sábado, 24 de marzo de 2018

Luis Alberto Moreno, presidente del BID, en la Sesión Inaugural de la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores -1-


Ayer arrancó oficialmente la Asamblea General del BID, el Banco Interamericano de Desarrollo.

La intervención del colombiano Luis Alberto Moreno, generalmente nos enseña a todos.
Mucha apuesta al Cambio Climático, Infraestructura, pero también innovación, transparencia y además, inclusión y género…

Con el doctor Moreno, logramos conversar, pero lo presentaremos más adelante…

Su discurso lo desarrollaremos en dos entregas, para asimilarlo mejor.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1 

Luis Alberto Moreno, presidente del BID, en la Sesión Inaugural de la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores -1-

Me alegra mucho estar con ustedes aquí en Argentina, un país cuya gente es conocida por su inclinación natural a la amistad. La misma que el gran Jorge Luis Borges definió como una complicidad que, a diferencia del amor, no requiere de la frecuentación ni de la confidencia. Gracias intendente Rodolfo Suárez y gobernador Alfredo Cornejo por su maravillosa acogida. Nos recibe un pueblo hospitalario y orgulloso de ésta Mendoza pujante y amable, en donde la vida tiene un aroma único, como el vino que aquí se añeja.
 
Deseo igualmente saludar al Presidente Mauricio Macri quien, a pesar de las dificultades, ha sabido mantener el rumbo de esta nación y cuyo gobierno tiene el empeño de construir una Argentina moderna e incluyente. Sabemos que en los tiempos actuales no es fácil adelantar reformas que impliquen sacrificios de corto plazo a cambio de bienestar futuro, o que promuevan el fin de privilegios para unos pocos en aras de la búsqueda del bien común. Desde el Grupo BID saludamos su visión y compromiso con la causa del progreso, y nos complace ver cómo la ciudadanía entiende estos desafíos y respalda su propuesta.

Nos reunimos hoy en un contexto global de recuperación, con una mejora que se ve en ambos hemisferios, tanto en naciones desarrolladas como emergentes. América Latina y el Caribe también transitan por este camino hacia la reactivación. El Producto Interno Bruto de la región debería expandirse alrededor del 2 por ciento este año y cerca del 3 por ciento en 2019, al tiempo que aumenta el consumo interno y la inflación continúa su senda descendente. Una muestra de esa mejora es que, en el último año, de siete países en recesión, pasamos a uno.
 
Este transcurrir coincide con una época electoral intensa, pues dos de cada tres latinoamericanos acudirán en el 2018 a las urnas para definir su futuro. Una oportunidad para que nuestros ciudadanos puedan transformar sus expectativas en realidades.
En un mundo en el que la democracia enfrenta múltiples desafíos, los latinoamericanos y caribeños estamos obligados a profundizarla, corrigiendo sus imperfecciones. Y es que el concepto de participación ciudadana ha cambiado de manera radical en años recientes. El crecimiento de las clases medias ha contribuido a que hoy nuestros ciudadanos sean más conscientes de la realidad y capaces de exigir más de nuestros gobernantes.
Prácticas que antes se censuraban en privado, o eran ignoradas, son ahora intolerables, como lo prueban las denuncias de acoso sexual y de violencia contra las mujeres, que finalmente se están tomando en serio. La equidad de género comienza por el respeto y se debe pregonar y practicar. Sabemos que éste no es solo un asunto de mujeres, es un tema de todos, porque cuando las mujeres avanzan, avanza la sociedad. Gobiernos como el de Argentina están tomando pasos decididos para reducir brechas en éste campo. Lo cual, Presidente Macri, merece nuestro reconocimiento.
 De igual forma, el rechazo unánime a la corrupción no puede ser ignorado y exige respuestas mucho más efectivas que las observadas, algo que obliga al sector público a hacer las cosas bien y al sector privado a asumir su responsabilidad y combatir la falta de ética en los negocios.
El fortalecimiento de la democracia demanda instituciones mejor equipadas para aumentar la transparencia y detectar acciones ilícitas. Enfrentamos un clamor popular que dice “basta” y pide respuestas que, de no atenderse, pueden erosionar la fe en nuestros sistemas políticos y quizás en la democracia misma. Por eso es tan importante que operen adecuadamente los mecanismos constitucionales, sobre todo en los casos más extremos.
El buen funcionamiento de la administración pública es clave para recobrar la confianza y fortalecer la integridad. Esto implica una mayor rendición de cuentas a los ciudadanos por parte de políticos y funcionarios. Esfuerzos como impulsar mayor claridad en el financiamiento de las campañas electorales serán centrales en este empeño.
El gran desafío que enfrentamos es mirar estratégicamente hacia adelante y actuar en consecuencia. A pesar de la mejora en las perspectivas globales, los riesgos persisten. Es imprescindible, por lo tanto, acelerar nuestras tasas de crecimiento, hoy insuficientes para preservar los progresos sociales alcanzados, y conseguir que la pobreza vuelva a disminuir. La clave es aumentar la productividad y subir las tasas de inversión, entendiendo que es obligatorio un doble esfuerzo de cantidad y de calidad.
 

Una de las estrategias para avanzar en ese campo es el desarrollo de la infraestructura, como bien lo expresaron, hace unos días, los asistentes a la cumbre del G20 en Buenos Aires. Tenemos una brecha notable que requiere un esfuerzo continuo para cerrarla. En los próximos 20 a 30 años, la región debería invertir anualmente alrededor del 5 por ciento de su producto interno bruto, casi el doble de los niveles actuales. El sector público no podrá hacerlo solo, por lo que es fundamental incorporar modelos que atraigan mayor capital privado, incluyendo el mecanismo de asociaciones público-privadas. Aquí, de lo que se trata es de impulsar la competitividad, la conectividad y con ello, la mejora en las condiciones de vida de nuestros ciudadanos.
Acelerar el crecimiento exige también insertarse más en las corrientes del comercio global que actualmente enfrentan obstáculos. Hago votos para que el diálogo sea el camino escogido para superar las diferencias. Para América Latina y el Caribe defender y profundizar la integración regional es la vía adecuada, ya que juntos hacemos más. 

Y es que bajo cualquier parámetro que se utilice somos un mercado muy atractivo en tamaño y sofisticación. En tal sentido, veo con entusiasmo el avance de los países que conforman la Alianza del Pacífico y MERCOSUR. No es lógico, sin embargo, que en una región de 600 millones de personas que saben llevar sus productos a otros continentes, el intercambio intra-regional apenas alcance el 15 por ciento del total.

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