Y cierra señalando: "Por último, urge la transformación política pero ésta depende de nosotros, sabiendo votar y no eligiendo a los corruptos de siempre, no importa de que se disfracen".
¿Aprenderemos?
Espero que si...
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Tres propósitos de
la Región Caribe
Por Jairo Parada
El año que se nos va ha sido testigo de la
dinámica que diversos estamentos de la sociedad civil, los gobiernos
territoriales y los gremios han puesto en promover el desarrollo de nuestra
atrasada Región Caribe. Ello se ha manifestado en tres propósitos concretos que
debemos seguir impulsando en los años venideros, porque nunca nos cansaremos
de ello, desde el I Foro del Caribe Colombiano a comienzos de los 80.
En primer lugar, en el pasado octubre se
concretó la Región Administrativa y de Planificación del Caribe, después de
hacer su trámite por la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado. Este
ente, de naturaleza pública, con personería jurídica y patrimonio propio, debe
concretarse ya, sin esperar la necesaria reforma de la Ley Orgánica de
Ordenamiento Territorial (LOOT).
Puede empezarse con recursos de los
departamentos de Atlántico y Bolívar por lo menos, mediante un convenio, que
permita dotarlo de un equipo mínimo que impulse las tareas de la integración
Caribe. Es errada la idea que he escuchado que hay que dejar la RAP inane, para
que la Región como entidad territorial surja. Por lo contrario, hay que
demostrar que es posible empezar las tareas por encima de la desazón que
produce la corrupción en la Región.
En segundo lugar, a mediados de noviembre se
creó la Academia de Estudios del Caribe, impulsada por la Universidad Simón
Bolívar, apoyada por una pléyade de intelectuales costeños, la cual –sin lugar
a dudas– generará análisis y propuestas no solo sobre el Caribe colombiano,
sino que se proyectará hacia el Gran Caribe. La Universidad Simón Bolívar
promueve la creación de un Doctorado en Sociedad y Cultura Caribe, el cual ya
está en trámite de su registro calificado. Sin duda, una visión integrada,
social, económica y cultural de nuestra Región será esencial para entender
nuestros profundos lazos con el Gran Caribe.
En tercer lugar, el pasado 30 de noviembre,
en un escenario sin invitados VIP, ni sillas especiales, nos agrupamos cientos
de académicos, estudiantes, sociedad civil y algunos gobernantes, para escuchar
propuestas para cerrar la brecha de nuestro desarrollo social en un plazo de 12
años, hasta 2030. Se ha hecho una propuesta económica para financiarla con
regalías, presupuesto nacional y esfuerzo fiscal propio, con una detallada
agenda de programas concretos en educación, salud, nutrición y acueductos y
alcantarillado. La agenda es posible, pero debe complementarse con una reforma
al Sistema General de participación (SGP), para que su énfasis se desplace más
hacia la población por atender, y no tanto por la población atendida, como bien
lo demostró en forma sencilla el excontralor Antonio Hernández. Es una reforma
urgente que se debe acometer, una vez que el sabotaje al proceso de paz se
supere.
No debemos pensar que la agenda está
terminada. No basta hacer inversiones en capital humano, si no le apuntamos a la
transformación productiva de la Región, mediante una agricultura fuerte, una
ganadería eficiente y no extensiva, una agroindustria vigorosa y una
recuperación y expansión de nuestra industria regional. Por último, urge la
transformación política pero ésta depende de nosotros, sabiendo votar y no
eligiendo a los corruptos de siempre, no importa de que se disfracen.
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