para Cataluña.
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