En la columna de Jairo Parada se puede
leer: “La idea de que la globalización y los mercados todo lo resolvían resultó
ser una clara falacia. En Colombia lo hemos vivido. Llevamos 25 años con
reformas (neo) ‘liberales’ y, a pesar de algunos avances, seguimos enredados en
una dinámica de bajo crecimiento y excesiva concentración del ingreso,
importando masivamente alimentos y sin despegue en las exportaciones
manufactureras, a pesar de la devaluación brutal que hemos padecido…”
Vale la pena leerla completa…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Economía para
casi todos
Por: Jairo Parada
En su paso por Colombia, el economista
Ha-Jong Chang nos ha llamado la atención sobre su libro Economía para el 99%,
de venta en nuestras librerías, en el cual nos invita a no ver esta disciplina
como algo abstruso y enredado, solo para especialistas. Nos advierte, de
salida, que no hay una teoría económica unificada, y que debemos analizar con
una navaja suiza las teorías que se nos presentan, con mucho cuidado. La
economía como disciplina no está exenta de valores y los llamados mercados son
producto de políticas. La economía es política. Evocando a ese pensador
italiano Antonio Gramsci, él señala que en los análisis económicos debemos
aplicar el “pesimismo del intelecto, y el optimismo de la voluntad”. Desde sus
primeras obras, referidas a la industrialización, nos mostró la necesidad de
aplicar una verdadera política industrial y no abrazar ciegamente las teorías
del librecambio. Nos ha ilustrado los curiosos casos, como el de Singapur, en
los que el modelo del libre mercado está combinado con un 90% de propiedad
estatal del suelo, y las viviendas de propiedad del Estado ascienden al 75% del
total. En la economía hay hoy en día escuelas diversas de pensamiento
económico, aunque aquí en Colombia solo se enseña y practica el enfoque
neoclásico en sus versiones más ortodoxas.
Hace un fuerte llamado a que florezcan
diversas corrientes en las escuelas de economía, en un mundo hoy enredado por
el estancamiento y la desesperanza.
Curiosamente, desde otras latitudes, se
viene haciendo el mismo llamado, desoído en los departamentos de economía. Ya
en 2011, apenas tres años después de la Gran Recesión –y parece que vamos rumbo
a otra si no abrimos los ojos–, R.
BackHouse y B. Bateman, en el New York
Times (“Wanted: Wordly Philosophers”), hacían ver la necesidad de formar
economistas que no se ocuparan solo de labores de dentistería ajustando una u
otra variable, sino que hiciesen planteamientos de fondo sobre cómo deben enrutarse
nuestras sociedades, al estilo de lo que Robert Heilbronner llamó los
“filósofos del mundo” en su famoso libro sobre pensamiento económico. La idea de que la globalización y los mercados todo lo
resolvían resultó ser una clara falacia. En Colombia lo hemos vivido. Llevamos
25 años con reformas (neo) ‘liberales’ y, a pesar de algunos avances, seguimos
enredados en una dinámica de bajo crecimiento y excesiva concentración del
ingreso, importando masivamente alimentos y sin despegue en las exportaciones
manufactureras, a pesar de la devaluación brutal que hemos padecido. Hemos
firmado numerosos TLC, y ya se propone el TTP, sin que se hayan visto los
resultados soñados. Frente a la desaceleración actual, el Banco de la
República se dedica mensualmente a subir la tasa de interés y el ministro
de Hacienda a “recortar” el gasto, frenando aún más la economía. Es hora de
ensayar nuevos caminos, como propone Ha-Jong Chang.
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